Andalucía

La vida orgánica de la política andaluza: convulsión en la izquierda y placidez en la derecha

  • PSOE, Podemos e IU afrontan 2020 con cambios a nivel orgánico, mientras que PP y Vox tendrán calma en los próximos meses y Ciudadanos es una incógnita

Susana Díaz, en un Comité Director del PSOE andaluz.

Susana Díaz, en un Comité Director del PSOE andaluz. / Efe

Después de un proceso que comenzó en febrero del año pasado, España tiene un Gobierno con plenos poderes. En los últimos meses –con dos generales de por medio y unas autonómicas, municipales y europeas– la energía de los partidos se ha centrado en la pugna electoral y sus posteriores negociaciones de Gobierno.

En Andalucía son ya 15 meses de tam-tam electoral y relajación orgánica a pesar de que, a veces, hay quien levanta la voz y cambia de portavoz en el Parlamento –Mario Jiménez por José Fiscal en el PSOE; Alejandro Hernández por Francisco Serrano en Vox– o plantea un pulso al partido a nivel federal –Teresa Rodríguez y Adelante Andalucía como fuerza autónoma–. 2020 está en pañales, pero el desbloqueo en Madrid abre la caja de pandora de los partidos andaluces.

PSOE, Podemos e IU, congresos en 2020

Será el año que la izquierda andaluza, en su sentido más amplio, decida por qué caminos seguir tras la convulsión de la pérdida de la Junta para los socialistas y la imposibilidad de convertirse en alternativa para Podemos, IU y sus fuerzas satélites. En los próximos meses las costuras pueden ir aflojándose poco a poco, sobre todo cuando se acerquen los cónclaves previstos en los tres partidos. Será en Podemos donde, con casi total seguridad, inaugure el calendario.

Este fin de semana comenzaron el debate programático, pero la verdadera incógnita es organizativa. Anticapitalistas controla la formación morada en Andalucía. Con el errejonismo fuera de juego, la duda es saber cómo incidirá el trabajo del Ejecutivo de coalición en Podemos Andalucía.

Teresa Rodríguez no volverá a presentarse a unas elecciones, pero todavía no ha confirmado si pugnará por otro mandato orgánico. El problema, si decide dar un paso atrás, es que no se vislumbra a nadie en las filas moradas con la misma capacidad movilizadora.

Por su parte, la IU de Toni Valero e Inmaculada Nieto, adelantará los tiempos orgánicos, ya que la XXI Asamblea estaba fijada para 2021. La retirada de Antonio Maíllo apremia a la federación de izquierdas a renovar sus órganos para que sea Valero –en principio no hay otro candidato– quien pilote el futuro de IU.

Los socialistas, presumiblemente, también tendrán congreso antes de lo previsto. Sánchez querrá reforzarse en lo orgánico, lo que inaugura la cascada de cónclaves regionales, provinciales y municipales. Será entonces cuando empiecen a crepitar los movimientos criticos con la gestión que Susana Díaz está haciendo del principal partido de Andalucía.

Al porcentaje de críticos que el PSOE mantiene casi de forma estructural, hay que sumar a los descontentos con la actual dirección. El sanchismo del sur no es unitario, pero la situación puede cambiar si los apoyos se mueven todos en la misma dirección. A pesar de todo, la ex presidenta y secretaria general del PSOE-A recuerda siempre que tiene ocasión que su intención es recuperar la Junta y que tiene el aval de Pedro Sánchez para hacerlo.

Juanma Moreno y Teodoro García Egea, con Dolores López, Javier Maroto y Elías Bendodo Juanma Moreno y Teodoro García Egea, con Dolores López, Javier Maroto y Elías Bendodo

Juanma Moreno y Teodoro García Egea, con Dolores López, Javier Maroto y Elías Bendodo / Jesús Prieto / EP

Sólo Ciudadanos es duda en las derechas

A estribor, en la bancada derecha, la vida orgánica siempre fue más plácida, con excepciones, sobre todo, en el ámbito provincial. El poder es un aglutinador muy poderoso. Tanto es así que Ciudadanos, que sigue navegando entre el centro y la derecha, sigue más o menos prieto en Andalucía en medio del naufragio generalizado de la fuerza naranja.

El PP es un bálsamo, aunque en Granada siguen generandose dolores de cabeza para la marca de la gaviota. Vox, a pesar del cambio en la portavocía en el Hospital de las Cinco Llagas, concentra su vida orgánica en Madrid. Los problemas pueden llegar en los ayuntamientos, donde los bisoños concejales y alcaldes pueden salirse por la tangente debido a su falta de experiencia.

En la mayoría que sostiene Al Gobierno andaluz, los problemas son casi todos para Juan Marín. El vicepresidente de la Junta no es jefe regional de la formación. Inés Arrimadas deberá dilucidar si sigue por el camino centralista de Albert Rivera o si permite reforzarse a las regiones, donde ahora se concentra el poder institucional. Ahí Marín tendrá mucho que decir y su intención es tener más voz que antes.

Volverá a presentarse a las primarias para ser candidato a la Junta, pero esa pugna no se abrirá hasta la convocatoria electoral y esa potestad la tiene sólo Juanma Moreno. Hasta entonces, el político sanluqueño se afanará en reforzarse y apagar voces contrarias como las que ya se están organizando en ciertos territorios.

Los tiempos en el PP son similares. El congreso de los populares será poco antes de los comicios de 2022, salvo que el presidente decida adelantar las elecciones. No está entre sus planes y la mayoría que lo sostiene es sólida, como la unanimidad en torno a su figura. El sillón de San Telmo da prestancia y el tono institucional ha reforzado a Moreno al frente del partido, a pesar de que hay dirigentes con recorrido en una sucesión que se prevé lejana, salvo que el cambio en la Junta sea un lapso de cuatro años.

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