Andalucía

El hermano Manolo habla de "venganza" en el juicio por abusos

  • El ex director del centro de discapacitados psíquicos de la Cruz Blanca en Córdoba admite problemas puntuales con trabajadores.

Los tres acusados por la supuesta comisión de malos tratos y abusos sexuales a discapacitados psíquicos de la residencia regentada por la congregación de la Cruz Blanca defendieron ayer su inocencia ante el juez. Después de una instrucción complejísima por la dificultad para obtener los testimonios de las víctimas, el ex responsable de la orden en Córdoba -el hermano Manuel Ortiz-, otro franciscano y un ex cuidador del turno de noche se sentaron en el banquillo para dar su versión de los hechos, testimonios que tuvieron lugar a puerta cerrada por petición de la Fiscalía y de la acusación particular de dos de los incapaces, representados por la Sociedad Cordobesa de Tutela.

Al término de la primera sesión de la vista oral, que se prolongó durante seis horas, el abogado defensor del ex trabajador procesado, Luis Roldán, afirmó que el hermano Manolo testificó que cree que fue "el ánimo de venganza" lo que motivó la denuncia que dio lugar al proceso. Según especificó, se trataría de una "venganza" por parte de algunos trabajadores con los que el religioso tuvo "puntualmente" algún "problema". El principal acusado podría haberse creado "un grupo de enemigos" y, por tanto, los otros imputados se podrían haber visto "perjudicados" al posicionarse del lado de Ortiz.

Aparte de los acusados, por la sala de vistas pasó una decena de testigos, con opiniones contrapuestas. Unos se habrían mostrado "a favor" de los acusados, entre ellos el que fuera director del centro, mientras que otros lo habrían hecho en contra. Durante las declaraciones, los testigos hicieron hincapié en que los disminuidos psíquicos son a veces "niños grandes", con los que es "muy complicado" trabajar y a los que, en ocasiones, "recriminarles algo puede generar incluso un ataque". Entre los testigos, se encontraría uno protegido con "interés manifiesto", según el letrado, quien sostuvo que la familia que iría contra el principal acusado habría iniciado "una historia sin prueba ni fundamento", motivo por el que su cliente mostró su "indignación e incredulidad" por estar acusado. Otro testigo realizó una declaración "absolutamente exculpatoria".

El abogado defensor del hermano Manolo, Emilio Zegrí, reiteró que los acusados negaron "todas y cada una de las imputaciones". El religioso declinó hacer alguna manifestación a los medios de comunicación. El abogado de la Sociedad Cordobesa de Tutela, José Manuel Expósito, avanzó que hoy declararán los afectados, que lo harán desde una sala a través de videoconferencia.

El hermano Manolo, que dirigió la residencia hasta 2010, se enfrenta a una pena de 20 años y seis meses de cárcel. El Ministerio Público lo acusa de comisión de 10 delitos de maltrato y tres de abusos sexuales, al tiempo que también acusa de abusos sexuales a otro franciscano y a un ex cuidador, que se enfrentan, respectivamente, a tres y seis años de prisión.

Según el relato provisional de acusación, entre 2007 y 2010 Manuel Ortiz habría utilizado un "rigor innecesario" para corregir las conductas de los residentes, a quienes habría agredido "de forma habitual". Se habrían producido guantazos, tirones de pelo y diversos golpes. El fiscal también describe tocamientos a algunos residentes y apunta que "a sus víctimas les decía era un juego y les aleccionaba de que si decían algo los echaría del centro".

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