Impacto de la pandemia

Un estudio desvela que más de la mitad de los andaluces padecen malestar psicológico

Personas en la calle en Granada.

Personas en la calle en Granada. / R. D.

El informe 'Repercusiones psicológicas de la COVID-19 en Andalucía' publicado por la Fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) desvela niveles elevados de ansiedad, depresión y estrés que sobrepasan los propios de las circunstancias previas a la pandemia. En concreto, el porcentaje de personas que presentan algún grado de ansiedad es del 38,78%; de depresión, un 37,1%; y de estrés, un 34,44%.

El informe 'Repercusiones psicológicas de la COVID-19 en Andalucía' es el primer estudio con datos representativos de Andalucía que investiga las consecuencias psicológicas de la pandemia.  Basado en una encuesta a una muestra de 3.600 participantes, mayores de 18 años, fue realizado en los meses de abril y mayo de 2021.

Entre sus objetivos prioritarios, se encuentran el análisis del impacto psicológico de la pandemia y del confinamiento en relación con una serie de indicadores como los niveles de ansiedad, depresión, estrés, malestar psicológico general, miedo a contagiarse, problemas de pareja y riesgo suicida, entre otros; y el examen de las actitudes frente a la vacunación en Andalucía.

 Los resultados del informe confirman la valoración del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental sobre la importancia de centrarse en la salud mental y los tratamientos psicológicos. La situación de pandemia ha generado su impacto llegando a agravar problemas psicológicos ya existentes o provocándolos en personas que no los sufrían.

 Este estudio ha sido dirigido por el doctor en Psicología y director de la revista científica 'Análisis y Modificación de Conducta’, Francisco Revuelta Pérez; en colaboración con el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de La Laguna, Wenceslao Peñate Castro; el profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Sevilla, Luis Rodríguez Franco; y la profesora de Psicología Social, Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Huelva, Luisa Rodríguez Fernández.

Malestar por provincia 

Una cuestión interesante en estas tres variables es que se han producido tres agrupamientos provinciales: en Almería y Huelva los niveles han sido más bajos; Jaén y Cádiz se han situado en un nivel intermedio; mientras que Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada han alcanzado de continuo los valores más altos.

Aunque no existen diferencias estadísticamente significativas por sexo ni por grupos de edad, los mayores de 75 años son los que obtienen unos niveles más altos en estas tres variables.

Un 53,94% de la muestra total estudiada manifiesta que se siente con un mayor malestar psicológico general en el momento de la entrevista, en relación con antes de que se produjera la pandemia. Un 15,81% declara que se encuentra igual, mientras que otro 30,25% afirma que tiene menos malestar.

Miedo a contagiarse y riesgo autopercibido de contagio

Ante la pregunta directa sobre el miedo al contagio, el 82,59% declara tener algún miedo a contagiarse. De ellos, el 39,91% manifiestan miedo en menor grado, frente al 25,72%, que manifiesta bastante y el 16,96%, mucho. En este aspecto, los especialistas insisten en que cierto grado de miedo hace más probable la adopción de comportamientos de salud recomendables, ya que se trata de un mecanismo protector ante determinadas situaciones.

 De estos resultados, se han derivado tres agrupamientos provinciales: Almería y Huelva concentran a la población que manifiesta –en el momento de realización de la encuesta– menor miedo a contagiarse del coronavirus; Jaén, Cádiz y Sevilla se sitúan en un nivel intermedio; y Granada, Málaga y Córdoba, son las provincias donde se mostró más miedo.

Con respecto al tamaño de hábitat, se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre las localidades que tienen entre 10.001 y 20.000 habitantes, frente a todas las incluidas en este estudio.

Otra de las variables dentro del ámbito de la percepción personal ha sido la del riesgo de contagio autopercibido, esto es, la creencia individual que posee el individuo sobre su susceptibilidad a contagiarse de una enfermedad, en este caso, del Covid-19. En la muestra total, un 78,79% de los entrevistados se sitúa en el grupo de los que se autoconsideran en riesgo bajo de contagio, frente al 21,21% que se incluyen en el grupo de riesgo alto.

Relaciones de pareja y riesgo suicida

Entre los participantes en la muestra que tienen una relación de pareja, un 57,93% afirma que no se produjeron problemas durante la pandemia y el confinamiento. Entre los que dan una respuesta afirmativa, el 30,32% declara que los problemas fueron los habituales; un 7,97% tuvo problemas importantes, que fueron resolviendo; mientras que un 3,77% terminaron separándose, una tasa bastante alta según los autores del estudio.

En relación con el riesgo de suicidio, se ha detectado que el porcentaje es elevado situándose en el 15,19% de la muestra total, con un 1,1% de personas que habían llevado a cabo algún intento. Ante este grave problema de salud mental, los investigadores advierten en su informe que, aunque el riesgo suicida se va incrementando con la edad –a los 75 o más años llega al 18,0%–, resulta muy llamativo y preocupante que las tasas de personas jóvenes sean también elevadas.

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