Andalucía

El juez dice que Bretón ideó durante un mes la desaparición de sus hijos

  • El magistrado detalla en el auto de procesamiento que el padre de los pequeños dejó pistas falsas para confurndir a la Policía y mantuvo durante casi cuatro horas su móvil desactivado para no ser localizado

José Bretón ideó una estrategia casi perfecta para hacer desaparecer a sus dos hijos, Ruth y José, de seis y dos años, durante casi un mes. Así lo asegura el juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Lainz, en el auto de procesamiento al que ha tenido acceso este periódico, al tiempo que reitera que el único objetivo del padre de los menores, acusado de la presunta comisión de dos delitos de detención ilegal y de simulación de delito, era causar un "daño grave" a Ruth Ortiz, después de que ésta decidiera poner fin a su relación.

El juez detalla que Bretón acudió a la finca de los abuelos paternos de Las Quemadillas -el último lugar en el que supuestamente estuvieron los pequeños- al menos en 11 ocasiones entre el 15 de septiembre, fecha en la que Ruth decidió iniciar los trámites de separación, hasta el fin de semana del 7 al 9 de octubre en el que desaparecieron los niños sin dejar rastro. Durante ese tiempo, según el letrado, Bretón hizo creer a su familia que estaba acometiendo reformas en la finca para idear su estrategia y poder llevar a efecto su propósito, aunque el magistrado no descarta que para ello contase con la ayuda de una tercera persona. "Llegó a pasar noches enteras estudiando y dando cumplimento a su plan establecido", asegura el magistrado, al tiempo que baraja la posibilidad de que dos días antes de la desaparición utilizó a sus dos sobrinos para saber cuál sería su actitud si los dejaba solos.

Una vez ideado el plan, Bretón recogió a sus hijos el 7 de octubre en la casa de su abuela materna, Obdulia, en Huelva para partir hacia Córdoba pasadas las 14:00, después de quedar con Ruth Ortiz para pedirle una segunda oportunidad, aunque ésta prefirió no darle una respuesta. El encartado, según lo que piensa el juez, dejó las maletas de los pequeños en el asiento delantero derecho del vehículo para que la abuela no pudiese ver que portaba una serie de efectos, como por ejemplo sábanas, para realizar su plan. Una vez en Córdoba, aproximadamente en torno a las 18:30, Bretón acudió de nuevo a la finca de Las Quemadillas sin sus hijos. Incluso, el juez relata que Bretón esa misma noche empezó a preparar la coartada de su plan, ya que hizo creer a sus hermanos, Catalina y Rafael, que al día siguiente había quedado a comer con unos amigos, lo que era completamente falso, con el fin de estar ilocalizable durante gran parte del día y así dar forma al lugar elegido para simular la pérdida de los menores en la Ciudad de los Niños, donde, según asegura el juez, Ruth y José nunca estuvieron.

El 8 de octubre Bretón acudió a la casa de su hermana junto a sus dos hijos, pero una vez allí, sin que ésta ni su marido se percatasen, consiguió desplazarse con el vehículo de la pareja de nuevo hasta Las Quemadillas. Una vez allí, tal y como captaron las cámaras de un centro de inserción cercano, Bretón estacionó su vehículo frente a la puerta de acceso a la finca acompañado "aparentemente" por otra persona, cuya identidad se desconoce. Aunque, según el magistrado, este individuo no volvió a subirse al coche una vez que el padre de los menores abandonó el lugar en torno a las 11:15.

Tras regresar a la casa de su hermana Catalina, Bretón se quedó al cuidado de sus hijos y de sus sobrinos durante dos horas. Su siguiente parada fue la casa de sus padres, aunque Rodríguez Lainz destaca que allí permaneció unos escasos cuatro minutos, el tiempo necesario para subir a los niños en su coche para dirigirse esta vez con ellos hasta la finca paterna, donde llegó a las 13:46. Una vez allí efectuó una llamada a Ruth que ésta no respondió, por lo que decidió ejecutar el plan preconcebido. Para ello Bretón desactivó las aplicaciones de internet de su móvil desde esa hora y hasta las 17:30 para evitar cualquier riesgo de ser localizado. El encartado aprovechó ese periodo de tiempo, según Rodríguez Lainz, para realizar su plan, aprovechando para ello "el espacio de intimidad" que le proporcionaba la parcela, así como el entresijo de caminos de la parcelación, y así hacer desaparecer a sus hijos, de los que se desconoce aún su paradero.

El juez instructor además deja claro en el auto de procesamiento que Bretón también aprovechó ese espacio de tiempo para dejar pistas falsas con el objetivo de despistar a la Policía en las primeras investigaciones. Así, preparó una hoguera en los terrenos de la finca en la que quemó ropas y enseres de Ruth Ortiz; guardó en su vehículo dos cuchillos envueltos en tela, sábanas, un trozo de cordel y cinta americana; preparó la habitación de los niños repleta de sus juguetes y dibujos; dio a entender a su entorno familiar su intención de realizar una gran obra para hacer pensar que los niños pudiesen estar escondidos o enterrados en un falso techo; e incluso se acercó hasta las orillas del Guadalquivir para dejar una huella de pisada falsa para que los agentes pensaran que había tirado los cuerpos al río. "Tenía la intención de desviar la atención el máximo tiempo posible para favorecer el éxito de su estrategia", señala el juez.

Bretón, tal y como captaron las cámaras de vigilancia del centro de inserción, abandonó la parcela a las 17:30 para dirigirse al Parque Cruz Conde. En este trayecto el juez destaca que el encartado tuvo un margen aproximado de 10 minutos para alcanzar un punto previamente preparado para ocultar a sus hijos, o bien para trasladarlos hasta el vehículo de una tercera persona, que "se los podría haber llevado sin ningún tipo de problema o impedimento". Finalmente, aparcó su coche a las 18:00 en el en torno de las instalaciones deportivas El Fontanar, próximas al Parque Cruz Conde, donde, según el magistrado, nunca llegó con los niños ni los perdió a causa de un despiste. El juez basa estas afirmaciones en las imágenes captadas por la cámaras de vigilancia de la Ciudad de los Niños, que demuestran que los dos pequeños no iban en el coche. Según el juez, el padre de los menores no contaba con la existencia de este sistema de seguridad, a pesar de que días antes de la desaparición preguntó a un amigo Policía sobre el sistema de seguridad de la zona, por lo que consideró que el Parque Cruz Conde era el sitio "perfecto para escenificar la pérdida".

Bretón se puso en contacto a las 18:00 con su hermano Rafael a través de un sistema de mensajería instantánea, aunque hasta las 18:18 no le comunicó que había perdido a los niños. También llamó a su hermana, quien le sugirió que acudiese hasta la Ciudad de los Niños para dar aviso por megafonía de la pérdida. El juez destaca que Bretón en todo momento presentó un comportamiento "anómalo" ante la pérdida de sus hijos, al tiempo que reitera que la versión que aporta de los hechos es "ilógica e irracional", ya que considera "imposible" perder de vista a los menores en el lugar que Bretón indicó y en tan breve espacio de tiempo.

El juez concluye en su auto de procedimiento que estos hechos constituyen dos delitos de detención ilegal cualificada por la desaparición de las víctimas menores de edad, con agravantes de parentesco, ya que hasta el momento es tan sólo una hipótesis el que haya matado a los pequeños en un plan preconcebido, así como un delito de simulación de delito . El magistrado además solicita nuevas pruebas a la UDEV, encargada de la investigación, así como una nueva declaración indagatoria del procesado, que tendrá lugar el próximo día 25 de mayo a partir de las 10:00.

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