Andalucía

Un año de historia con nombres propios

  • La crisis económica y la judicial han trastocado a la sociedad en un bisiesto en el que algunos andaluces salieron del anonimato para liderar una pequeña revolución social

Año bisiesto, año siniestro. Así reza el refrán y, mientras los más jóvenes se ilusionaban con la renta de emancipación, el año comenzó en Andalucía con la esperanza de que la crisis se quedara simplemente en los titulares de la Prensa y de que Mari Luz, la niña onubense a la que su familia gitana buscaba desesperadamente, apareciera sana y salva. Ni lo uno ni lo otro. El caso de la pequeña de Huelva acabó en tragedia y movilizó a todo el país en defensa de una justicia digna en un mes de febrero en el que los obispos salieron a la calle para pedir también dignidad, pero para la familia.

Crispación y, en medio, algunas alegrías: Almería vibraba con el equipo revelación de la Liga y empresas como la sevillana Persán sorteaban la crisis y daban su gran salto al extranjero. Y, de repente, otra mancha. De petróleo, el vertido por el chatarrero New Flame en Gibraltar y que tiñó de nuevo las costas gaditanas de negro, como el futuro de los pescadores de la zona.

Muy cerca, en Rota se celebraba un particular supermartes americano, cuando la precampaña para las elecciones generales y autonómicas ya estaba al rojo vivo. El nuevo Estatuto cumplió un año sin pena ni gloria, al igual que los afectados por el cierre de Delphi que soplaron las velas sin nada que celebrar. El festejo estaba en Kosovo.

En las barras de los bares se comenzó a consumir menos y a hablar más de la crisis y, detrás del mostrador, algunos como el popular Miguel Arias Cañete echaban de menos a "los camareros de toda la vida" avivando la polémica sobre el racismo en un momento desafortunado, plena campaña electoral.

El PSOE revalidó su poder, también en Andalucía, y el andalucismo acabó descalabrado. Pero los golpes más duros volvieron a ser los de la violencia de género, sobre todo en el mes de marzo. Impotencia. Fue también el sentimiento que se vivió en el municipio sevillano de Écija, donde un incendio se cobró la vida de seis personas y desató la ira de los vecinos. La foto del linchamiento a los bomberos dio la vuelta al mundo a través de internet, una red que consagró como representante de España en Eurovisión a Chikilicuatre.

La Junta estrenó un gobierno paritario en honor a la igualdad, el mismo con el que la alférez sevillana Rocío González logró ser la número 1 de su promoción de pilotos de caza.

Año de nostalgia, la del 92 que se reflejó en los toldos de la Expo de Zaragoza. Año torero con un mano a mano histórico entre el malagueño de adopción José Tomás y el sevillano Morante de la Puebla en El Puerto. Arenas se convirtió en el hombre fuerte de Rajoy y España alucinó con las historias de novela de Rafael Ricardi, un inocente entre rejas, el secuestro rocambolesco del empresario gaditano Rafael Ávila y el grito de la madre de un guardia malagueño asesinado por El Solitario durante el juicio.

El verano llegó con un nuevo golpe a la corrupción urbanística en la Costa del Sol. Tras Alhaurín fue Estepona. Y, cuando algunos se iban de vacaciones, la tragedia visitó de luto a España con un gravísimo accidente en el aeropuerto de Barajas. Diez muertos eran andaluces.

Los Juegos de Pekín garantizaron la evasión, pero pocas alegrías y alguna gran decepción, como la del granadino Paquillo. Gomorra abrió el Festival de Cine de Sevilla y recibió con escolta a Roberto Saviano. Su cabeza tiene precio. Madonna fue acogida como una virgen en Sevilla y compartió portadas con declaraciones insólitas de la Reina Sofía, que se fotografió besando a un burro en Rute, y exclusivas malayas en prime time. La agresión brutal de un maltratador al profesor Neira acaparó los espacios televisivos y se frivolizó con el dolor. De locos. Uno sembró el pánico en la calle Larios de Málaga.

Blanco y negro. Obama hizo historia al vencer en las elecciones en EEUU y el año enfiló el final hablando de cambio climático, paro y expedientes de regulación. Un ERE obligó a José Antonio Maldonado a dar su último parte del tiempo. No fue el único. En el calendario de la ONU, 2008 fue el año de la papa y en el chino, el año de la rata, que dará paso al del buey y espantará la crisis. Eso dicen los astros.

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