Andalucía

No hay límites para el nuevo talento andaluz

  • Los galardonados son un investigador del cáncer de referencia, una gimnasta de éxito, un cineasta en auge, un cooperante inquieto y un empresario pionero

A veces, para triunfar con una empresa, no es imprescindible una gran inversión. Ni pequeña. Alfredo Pérez Guerrero, cofundador con su mujer, María Vera, de la consultoría Ayuda- T Pymes, habilitó el salón de su casa como oficina hace tres años y medio. A los pocos meses, ya con diez personas en nómina, el salón se quedó pequeño y se trasladaron a un módulo de oficina. Hoy, ya no hay espacio allí para 24 trabajadores y Pérez Guerrero ya trabaja en levantar un edificio de 750 metros cuadrados que espera esté listo en marzo o abril.

No hay fronteras. Muchos jóvenes andaluces se hacen a sí mismos, en un contexto complicadísimo. Como hizo el propio Alfredo Pérez, al ser casi un pionero en la explotación del negocio de la asesoría en internet. O como Pedro Medina: estudió en un colegio público y después en la Universidad de Granada, con notas máximas. Y marchó a continuación a la Universidad de Yale, al Departamento de Biología Molecular, Celular y del Desarrollo (con algún premio Nobel entre sus miembros) para cursar estudios de posdoctorado. Sus hallazgos en la lucha contra el cáncer han sido publicados en algunas de las revistas científicas más prestigiosas, como Nature.

El guionista Jorge Laplace se ha convertido en un exponente claro de ese polifacético nuevo cine español. Su formación de base también fue andaluza: licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla. Durante la carrera, presentó con otros compañeros un trailer de un taller de animación a una profesora y ésta les llevó a La Zanfoña Producciones, productora de Grupo 7, para que hicieran realidad su sueño. Dar vida a Palomita mía, cortometraje de 16 minutos basado en un cuento típico andaluz, costó cuatro años. Colaboraron Antonio Dechent, Antonia San Juan o Vicente Romero, hicieron hasta diez maquetas y en los títulos de crédito aparecen 120 personas. Fue la escuela con la que Laplace despegó.

Lourdes Mohedano es la prueba de que el origen tampoco es un límite. Puede decir con orgullo que una chica de 17 años de Peñarroya-Pueblonuevo, en el valle del Guadiato-Los Pedroches, ha sido la benjamina española de los Juegos de Londres y consiguió allí, con el conjunto de gimnasia rítmica, la cuarta plaza en la final por equipos. Se quedó un pasito de la medalla.

Los cinco galardonados del V Premio Andaluces del Futuro, que conceden Grupo Joly y Bankia, tienen en común -en el ámbito de la ciencia, la cultura, la empresa, la acción social y el deporte- esa inquietud de no esperar y agarrar ellos mismos las riendas cuando el futuro a priori es complicado. El nivel de los premiados demuestra que el premio se consolida y que ya es una referencia entre los jóvenes.

Alfredo Pérez Guerrero ha revolucionado con su mujer el mundo de la asesoría. Ayuda- T Pymes ofrece sus servicios exclusivamente por internet, y, a pesar de la limitación que supone la ausencia de contacto físico, ha conseguido ya más de 1.000 clientes finales, trabaja para cadenas de franquicias como McDonalds e incluso ejerce de marca blanca, al trabajar por encargo para otras muchas asesorías. Crece a un ritmo de casi cuatro clientes nuevos al día, y son más los de otras regiones que los andaluces. ¿El secreto? Pérez habla de transparencia con el usuario, más calidez y personalización del trato, para suplir el hecho de que no sean visibles, y tarifas planas en el precio.

Si Pérez Guerrero ya puede presumir de éxito, otros aún no, pero están muy bien colocados en la parrilla de salida. Juan Manuel García Fuentes, pedagogo de sólo 25 años, ya puede decir que ha estado en Huacho (Perú), donde trabajó con niños vulnerables socialmente y con necesidades especiales; y en la zona del lago Atitlán (Guatemala), donde desarrolló materiales educativos. Además, y por su cuenta y riesgo, está elaborando una historia de vida con testimonios de mujeres guatemaltecas que espera ver editada en un libro en el futuro.

El momento no es el mejor. Las ONG tienen dificultades por los recortes en el presupuesto y las oposiciones para pedagogo están congeladas. Pero él es "optimista" y tiene claro que quiere continuar en la dinámica que ha emprendido hasta ahora. "No soporto la rutina de estar en el mismo sitio, necesito salir y experimentar", afirma.

Pedro Medina, investigador del cáncer, volvió a España hace un año aun teniendo ofertas en Estados Unidos para ser jefe de grupo en el prestigioso MD Anderson Cancer Center, en Texas; y en Suecia para un puesto en el Karolinska Institute, el que concede los Premios Nobel. Lo hizo por motivos familiares, aprovechando la ventana que ofrecían los programas de reincorporación de científicos. Y ahora, tras una carrera reconocida ampliamente en el exterior, trabaja en varios proyectos y en el desarrollo de su propio equipo en el edificio GENyO, centro de referencia para la investigación de la base genética de las enfermedades. Todas sus investigaciones y hallazgos giran en torno a cómo actúan los genes en la reprogramación de las células cancerígenas.

No se queja. Sobre todo cuando ve a sus compañeros sufrir los recortes. Él, al menos, ha conseguido financiación, aunque admite que en el año que lleva en España ha empleado energías en solventar los retrasos en las convocatorias de becas o en la contratación de jóvenes investigadores. En Estados Unidos, afirma, eso no pasa. Aparte de que se tiene más conciencia de que la investigación es una inversión -son las propias empresas privadas las que sostienen las universidades- allí, afirma, cuando una financiación está concedida "te olvidas durante unos años y te dedicas sólo a investigar". Insiste en que falta el ambiente adecuado, pero no el talento. "La formación en España sí es muy buena, yo veía que, en comparación con otros de otras partes del mundo, nuestro nivel era muy bueno, no sólo en medicina, también en otras carreras".

Por ejemplo, en el cine. El próximo domingo Jorge Laplace estará sentado en su butaca del Centro de Congresos Príncipe Felipe, expectante porque Alfred y Anna, cortometraje de animación del que es guionista, es candidata a los Goya. Laplace vive en Nueva York, donde trabaja en dos coproducciones internacionales, y pertenece plenamente a esa nueva generación de cineastas españoles que buscan "hacer cine comercial en el buen sentido -menciona la factoría Pixar como ejemplo- con proyección internacional, no local". Hacer cine sin fronteras, en definitiva. Es el nuevo talento andaluz.

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