Andalucía

Los presidentes de las diputaciones del PSOE se rebelan contra el acuerdo con C's

  • El secretario general de Jaén, Francisco Reyes, da un paso más al anunciar que no dará su apoyo al pacto de Gobierno.

Son parte afectada, pero su posición no es menos importante porque la mayor parte de ellos son también dirigentes provinciales del PSOE. Los presidentes de las diputaciones socialistas se manifestaron ayer en contra de la supresión de estas corporaciones, tal como se recoge en el acuerdo que ha firmado el líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el de Ciudadanos, Albert Rivera.

Quien fue más allá fue el de Jaén, Francisco Reyes, que anunció que votará en contra del acuerdo y que hará campaña para que los militantes lo rechacen. Su posición es importante por cuanto Reyes también es el secretario general del PSOE en Jaén, una de las provincias españolas donde los socialistas obtienen mejores resultados. "Como le dije a Felipe y a Rubalcaba, ahora también se lo digo a Pedro Sánchez", explicó Reyes, uno de los líderes provinciales que siempre ha mostrado mayor independencia frente a la Ejecutiva liderada por Susana Díaz.

El malestar en todas las diputaciones es evidente, aunque es difícil medir cómo se transmitirá este factor al referéndum que los militantes inician hoy mismo por internet y que finalizará el sábado mediante una votación en las urnas en las agrupaciones locales. De modo oficial, la dirección andaluza no se posicionará, aunque algunos de sus miembros sí han expresado ante esta redacción el escepticismo por un acuerdo que entienden que no lleva a la formación de Gobierno al sumar sólo 130 diputados de los 176 que son necesarios.

El portavoz parlamentario, Mario Jiménez, solicitó al federal que facilite todos los puntos del acuerdo a la militancia. "Esto no se puede ventilar con dos renglones", indicó en referencia a la superficie que ocupa el asunto de las diputaciones en los 66 folios del acuerdo. Al ser preguntado por el sentido de su voto, contestó que éste es secreto. Un diputado socialista manifestó a este periódico que la postura de Sánchez ha creado malestar en el PSOE andaluz, aunque confiaba en la "responsabilidad" de la militancia. Esta opinión expresa muy bien lo que puede ocurrir el sábado, que las bases respalden el texto, aunque con una llamada de atención en forma de noes en varias provincias. Andalucía tiene cerca de 45.000 militantes, casi una cuarta parte del total del partido en España.

La presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, que además es la secretaria general en esta provincia, manifestó su "total desacuerdo". Como líder provincial, sostuvo que no habrá ninguna directriz en el sentido del voto, aunque deja constancia de su oposición a esta medida. "Mi experiencia como alcaldesa -lo fue de Sanlúcar- y ahora como presidenta no puede ser más favorable, las diputaciones sirven a la cohesión territorial". Irene García solicitó que se modifique la literalidad del acuerdo porque "nadie entiende que se demonice" a estas instituciones.

Como Francisco Reyes, los presidentes de diputaciones consideran que el PSOE debería haber realizado la misma consideración que con el Senado. El texto sostiene que si la Cámara Alta no se reforma, debe ser suprimida, pero deja el cierre en un segundo término.

"Me apunto a la idea de que si las diputaciones no existiesen, habría que crearlas", valoró el presidente de la diputación de Granada, José Entrena. "Me da igual como se llamen, pero hay que conservar estructuras supramunicipales libres que ayuden a las poblaciones de menos de 20.000 habitantes", siguió. El presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, que es secretario de Organización del PSOE y, probablemente, el próximo secretario general, las juzgó como "esenciales" y se posicionó en contra. El Huelva, el socialista Ignacio Caraballo, fue más comedido: "Yo no digo que sí ni que no, sino que se analice todo, sino que se estudie bien toda la estructura del Estado". "He sido -siguió- alcalde de Chucena durante 17 años y si no hubiera existido la Diputación, hubiera tenido que cerrar o que alguien ejecutase los servicios, porque no teníamos ni abogado ni arquitecto".

El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, fue el único que no se quiso pronunciar, aunque se remitió a una opinión ya expresada con anterioridad, que es favorable a estas instituciones. Villalobos es el dirigente sevillano más cercano a Susana Díaz, y su silencio hay que entenderlo como un modo de no implicar a la presidenta andaluza en una decisión complicada. De hecho, una fuente de Ferraz quitó importancia a estas opiniones al entender que era un modo de expresión de la oposición andaluza a Pedro Sánchez.

Lo cierto es que la supresión de las diputaciones es un asunto no resuelto en el PSOE. Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba se han manifestado a favor de la eliminación de unas instituciones que no encajan en el organigrama institucional. Rubalcaba lo llevó en su programa electoral, aunque después se retiró. En el primer Estatuto de Andalucía se encargaba a las diputaciones la administración provincial de la Junta, pero esto también fue eliminado con la reforma del texto.

Las diputaciones han sido utilizadas como centros de poder de los partidos, han dado cobertura laboral a sus dirigentes y a buena parte de los alcaldes salientes, aunque su papel en las provincias más rurales ha sido fundamental para el sostenimiento de los servicios en los pueblos. De hecho, muchos servicios públicos gestionados por mancomunidades han sido devueltos a las diputaciones por problemas de gestión. El acuerdo con Ciudadanos propone sustituirlas por consejos de alcaldes, lo que no conlleva la eliminación de los puestos de trabajo

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