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Lo que hay en el fondo de la urna

  • En Paterna, donde se registra el mayor porcentaje de voto socialista de la provincia, explican este apego de los mayores a los tiempos en que las penurias ya no fueron tantas: "Algunos siguen diciendo que votan a Felipe"

Dos de los contertulios, en el bar La esquina del maki de Paterna. / JULIO GONZÁLEZ

“NOS traemos aquí a Franco, a la plaza del Ayuntamiento, quitamos esa fuente que es muy fea, y dinamizamos el turismo y fin de la polémica”, idea uno de los parroquianos, un hombre ya mayor, un hombre de campo. El Maki, que regenta el bar La Esquina desde hace año y medio, aunque el bar de la esquina tiene una historia de lo menos 70 años, calcula, se ríe y bromea: “Bueno, todo lo que sea bueno para el negocio... que lo traigan. Y del otro lado que también nos traigan a alguien y así tenemos clientes de uno y otro lado que ya verás como aquí no se pelean”.

Tampoco sería tan extraño, rememora Juan, conductor de ambulancias: “Franco paraba aquí a comer en el pueblo cuando iba camino de Las Lomas a cazar”.

Estamos en Paterna, que como tantos pueblos tiene su origen en un cortijo. Aquí se ha vivido siempre del campo y ahora, con tanto campo alrededor, apenas hay campo del que vivir, por lo que se vive de lo que se declara y, sobre todo, de lo que no se declara. Como tantos pueblos.

Hemos elegido Paterna porque es el pueblo de la provincia en el que existe un mayor porcentaje de voto socialista y hemos elegido por casualidad el bar La esquina de El Maki, una década trabajando fuera en maquinaria industrial hasta regresar a sus raíces, “yo, que mi padre y mi mujer tenían un bar y no quería ver un bar ni en pintura".

La pregunta es por qué llevan gobernando 36 años los socialistas en Andalucía. Por qué les vota Paterna. Vamos a ver, Paterna no sólo no es un pueblo rico, sino que más bien es un pueblo pobre. La media de lo que se declara por IRPF apenas supera los 12.000 euros anuales.Durante un tiempo, bastante tiempo, fue el pueblo con un mayor porcentaje de paro.  ¿Por qué? ¿Qué le dieron los socialistas?

A los que hemos pillado a traición en el bar quizá no sean los más representativos de la economía de Paterna. Como se ha dicho, Juan conduce ambulancias y no se ha visto en la necesidad de cobrar el paro desde hace 16 años, lo que es muy raro en el pueblo, asegura; José es panadero, cada mañana ve despertar al pueblo y se cruza con los vecinos que se van a Gibraltar, que es donde ahora hay construcción, o a los Astilleros -“somos un pueblo dormitorio, las habichuelas hay que buscarlas fuera”-; y el Lara regenta el establecimiento de alimentación y papelería. Hace mucho que ninguno de los tres percibe una paga pública ni una ayuda. 

Juan da una visión histórica. “Paterna no siempre ha sido socialista. Al principio vinieron los andalucistas y se fueron a hablar con la gente del campo a decirles que les traerían dignidad y mejores jornales. El primer alcalde de la democracia fue Pepe Vera, que venía de Lebrija, de Sevilla, no era de aquí. Los primeros cuatro años lo hizo muy bien, los otros cuatro yo creo que no tanto. Aún hoy sigue habiendo veristas. Ese testigo supieron cogerlo los socialistas y ya no lo han soltado. Eran los nuevos andalucistas. Hay una parte de la población que teme que vengan otros y peligren las pequeñas ayudas que tienen y van a lo seguro”.

Votar a Felipe

“Son los mayores -tercia Lara-, porque los jóvenes no votan demasiado”. Juan asegura que a algunos de los mayores, de los que habla con absoluta ternura,  cuando se les pregunta que a quién van a votar, responden: “Pues a quién va a ser, a los de Felipe”.

Para la generación nacida en la década de los 40 y los 50 el socialismo de los años 80 transformó su vida y es ése el que tienen en su retina. “No cambiarían el voto por nada. Aquí a principios de los 80 no sé si había hambre, pero sí muchas necesidades. Y las cosas cambiaron. Esas paguitas cambiaron las cosas. En los pueblos se vive con poco, no es como en Cádiz. Aquí, con 1.200 euros, que no lo gana mucha gente, eres el rey el Mambo”.

Lara ha observado algo en las jornadas electorales: “Ocurre una cosa curiosa los días de votación. Los primeros recuentos en las urnas siempre dan unos resultados parejos, pero cuando se empieza a rebañar las urnas el resultado se decanta socialista abrumadoramente.

¿Por qué pasa eso? Porque los más mayores son los primeros en votar, que se levantan pronto, y sus votos están al fondo de la urna. Siempre ocurre así”.

José no tiene tan claro que esto vaya a suceder esta vez. “Se nota algo de malestar precisamente entre la gente mayor. Ellos no se aclaran bien quién les quiere tocar la pensión o las ayudas, si es Madrid o si es la Junta, pero la reacción es de enfado, descontento, y culpan a lo que tienen más cerca. Pero no sé, lo mismo el resultado es el mismo de siempre”.

El funcionamiento del mercado del trabajo, explican, tampoco debe nada a los supuestos esfuerzos de la Junta en el mundo rural. “Aquí la gente busca la paga de los 400 y pico euros, pero con eso no se vive, es un complemento. Aquí nadie va al INEM, en el INEM no hay trabajo. En los pueblos nos conocemos todos y entonces te vas a buscar al trabajo al constructor, al electricista, al manijero... pero eso no siempre se registra claro, no figura. Y entonces vivirse se vive, no holgadamente, pero se vive”.

Ninguno de los miembros de la tertulia, hombres entre 30 y 50 años, parece demasiado satisfecho con la labor que los socialistas están haciendo ahora en el pueblo, aunque no se posicionan con ninguna otra opción, incluso uno puede intuir (o no) que son abstencionistas. “Es que es inaudito, no hay ni seguridad. No sé por qué les siguen votando”, exclama un nuevo parroquiano que se incorpora a la charla en cuanto escucha de lo que estamos hablando.

Pero, pregunto, ¿dónde están los socialistas del pueblo más socialista? Me dan una explicación. “Unos seis meses antes de las elecciones en el Ayuntamiento empiezan a dar trabajo. Habréis podido verlo (lo hemos visto) que hay mucha gente, mujeres casi todas, con chalecos limpiando las calles. A determinada hora verás la escoba en la puerta de la casa porque hay que parar un momento para hacer el puchero y la faena”. En un pueblo donde el trabajo estable es el privilegio de unos pocos, esos meses de trabajo temporal vienen de perlas. “Y para muchos eso es lo que trajeron los socialistas. Cada uno vota, al fin y al cabo, según sus intereses”, concluyen.

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