Sevilla

El matrimonio desahuciado por su hijo estrena su nuevo hogar en Cádiz

  • Han sido recibidos con aplausos y obsequiados por sus nuevos vecinos del barrio de Santa María.

El matrimonio de ancianos que fue desalojado de su domicilio de Sevilla el pasado 25 de febrero tras una supuesta estafa de uno de sus hijos ha entrado este miércoles en su nuevo hogar, una pequeña casa en el barrio de Santa María de Cádiz que les ha cedido un constructor gaditano.

El propio constructor, Agustín Rubiales, ha llevado en su coche al matrimonio octogenario, formado por Joaquín Ortega y Josefa Rueda, desde Sevilla hasta su nueva casa, donde han sido recibidos con aplausos por sus nuevos vecinos.

Además, una hija del empresario que les ha cedido la casa ha entregado un ramo de flores y un obsequio a Josefa Rueda y Joaquín Ortega, que han dado muestras de su alegría y agradecimiento por poder contar de nuevo con una casa, en una ciudad con la que han tenido mucha relación, ya que durante años el marido trabajó en un puesto de venta de objetos de carnaval.

Josefa Rueda y Joaquín Ortega denunciaron el pasado mes de enero una supuesta estafa por parte de uno de sus hijos para quedarse con el piso en el que vivían en Sevilla, que el pasado 25 de febrero tuvieron que desalojar al ejecutarse la orden judicial de desahucio.

El matrimonio mantiene que su hijo Joaquín les ayudó a realizar las gestiones cuando compraron el inmueble en 1971, con un contrato de compraventa privado y no ante notario, y, asegura que en combinación con el constructor, se valió de "trucos" para estafarles.

Según su versión, en 1991 el hijo volvió a comprar la misma casa por cuatro millones de pesetas, esta vez con escritura pública e inscribiéndolo en el Registro de la Propiedad, una operación que ha llevado al matrimonio octogenario a denunciarle y a solicitar la nulidad de esta segunda venta.

Sin embargo, la abogada del hijo, Joaquín Ortega Rueda, asegura que el piso nunca ha estado a nombre del matrimonio, que su cliente lo compró en 1971 y lo cedió a sus progenitores por su proximidad a un centro médico en el que el hombre recibía asistencia diariamente.

Según este relato, el hijo emprendió acciones contra sus padres cuando una de sus hermanas le contó que había llegado a un acuerdo con ellos para comprarles la vivienda, tras lo que en el 2003 Joaquín Ortega Rueda interpuso una demanda para que se declarara que la vivienda era de su propiedad.

Un juzgado de Sevilla y después la Audiencia Provincial de Sevilla dictaron sentencia a su favor, aunque, según su abogada, el hijo no puso en marcha la orden de desahucio contra sus padres y les dejó seguir viviendo allí hasta que el matrimonio volvió a reclamar la propiedad de la vivienda.

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