Caso marta

Un combate estéril

  • El careo que pidió la familia entre Miguel Carcaño y Samuel Benítez para intentar aclarar dónde está el cuerpo de Marta se cierra con un inútil cruce de acusaciones entre los dos acusados.

El juicio por el caso Marta del Castillo se cerrará sin aportar ningún dato nuevo sobre el paradero del cuerpo de la joven. La acusación particular que ejerce el abogado José María Calero en representación de la familia gastó ayer una nueva bala, al lograr que el tribunal aceptara su petición para celebrar un careo entre el asesino confeso, Miguel Carcaño, y el que fuera su amigo íntimo, ahora imputado por encubrimiento, Samuel Benítez Pérez. Pero la prueba no sirvió para nada. Sólo para ratificar que ni Miguel ni Samuel están dispuestos a decir qué hicieron con el cadáver de Marta. Fue un cuerpo a cuerpo infructuoso. 

El careo, que duró menos de tres minutos, comenzó con la petición de Miguel Carcaño a Samuel para que diga dónde está el cuerpo, ya que el asesino confeso acusa a su amigo en la última versión que ha ofrecido de ser el verdadero cerebro de las maniobras para ocultar el cuerpo. Durante la práctica de esta prueba, Miguel Carcaño se mostró en todo momento muy tranquilo y con la misma actitud que mantuvo cuando declaró ante el tribunal hace una semana, cuando dijo que él asumía su participación en el crimen y sólo quería que sus amigos -en alusión a Samuel y a Francisco Javier García Marín, el Cuco- también reconocieran su participación en la desaparición de Marta. 

Samuel negó en el careo todas las acusaciones y, a diferencia de Miguel, estuvo bastante nervioso durante el escaso tiempo en que se prolongó el careo, gesticulando, titubeando y presentándose ante el tribunal como una víctima que ha sido acusada sin pruebas. Cuando el presidente de la Sección Séptima de la Audiencia dio por finalizado el careo, a la vista de que no iba a aportar nada nuevo a lo ya conocido, Samuel se retiró al banquillo de los acusados resoplando y santiguándose. 

En la cuarta sesión del juicio también declararon los primeros ocho testigos, entre los que se encuentran los padres de Marta, Antonio del Castillo y Eva Casanueva, así como Javier Casanueva, tío de la menor asesinada. El primero en declarar fue Antonio del Castillo, quien antes de ocupar su asiento en el estrado, no dudó en girar su cabeza y lanzar un mirada fulminante al banquillo en el que se encontraban sentados los cuatros acusados por el asesinato y violación de su hija. Esa mirada duró sólo unos segundos, pero encerraba casi tres años de indignación y sufrimiento. Antonio del Castillo dice que sobre todo miró a Francisco Javier Delgado, el hermano de Miguel, y a su novia, María García Mendaro, quien según el padre le mantuvo en todo momento la mirada. 

La madre de Marta también aprovechó el momento en el que abandonaba el estrado para echar un vistazo a los acusados, al igual que Javier Casanueva, que casi estuvo a punto de detenerse cuando regresaba a los asientos del público. Los padres y el tío de Marta relataron ante el tribunal todos los movimientos que hicieron en la noche del 24 de enero de 2009 y al día siguiente para tratar de localizar a Marta del Castillo. 

El padre recordó cómo después de haber buscado en hospitales, llamar a la Policía y a los servicios de emergencia, se presentó sobre las 00:30 del día 25 en el piso de Miguel Carcaño en León XIII y no encontró a nadie. Antonio del Castillo puso una primera denuncia por la desaparición en torno a las dos de la madrugada de ese día y, poco después, sobre las seis y media amplió la denuncia después de que unos amigos de Marta le comentaran que había pasado "algo raro" en ese piso. Estos amigos, acompañados de dos padres, habían hablado poco antes con el hermano de Miguel y con el propio Miguel, quien les dijo que había dejado a Marta sobre las nueve y media de la noche. 

