Con el objetivo de incentivar la fórmula del autoempleo para salir de las listas del paro, el Gobierno andaluz dio ayer luz verde a la medida fiscal por la que los nuevos autónomos podrán disfrutar una desgravación de 400 euros en el IRPF, cantidad que se eleva a 600 para los emprendedores de más de 45 años. Esta deducción se aplicará a quienes se hayan dado de alta desde el 1 de enero, por lo que serán en torno a 23.800 personas las que podrán beneficiarse.

Esta nueva ayuda fiscal a la baja no fue la única aprobada para reactivar la economía. También se ha tocado el impuestos de sucesiones y donaciones, ampliándose la reducción del 99% en la transmisión de empresas individuales y acciones de empresas andaluzas a los parientes de tercer grado y a quienes no siendo familia tengan vínculo laboral.

Para compensar la balanza de estas bajadas de impuestos -no supondrán para las arcas autonómicas un coste superior a 7 millones- habrá una subida de otros, en este caso, serán de progresividad fiscal. Se aplicarán al impuesto sobre transmisiones patrimoniales, en los que se ampliará del 7 al 8% la tasa para los inmuebles de más de 400.000 euros, garajes de más de 30.000 euros, vehículos y embarcaciones de lujo y antigüedades. En este caso, las previsiones es que tendrán que tributar unas 32.000 operaciones.

Este paquete de medidas fiscales, aunque ya está aprobado como decreto ley, será susceptible de debate con la oposición en el marco de la negociación del pacto anticrisis, ya que también será tramitado como proyecto de ley en el Parlamento.