Juicio a Bretón

Los hechos probados de Bretón

  • El jurado ha elaborado un dictamen muy detallado y argumentado en el que ha sido fundamental el testimonio de Exteberria para declarar al acusado culpable por unanimidad.

Fin a las elucubraciones, a los supuestos o a las distintas versiones que durante los últimos 21 meses se han escuchado y escrito sobre lo que sucedió el 8 de octubre de 2011. El jurado popular terminó el viernes con todas las opciones para dejar claro, de manera contundente y bien argumentada, que José Bretón es culpable, que mató y quemó a sus hijos Ruth y José -de seis y dos años de edad- y que lo hizo por venganza a su exmujer, Ruth Ortiz. Los nueve miembros del tribunal -siete mujeres y dos hombres- tardaron 72 horas en dar forma a un veredicto impecable, donde todos los puntos quedaron bien atados y argumentados y permitieron una contundencia que hace muy difícil que prospere el recurso que el abogado defensor, José María Sánchez de Puerta, ya ha anunciado que va a interponer.

La argumentación y contundencia, sin duda, era uno de los objetivos del jurado, que quería elaborar un documento que no dejara la más mínima puerta abierta a la inocencia de Bretón. Culpable por unanimidad y, para considerar probados los hechos, acompañaron decenas de referencias a testimonios escuchados en la sala de vistas o a las pruebas periciales con una exactitud intachable. Desde la fecha de la declaración del testigo al número de folio de sumario, ningún dato quedó en el aire gracias al trabajo realizado por los jurados durante las tres semanas de juicio en las que, atentos, no dejaron de tomar notas de todo lo que sucedía. Los propios expertos en leyes se sorprendieron del contenido del veredicto porque no es habitual que un jurado popular incluya tantos razonamientos sobre su decisión.

Con todo lo escuchado y visto en la Sección Tercera de la Audiencia el jurado lo tuvo claro y desmontó de manera aplastante la versión de que Bretón perdiera realmente a sus hijos o que los huesos encontrados en la hoguera no fueran de los pequeños. La intervención del forense Francisco Etxberria, con una gran carga didáctica y muy esclarecedora, fue sin duda clave para los jurados que, de manera impecable, han declarado probados los siguientes hechos. Esto es lo que hizo Bretón el 8 de octubre de 2011.

José Bretón salió de la casa de sus padres en su coche con sus dos hijos dirección a la finca de Las Quemadillas. Durante el trayecto, o un vez en la parcela, le suministró a los pequeños "un número indeterminado de pastillas Motiván y Orfidal". El jurado se ampara en la señal del móvil de Bretón que, durante el trayecto desde su casa en La Viñuela hasta Las Quemadillas, permanece dos minutos parado en la avenida de Libia. Además, los jurados recordaron que el propio acusado aseguró en su declaración que los niños estuvieron dormidos desde que salen de su casa hasta las 17:30. También consideran probado que Bretón llamó a Ruth sobre las 13:48, según queda demostrado en distintas pruebas periciales, y la falta de respuesta fue detonante para que siguiera con su plan.

José Bretón preparó una especie de pira funeraria en un lugar que normalmente no estaba destinado a encender hogares y en ella colocó los cuerpos de sus hijos Ruth y José y prendió una gran hoguera que avivó rápidamente gracias a uso de leña -unos 250 kilos- y gasoil -alrededor de 80 litros-. Este fuego llegó a alcanzar temperaturas de hasta 1.200 grados "logrando un efecto similar al del horno crematorio" de manera que las partes blandas de los cuerpos de los niños desaparecieron y sólo quedaron los huesos. Para probar este hecho ha sido fundamental el testimonio del forense Francisco Etxberria que afirmó rotundamente que había "restos óseos calcinados de niños de seis y dos años de edad", según apuntó el jurado en su acta. El experto determinó incluso la posición de los pequeños. Los testimonios de los testigos que vieron la hoguera y los que le vendieron la gasolina se aportan también para probar que Bretón permaneció junto a la pira hasta las 17:30, alimentándola de carburante para mantener la elevada temperatura, de manera que se permitiera "la total calcinación y desaparición" de los cuerpos de sus hijos. Según los testimonios se necesitan unas tres horas para la cremación e incineración de restos y eso es justamente lo que hizo Bretón.

