LAs redes sociales cibernéticas Una alternativa a la timidez a cambio de perder la privacidad

El boca a boca salta a internet

  • La desaparición de la sevillana Marta del Castillo muestra la doble cara de las comunidades de la red: potentes instrumentos de comunicación y también de riesgo

La desaparición de la adolescente sevillana Marta del Castillo consternó a su círculo más cercano que, inmediatamente, pidió ayuda para buscarla difundiendo su fotografía y algunos datos sobre la última vez que fue vista en un evento (cita) de Tuenti, una de las redes sociales más exitosas del momento en España. El comunicado dio la vuelta a la web más de un millón de veces en sólo cuatro días. "Este fenómeno solidario ha sido un sorpresón, aunque no es la primera vez que se organiza, con Mariluz ocurrió lo mismo", afirma Ícaro Moyano, responsable de comunicación de Tuenti.

Las formas de interactuar de los jóvenes se renuevan constantemente. Del boca a boca se pasó a la telefonía, en sus versiones fija y más tarde móvil; del teléfono a los chats y blogs pero, desde hace apenas tres años, contactan a través de comunidades virtuales como Facebook, Myspace o Fotolog.

Manuel Marín, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Sevilla (US), comenta que estos espacios "constituyen un cauce de comunicación para jóvenes que no encuentran satisfacción en su grupo social, por timidez u otro motivo; su atractivo principal es que les proporciona el anonimato que necesitan". El uso de estas herramientas se hace en detrimento de la práctica de otras actividades otrora habituales, como pasar el tiempo libre en pandilla. "Estos grupos sociales no desaparecen pero sí se reduce su volumen porque los jóvenes con menos capacidad para relacionarse encuentran una salida de socialización en internet", añade Marín.

Las virtudes de estas redes saltan a la vista (acercar a amistades que viven en otra ciudad, conocer gente nueva o compartir fotografías con familiares), de ahí su apabullante éxito. Sus desventajas, en cambio, no son tan evidentes.

Los usuarios de estas comunidades no son conscientes del riesgo que entraña publicar sus datos en los perfiles (dirección postal, número de teléfono, centro en el que se cursan estudios o área donde se sale). Según Artemi Rayo, director de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), "las redes sociales plantean dudas sobre cómo se trata la información personal de sus usuarios". "Cuando se ofrece facilitar la información a amigos, amigos de mis amigos o a todos no se percibe el alcance que pueden tener, sobre todo, en las dos últimas opciones -añade-; además, muchas permiten que los perfiles sean recuperables por motores de búsqueda como Google, así cualquiera acceder a información sensible como la afiliación política, la opción religiosa o el tipo de relación buscada".

Estos datos se emplean "en operaciones de marketing, para financiar estas comunidades; por patronos, para conocer el comportamiento de sus empleados fuera del puesto de trabajo, e incluso, en México, ha sido el vehículo para planear la comisión de secuestros", apunta.

A este problema se le suma que los menores también usan internet y, por tanto, las redes sociales. La legislación española prohíbe obtener información personal de menores de 14 años sin autorización de sus padres aunque Artemi Rayo insiste en que "su presencia en estas comunidades es una realidad" y su desconocimiento los convierte en "víctimas potenciales de cualquier desaprensivo con las peores pretensiones". Ícaro Moyano asegura que en Tuenti no permiten el registro de los más pequeños pero confiesa que "consiguen colarse" falseando la fecha de nacimiento, por ejemplo. De cualquier modo, insiste en que colaboran de forma "muy activa" con asociaciones de protección al menor y ofrecen a sus usuarios la posibilidad de comunicarles si un perfil parece falso o denunciar contenidos que estimen inadecuados.

Controlar el manejo que los más jóvenes hacen de la web es difícil y más aún alejarlos de las redes sociales. Moyano, Marín y Rayo coinciden en que el secreto está en la educación. El responsable de comunicación de Tuenti propone que "al igual que nuestros padres tuvieron curiosidad por la televisión y controlaron cómo y cuándo la veíamos, los de ahora deben hacer lo mismo con internet". El catedrático de la US apuesta, además, por la concienciación, "se les debe enseñar que las redes pueden ser perjudiciales, al igual que se les alecciona sobre no consumir alcohol o no cometer excesos con el café". El director de la AEPD añade que "lo ideal es que los padres adquieran las capacidades tecnológicas suficientes para asesorar a sus hijos en el uso de internet y, si es necesario, recurrir a filtros que prohiban su entrada en páginas inapropiadas".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios