Neurólogos en todos los hospitales andaluces han participado en la primera mesa de trabajo impulsada por el Laboratorio del Ictus recién creado para evitar las infecciones respiratorias, una de las principales complicaciones que sufren los afectados por un ataque cerebral durante el tratamiento hospitalario.

Tras un ictus suele reducirse la capacidad de defensa del sistema inmunitario, lo cual coloca a los enfermos en una situación de especial vulnerabilidad a contraer una infección. Casi el 30% de los pacientes que han sufrido un ictus padecen neumonías. Para evitar esta complicación frecuente, todos los hospitales andaluces trabajarán de manera coordinada para crear un nuevo protocolo de manera que se pueda prever qué pacientes sufren más riesgo de sufrir neumonías. "La idea es detectar a los pacientes que probablemente pueden sufrir esta complicación para tratarlos y evitar las infecciones".

La prevención de las consecuencias de la enfermedad cerebrovascular es uno de los principios que rigen los proyectos del Laboratorio del Ictus. "Hemos de identificar los factores de riesgo vascular que afectan al cerebro de forma silenciosa para luchar de forma eficaz contra ellos", explica Joan Montaner, quien recuerda que casi un millón de andaluces son hipertensos; casi medio millón, diabéticos; y casi un cuarto de millón sufren una fibrilación auricular. "Muchas complicaciones del ictus no tienen tratamientos bien definidos pero estamos investigando para encontrarlos", concluye.