Los padres confirmaron que la joven estaba "contenta" aquel día y la madre recordó que cuando se despidió le comentó que tenía que arreglar algo con Miguel. Eva Casanueva explicó que su hija sólo había tenido una relación de mes y medio con Carcaño y añadió que en una ocasión le dijo a su hija que el perfil de Miguel era el de un auténtico maltratador, "primero te puteo y luego te regalo", dijo en relación a una discusión que su hija le contó que habían tenido en Feria y que terminó regalándole Miguel un peluche. 

La madre también aseveró al tribunal que la noche del crimen realizó al menos ocho llamadas a Miguel Carcaño, con el que sólo habló en dos ocasiones. En una primera, sobre la 1:37 horas del día 25, Eva Casanueva se mostró prudente y le preguntó por su hija, dándole Miguel la misma versión de que la había dejado cerca de casa sobre las nueve y media. Cuando colgó, "el instinto de madre" le hizo sospechar que algo había pasado, por lo que volvió a llamar a Miguel y con un tono más enfadada le dijo que le "echaría encima a la Policía si le había pasado algo a su hija". 

Eva Casanueva también llamó a Samuel Benítez aquella noche, al igual que a otros muchos amigos de Marta, pero la respuesta que le dio este joven les hizo sospechar aún más, puesto que esta conversación tuvo lugar unos veinte minutos antes de las doce de la noche y en la misma Samuel les dijo que según le había contado Miguel había llevado a Marta a su casa "a las doce", lo que suponía una clara contradicción. 

Los padres relataron al tribunal el sufrimiento que han pasado y siguen pasando desde que desapareció su hija, con los continuos cambios de versión que han ido "martirizándoles" y ha supuesto una "tortura infinita". Con los cambios de versión, se estaban "quedando con la Policía y con toda la sociedad", indicó Antonio del Castillo, que ironizó al afirmar que cualquier día iban a decir que su hija había desparecido "por arte del Espíritu Santo". Para los padres es tanto el dolor que están pasado que "aunque parezca absurdo sería un alivio con que nos devolvieran el cuerpo", añadió Eva Casanueva. 

El tío de Marta, Javier Casanueva, que se presentó en el piso de León XIII a la una de la tarde del día 25, confirmó que habló con Javier Delgado, quien mantuvo una "actitud violenta" cuando llamó a su puerta "aporreándola" tan sólo unos minutos después de haber hablado con un vecino, Diego Carrere, quien le confirmó que aquella noche vio a Miguel Carcaño sobre la 1:30 manipulando una silla de ruedas dentro de edificio. Javier Delgado, según el familiar de Marta, tenía una actitud "fría, muy calculada y de no salirse del guión" que en aquel momento consistía en decir que su hermano había dejado a Marta en su casa sobre las nueve y media de la noche. 

El tío de la joven explicó que cuando entró en la casa del asesino confeso percibió un olor a limpio -el mismo que han relatado otros testigos-, aunque en ese momento no le prestó atención a este detalle. 

Javier Casanueva también contó que unos días después volvió a reunirse con el hermano del asesino confeso y fue entonces cuando éste le dijo que "para bien o para mal" estaba asesorando a Miguel en todo lo relacionado con el caso. 

En la sesión de ayer también declararon cinco jóvenes, uno de ellos menor de edad, que participaron en las primeras horas en la búsqueda de Marta y que coincidieron en asegurar que entre las 2:15 y las 2:30 de la madrugada no había nadie en la vivienda de León XIII, dado que incluso levantaron la persiana del salón y no vieron luz ni oyeron nada raro. 

Dos jóvenes confirmaron que el testigo de la silla de ruedas les dijo que había visto a Miguel en el portal sobre la 01:30, cuando las defensas le preguntaron para que aclararan si inicialmente el testigo no había situado ese encuentro en torno a la 01:00. 

Dos de los testigos también mostraron sus sospechas por la escasa ropa que llevaba Samuel Benítez cuando se unió a ellos en la búsqueda de Marta, poco antes de las cuatro de la madrugada, en la calle Betis. "Iba muy desabrigado para el frío que hacía" aquella noche, que también había estado lloviendo. 

Una de las testigos mostró la "decepción" que se había llevado con Samuel Benítez, después de que éste le comentara en una misa por Marta que "la encontrarían", cuando al poco tiempo se produjo su implicación en el caso.

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