cuarta función de cuartos

Una luz entre las sombras

  • 'La eternidad' de Martínez Ares despunta en una sesión de poco brillo. El Selu también destaca

La eternidad

La eternidad / Lourdes de Vicente

Una sesión eterna por la que valió la pena esperar. La de este jueves no será recordada como la mejor función de los cuartos, pero sí regaló a los aficionados un par de momentos para conservar en la memoria. Luz entre las sombras. Obras de arte en forma de pasodobles, del ingenio del Selu a la afilada pluma de Martínez Ares. La barca de Caronte arribó de nuevo al Falla con grandes letras, con tanto contenido como poesía. La primera, hermosa, toda una lección de vida: nos dice el barquero que no esperemos al último momento para aprovechar la vida. La segunda para la Ley Mordaza, recordando el incidente con los titiriteros y espetando a quien corresponda que si hay un pueblo que no calla "ese es mi pueblo". Mantuvieron el tipo los cuplés, mejor el segundo. El popurrí es pura magia. ¿Quién no se sube a su barco?

Antes de 'La eternidad', las suegras del Selu le dio otro repaso a su nuera en una actuación en la que volvieron a sobresalir los pasodobles por encima de los cuplés, ya marca de la casa. Letras con mucho ingenio, destacando la segunda para los partidos políticos a los que vota su nuera. También tuvo sus golpes la primera, cuando la susodicha entra en una chirigota callejera. En los cuplés, mejor el segundo para la subida de la luz que el primero, para Susana Díaz. El popurrí deja ciertas dudas, pero el ingenio y la capacidad para hacerse con el personaje es innegable.

Hubo que esperar hasta la madrugada para que la sesión entrara en calor. Antes, frío en el público -la leyenda del aficionado de cuartos continúa- y también sobre las tablas, pues el inicio de la noche no fue demasiado lucido. La jornada comenzó tibia de la mano del tango añejo y con sabor de Quico Zamora, que dedicó sus letras a los silencios que ocultan las miserias de la humanidad y al caso del sin techo fallecido en Cádiz. Tras ellos, cumplió la comparsa algecireña 'Los incondicionales', que se mantuvo fiel a su idea en su segundo pase en el Concurso. Todas sus letras fueron acordes al tipo, sobresaliendo el primer pasodoble a los perros guía. Más que digno su paso por el Falla este año.

No vamos a decir que la chirigota del Sheriff tiene en chino estar en semifinales, pero claro tampoco parece su pase. Pese a su buen humor y su capacidad para conectar con el público, no despuntaron sus letras. Su primer pasodoble fue para el Concurso de antes, que prefieren al de ahora. El segundo, para la violencia machista, una letra que se empañó al final al igualar esta lacra con las (ínfimas, en proporción) denuncias falsas. Mejor el segundo cuplé, a su vecino que es muy competitivo, que el primero, en el que una chica le hace el descuento del 'black friday'. Cerca del K.O.

Por su parte, tiene el camino libre hacia la siguiente fase el cuarteto de Aguilera y Piulestán, que volvió a confiarlo todo -pero todo- a sus interpretaciones. Cerró la primera parte de la función la chirigota 'El hombre que susurraba a las almohadas', con un repertorio por debajo del de su primer pase. Tras el descanso, y ante un patio de butacas semivacío, el coro 'Los grasiosos' hizo lo que pudo por levantar el ambiente, sin demasiada fortuna. Y antes de que el teatro recobrara la vida de la mano del Selu y Martínez Ares, la comparsa 'Los de la charca' cumplió el trámite dando un pasito atrás en letras respecto a su primera actuación.

Fichas y vídeos de la sesión

Coro Arría la carná

Comparsa Los incondicionales

Chirigota Los kunfundíos

Cuarteto Los del Patronato

Chirigota El hombre que susurraba a las almohadas

Coro Los grasiosos

Comparsa Los de la charca

Chirigota Mi suegra como ya dije

Comparsa La eternidad

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