Andalucía

Las muertes en el trabajo se reducen por primera desde el final de la crisis

  • La siniestralidad laboral continúa creciendo a mayor ritmo que los datos de afiliación tras alcanzar su nivel más bajo en plena recesión

Un bombero trabaja en la extinción del fuego en la explosión de la pirotecnia de Guadix, el pasado noviembre.

Un bombero trabaja en la extinción del fuego en la explosión de la pirotecnia de Guadix, el pasado noviembre. / Carlos Gil

No era la primera vez que es José Morales Aparicio trabajaba en la pirotecnia María Angustias de Guadix, pero el 12 de noviembre de 2018, lunes, empezaba contrato. No cumplió el segundo día, porque una explosión, que se oyó a cinco kilómetros de la fábrica, sesgó su vida y la de otros dos compañeros. El caso de Morales Aparicio, de 55 años, es paradigmático. Como recuerdan desde CCOO, un andaluz necesita, de media, cinco contratos para sumar un año de trabajo.

Siniestralidad Siniestralidad

Siniestralidad / Dpto. de Infografía

Esa realidad dificulta sobremanera el trabajo en prevención de riesgos laborales en la comunidad, pero en 2018, por primera vez desde que comenzó la recuperación económica, el número de muertes en el tajo ha registrado un descenso.“Ninguna cifra es buena, pero es una mejora”, reconoce Beatriz Barranco, directora general de Trabajo y Bienestar Laboral.

La estadística habla por sí sola. La curva de la sinestralidad registra un descenso casi en picado desde el comienzo de la crisis que tuvo su punto de inflexión en 2012, aunque hay diferencias si se atienden a la gravedad del accidente. Los leves, que lógicamente son los más numerosos, tocaron fondo en 2012.

Desde entonces su número no deja de crecer, lo que hace que la cifra total supere ya los 90.000 accidentes. Sin contar los que se producen en carretera, cuando los trabajadores van o vuelven desde supuesto de trabajo –denominados accidentes in itinere–, que en 2018 fueron 14.143.

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Siniestralidad / Dpto. de Infografía

Descenso en accidentes graves y mortales

La novedad en el pasado 2018 está en los accidentes graves y en los mortales. Los primeros experimentaron un crecimiento sostenido, pero irregular, desde su mínimo de 2014 (755), mientras que los mortales estrenaron tendencia en el pasado ejercicio al disminuir por primera vez desde 2013.

Fueron 88 los decesos laborales registrados por la estadística del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. A esa cifra hay que sumar otros 17 fallecidos en accidente de tráfico de camino, de vuelta o en algún traslado en su jornada de trabajo.

“Esperemos que la tendencia siga así”, apunta Barranco, que procede del cuerpo superior de inspectores de trabajo y se estrenó en el cargo con el cambio de color en la Junta. Con formación de nivel superior en materia de prevención de riesgos laborales, Barranco pertenece a la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo que dirige Rocío Blanco y asegura que el equipo heredado de la Administración socialista “funciona”.

De hecho hasta 2022 debe trabajar con una Estrategia de Seguridad y Salud Laboral aprobada por el Gobierno del PSOE, aunque su departamento ya está enfrascado en la elaboración de un segundo plan de acción en la materia.

El principal objetivo de Barranco es “fomentar la cultura preventiva” como fórmula para reducir riesgos laborales en un mercado de trabajo que se caracteriza por la alta temporalidad. “Es importante que los trabajadores tengan una serie de valores preventivos independientemente del puesto de trabajo que ocupan”, señala la directora general, que reconoce que es el empresario quien debe facilitar “no sólo unas condiciones de trabajo seguras, sino también facilitar formación al trabajador”.

Para ello, su departamento ha puesto en marcha una línea de subvenciones para mejorar sus instalaciones y equipamientos y fomentar la formación. Con dos millones de euros –“un 70% más que en convocatorias previas”– Barranco espera llegar a 400 empresas.

La temporalidad lastra la prevencón

El asunto de las subvenciones es uno de los que más preocupan a sindicatos como CCOO, que ha detectado cierta lentitud en la nueva Administración a la hora de poner en marcha políticas como el plan de formación a los delegados en prevención. Sin embargo, el principal problema que detecta esta central sindical es el de la alta rotación de contratos.

“No se invierte en esos puestos de trabajo porque son temporales”, lamenta Nuria Martínez, secretaria de Condiciones de Trabajo y Salud Laboral de CCOO-A, que asegura que estos trabajadores difícilmente pueden recibir “formación adecuada y acompañamiento posterior”.

Martínez alerta de que los autónomos pasan por una situación similar. Estos 2,5 millones de trabajadores entran dentro de la estadística de siniestralidad laboral al convertirse en obligatoria la cobertura de accidentes de trabajo para estos afiliados. “Hasta ahora han estado invisibilizados”, critica la dirigente sindical, que menciona especialmente el caso de los falsos autónomos.

“Hay empresas montadas íntegramente a base de falsos autónomos”, insiste Martínez, quien considera que esta práctica sirve a las compañías para “externalizar los riesgos laborales”.“Derivan las responsabilidades esas personas y eluden las responsabilidades en caso de accidente”, apostilla la sindicalista.

Un mercado de pequeñas y medianas empresas

“Tenemos que tener trabajadores formados y empresarios concienciados”, añade la responsable de Trabajo y Bienestar Laboral de la Junta, consciente de la dificultad de su labor en un mercado laboral donde lo habitual son los contratos temporales y las pequeñas y medianas empresas.

Casos como el del trabajador de la pirotecnia de Guadix, que falleció en su primer día de trabajo, sólo se dieron dos en 2018, pero Barranco advierte que estos decesos no siempre se deben a patologías traumáticas. “Hay casos de infarto o íctus que difícilmente pueden conectarse con las condiciones laborales de un primer día de trabajo”, apunta la dirigente autonómica.

La Junta tiene previsto poner en marcha “una investigación” para conocer “el origen y cuáles son las condiciones en que estas patologías se dan”. Entre las soluciones que se pueden activar a esta problemática, Barranco alude a las evaluaciones de riesgos psicosociales.

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