Provincia

La procesión del Santísimo pone punto final al Rocío Chico

  • El arzobispo castrense preside la función principal de instituto

  • Durante la celebración eucarística se bendice un busto de San Juan Pablo II, el conocido como 'Papa rociero'

Mañana intensa, de aromas a incienso y de cantos a la Virgen marismeña, fue la que se vivió en el día de ayer en la aldea de El Rocío. Los almonteños, y con ellos todos los rocieros de otros lugares que así lo desearon, vivieron la jornada principal del Rocío Chico con la misa pontifical como acto religioso sobre el que giró toda la actividad de la población.

A las 10:00 entraba por la puerta lateral de la ermita que da acceso a El Real el grupo de sacerdotes que iban a participar en la función principal, la cual estuvo presidida por el arzobispo castrense, Juan del Río Martín. El olor a incienso se hizo más evidente en estos momentos en la ermita y las notas musicales de la Asociación Coral Villa Paterna del Campo convirtieron el momento en una bella estampa de devoción y gratitud por la Virgen del Rocío.

La aldea almonteña se prepara ahora para la procesión extraordinaria del 8 de septiembre

Durante la celebración religiosa se produjo uno de los momentos más significativos de la jornada, que fue la entrega de la escultura de un busto de San Juan Pablo II por parte de la Fundación Súbito Santo, que se dedica a la divulgación de la figura de este papa que ya fue santificado. El presidente de dicha fundación, José María González, fue el encargado de hacer entrega del presente a la Virgen del Rocío y, en su nombre, a la Hermandad Matriz. González declaró sentirse muy agradecido por vivir esos instantes que desde la fundación creyeron necesarios en justo reconocimiento por la relación tan estrecha entre San Juan Pablo II y El Rocío, donde el pontífice llegó a decir la conocida frase "que todo el mundo sea rociero", y que se ha quedado como un legado que recoge la postura del Papa santo sobre la devoción rociera.

El presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales, expresó su gratitud por el busto y comentó la unión de "la familia rociera con este Papa desde hace 25 años", cuando tal y como Reales señaló, tuvieron el honor de que "el Santo Padre visitara esta casa y se postrara ante la Virgen del Rocío". El busto es obra del artista sevillano Juan Manuel Miñarro y se colocó delante del altar para gran emoción de los rocieros y los miembros de la fundación madrileña.

El arzobispo castrense tuvo palabras de ensalzamiento hacia la Madre de Dios y se mostró agradecido de que, en los tiempos actuales, la fe por la Blanca Paloma mueva a tantas personas que dan testimonio de la verdadera forma de entender el catolicismo.

En la misa, que al ser cantada se prolongó durante más de hora y media, se leyó por parte de un miembro de la Hermandad Matriz el voto que hizo el pueblo de Almonte en 1813, al reconocer la gracia de la Virgen que les libró de la invasión de las tropas de Napoleón varios años antes. Como curiosidad, se trató de un voto que hicieron no sólo los hermanos y fieles de la Virgen, sino también el Ayuntamiento de la localidad, junto con el clero. Sobre este asunto habló con Huelva Información la alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa, para señalar la singularidad de la celebración del Rocío Chico, sobre lo que apuntó que a pesar de no ser común que una administración civil participara en votos religiosos, en este caso sí fue así, y además se recogía el hecho de que el voto de acción de gracias se hacía para siempre, renovándose cada año, como ha venido ocurriendo desde hace más de dos siglos.

La regidora almonteña incidió en la especial relación del Consistorio con la Matriz, ya que Almonte no se entiende sin la Virgen del Rocío, y sin los actos que se realizan en torno a Ella.

Al término de la misa se llevó a cabo la tradicional procesión eucarística alrededor de la ermita. El cortejo estuvo formado por todas las hermandades de Almonte y por los sacerdotes que concelebraron la eucaristía, junto al arzobispo castrense. Las autoridades municipales y el delegado de la Junta de Andalucía en Huelva, Francisco José Romero, estuvieron también en la comitiva. De vuelta a la ermita, volvió a llenarse de fieles que querían acercarse más aún a la Reina de las Marismas.

Después del día de ayer, los rocieros y el pueblo de Almonte miran hacia la procesión extraordinaria de septiembre, la cual ha impregnado este Rocío Chico y estuvo muy presente entre los almonteños, tal y como declaró Espinosa sobre la excepcionalidad de los actos de este año en la aldea y en Almonte, debido al centenario de la coronación de la Virgen en 2019.

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