Todo esto lleva al jurado a determinar probado por unanimidad que el acusado mató a sus hijos y además lo hizo "valiéndose de su mayor fortaleza, confianza y autoridad" con los pequeños y se trató de una muerte violenta homicida.

Una vez ejecutada la primera parte de su plan, terminar con la vida de los pequeños, y después de asegurarse de que no habían quedado restos, José Bretón se dirigió al entorno de la Ciudad de los Niños, donde aparcó a las 18:01 en la calle Pintor Espinosa. Allí llamó a su hermano Rafael Bretón y después recibió una llamada de su madre. Cuando consideró que había pasado el tiempo "suficiente" para hacer creíble "la ficticia desaparición" de los pequeños, a las 18:18, llamó de nuevo a su hermano para decirle que había perdido a sus hijos.

Bretón lo tenía todo bien pensado y llamó al servicio de emergencias 112, llamada que se escuchó durante el juicio y que el jurado aporta como prueba. Además, acudió a las 20:43 a la comisaría de Campo Madres de Dios para interponer la denuncia. Todo formaba parte de su plan.

El principal argumento de la defensa se basaba en rechazar que los huesos analizados eran los mismos que se encontraron en la hoguera días después de los hechos o, incluso, que no pertenecían a Ruth y José. Ya el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) negó esta posibilidad en un auto de contestación al recurso del abogado defensor, José María Sánchez de Puerta, y el jurado volvió el viernes a desmontar esta teoría. "Los huesos son de la hoguera", recoge el acta del veredicto y para eso se apoya en los testimonios que varios policías ofrecieron la mañana del 26 de junio y, una vez más, en el informe de Etxeberria. También se aporta la prueba consistente en unas imágenes que comparan os restos de la hoguera y los analizados, por lo que se demuestra que son los mismos. La referencia a los informes que realizaron otros expertos y el del Instituto Nacional de Toxicología también se incluyen en el acta del veredicto.

"Los huesos son de Ruth y José, no consta que pudieran ser de otras personas". Es la frase del jurado que vuelve a dejar en evidencia la estrategia de la defensa. Y de nuevo salta a escena Etxeberria que en una parte del tomo 19 del sumario afirma que "todos los huesos son calificados por su pertenencia al género homo, humano, y en concreto pertenecen a dos individuos infantiles de seis y dos años".

El móvil de este crimen fue la venganza. Cuando en septiembre de 2011 Ruth Ortiz le dijo a José Bretón que quería separarse, el acusado "concibió la idea de dar muerte a sus hijos como venganza a su esposa". Este hecho, aprobado por unanimidad, se apoya en declaraciones de la propia Ruth, que el 19 de junio realizó afirmaciones como "es rencoroso" o "me dijo que no se iba de este mundo sin matar a nadie". Igualmente se incorpora la frase de Obdulia -abuela materna de los niños- que confesó que Bretón le dijo "es la última vez que vas a ver los niños". Otros familiares y amigos y los testimonios del psiquiatra, que lo definió como "reservado, celoso, controlador, rígido", también se incluyen como argumentación.

Bretón eligió la finca de Las Quemadillas para ejecutar su plan porque "tenía disponibilidad absoluta, privacidad y accesibilidad para acudir los días previos y realizar los preparativos", apuntó el jurado. Otra clave fue el testimonio de Ruth cuando explicó que el padre de los niños se había negado a realizar una permuta en el régimen de visitas establecido, impidiendo así que los niños acudieran al bautizo de sus primos.

Y es que ya lo tenía todo pensado y dispuesto para acometer el macabro plan que ha conmocionado a todo el mundo. El caso está ahora visto para sentencia y redactar el dictamen con la pena corresponde al magistrado Pedro Vela.

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