Andalucía

El gentil adiós de Sanz

  • El ex secretario general y casi aspirante se despide tras 19 meses sin estrépito y agradecido a sus amigos

Serio, sin concesiones a la chanza, con un perfil profesional de gestor, siempre respetuoso, José Luis Sanz se despidió ayer tras 19 meses como secretario general del PP andaluz. El también alcalde de Tomares, que hasta la irrupción de Moreno Bonilla fue el candidato mejor posicionado a dirigir la nueva etapa del PP-A, se marchó tal como entró: sin estridencias, sobrio, agradecido. Muchos dirigentes, entre ellos Javier Arenas, le agradecieron en público su gesto y pusieron en valor su renuncia, elogiosamente, porque en la política valen tanto los pasos que se dan como los que no.

Con un rictus inalterable al que en público cuesta recordar una sonrisa abierta, Sanz dedicó la última parte de su intervención ante el plenario (que aprobó por unanimidad el informe de gestión presentado) a comentar la sucesión en su partido. "Desde hace meses la palabra clave ha sido quién, a partir de ahora es el cómo. Cómo vamos a conseguir el cambio político en Andalucía que va a liderar Juanma Moreno", señaló Sanz.

 

Con constantes apelaciones a la unidad a lo largo de su discurso, el ex número dos del PP andaluz recordó que se afilió al partido en 1990a unos metros de donde se celebra este 14 congreso  que encumbra a Juan Manuel Moreno Bonilla como guía de los populares andaluces: en el edificio original del palacio de congresos de Sevilla. 

"Como un militante más voy a seguir y estaré a disposición de mi partido", avanzó. Sanz se ha caracterizado en su gestión por lo que mejor sabe hacer, no hacer ruido si no hay necesidad de ello, y así se despidió. Nadie que le conociera creyó en la posibilidad de presentar una candidatura alternativa en este congreso, algo extraterrestre en el PP.

 

"He estado donde el partido ha querido que esté", dijo Sanz en otro momento de su discurso, antes de enunciar un prolífico listado de agradecimientos en el que se pudo conocer a quienes considera sus amigos y que comenzó con los medios de comunicación, con el gabinete de prensa y su responsable (Mateos Risquez) y los trabajadores de la sede, con el grupo parlamentario (mencionó al portavoz Carlos Rojas), los diputados del Congreso, los ochos alcaldes de capitales andaluzas (que nombró), los ministros andaluces (a mi amiga Fátima), a los presidentes provinciales (el de Sevilla, su amigo Juan Bueno), los secretarios generales provinciales (entre los que se encuentra Dolores López Gabarro, su ahora sucesora en el cargo) "y a mi gran amiga" Ana María Corredera, la número tres de la formación como vicesecretaria general, malagueña que por el reparto provincial cede el puesto a una sevillana, Virgina Pérez. También agradeció a Cospedal, quien le bendijo en una carrera que no inició. Las últimas palabras quedaron para Juan Ignacio Zoido, con quien ha compartido los "buenos y malos momentos" de este periodo, y a quien también introdujo en su grupo de amigos.

 

El adiós de Sanz escenificó el relevo de la directiva saliente, la que ha servido de transición entre la marcha (si lo fue) y el regreso (si lo es) de Javier Arenas. Al bajar del atril Sanz se encontró con el abrazo tendido de Arenas, de quien había dicho que era uno de sus referentes en la política, y durante diez segundos quedaron fundidos. Un abrazo gentil para concluir una etapa.

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