Entrevista

“No se puede limitar el turismo ni ponerle barreras”

  • James Costos es amigo de Obama y su referencia para asuntos en España. Fue el embajador de los Estados Unidos y ahora ejerce de representante en el mundo de la asociación Spain Film Comission

James Costos mira por un ventanal del bar del hotel Alfonso XIII

James Costos mira por un ventanal del bar del hotel Alfonso XIII / Antonio Pizarro (Sevilla)

Es desde ayer el embajador honorífico de la entidad Spain Film Comission que preside Carlos Rosado. Es por tanto la personalidad que tiene la encomienda de captar el interés de la industria del cine norteamericano por España. James Costos (Lowell, Massachusetts, Estados Unidos, 1963) es mucho más que el ex embajador de los Estados Unidos en España durante la presidencia de Barack Obama. Es amigo personal del ex presidente, es quien lo ha traído como participante principal en la cumbre mundial del turismo y es quien lo acompañó a la visita a los Reales Alcázares en la noche del miércoles.

–¿Por qué es tan importante para Andalucía mantener una colaboración fluida con la industria del cine nortamericano?–Esta colaboración existe desde hace mucho tiempo, es un trabajo que ya está en marcha, que iniciamos con Carlos Rosado y la Spain Film Comission en 2013. Y ahora, como ciudadano privado, pues ya no tengo cargo oficial, creo que es todavía más importante mantener esta línea. Para los estudios cinematográficos de los Estados Unidos es una oportunidad excelente poder filmar en las mejores localizaciones, en los entornos tan diversos que aquí existen. Y también hay que tener en cuenta los incentivos fiscales que se ofrecen, la oportunidad que suponen los rodajes en España para colaborar con toda la gente de la industria cinematográfica española que tiene un talento increíble. Todo el conjunto al que me refiero es un paquete muy atractivo. Para España es muy importante la visita de Obama a esta cumbre mundial del turismo. Es una forma de incentivar el turismo. Tiene un impacto directo sobre la economía y, sobre todo, sobre el empleo. No sólo sobre un empleo tradicionalmente turístico, el de hoteles o el del sector de la restauración, sino sobre el empleo del sector creativo, que no es sólo el de los directores o productores, sino de toda la gente que está detrás de la cámaras. Todos los equipos que forman desde electricistas, carpinteros y montadores hasta escenógrafos. Toda la gente que no sale en la pantalla. Ahí también se crea empleo cualificado para gente con talento.

James Costos durante la entrevista James Costos durante la entrevista

James Costos durante la entrevista / Antonio Pizarro (Sevilla)

–¿Lo estamos haciendo bien en el Sur de España para captar cada vez más rodajes?–Se está haciendo un gran trabajo. Resulta muy fácil convencer a un productor para que un estudio de California venga a España, que acuda a Andalucía a filmar. Y eso es indicativo de que se está haciendo un gran trabajo. Aquí el reto está en todo lo concerniente a la regulación. El régimen fiscal, los incentivos fiscales... Para los estudios resulta muy interesante filmar en Andalucía. Pero, al final, todo es una cuestión económica. Muchas decisiones se toman en función de estos resultados económicos, en función de que haya un negocio rentable. Se trata de alcanzar ese equilibrio.

-Hay críticos de cine que censuran el rodaje de películas en un monumento histórico que no tiene nada que ver con la trama del film. ¿Es necesario que las escenas guarden guarden relación con la época en la que se construyó el monumento? Por ejemplo, la Guerra de las Galaxias no tiene ninguna relación con la Plaza de España. –Creo que apunta, precisamente, a uno de los elementos de la belleza del cine. A su capacidad de contar historias diferentes. La belleza de España hay que aprovecharla en el cine. Creo que la lógica no es tanto que haya esa relación directa entre el monumento y la trama, sino en cómo se conecta el uno con la otra. Porque quizás lo importante no es que La Guerra de las Galaxias tenga una conexión con la Plaza de España, sino el cómo establecer la conexión. Y después explicarle al mundo dónde está el sitio elegido para la filmación para animar así al espectador, al consumidor, a que lo visite. Y eso se explica por medio de los créditos, de la promoción impulsada desde la política, de la labor de los gobiernos y las administraciones...

-¿Qué lugares de Andalucía o, en concreto de Sevilla, cree que deben ser aprovechados para nuevos rodajes?–Basta caminar por la calle y se ven tantas cosas increíbles, tantos sitios para rodajes, tanta luz... He tenido la oportunidad de visitar por la noche el Alcázar con el presidente Obama. El Salón de Embajadores nos pareció un sitio increíble y apasionante digno de ser admirado por todo el mundo. Y también algunas zonas privadas del palacio. Qué decir de la Plaza de España, la Torre del Oro... Y las calles, simplemente esas calles estrechas. El color, la gente, la luz... Todo es muy atractivo desde el punto de vista cinematográfico.

James Costos James Costos

James Costos / Antonio Pizarro (Sevilla)

-Está claro que el cine atrae turismo. Pero también se denuncia ya un turismo masivo y emergente en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Roma o Venecia. Se generan graves problemas de convivencia entre los visitantes y los vecinos de los barrios históricos.

–Realmente se trata de un equilibrio necesario y muy delicado. Por un lado está el aspecto económico, los ingresos que proporciona el turismo, y por otra parte está la calidad de vida de los ciudadanos, de la población local que recibe el turismo. Es una cuestión que resulta difícil de gestionar. Aquí entran las administraciones, que son las que tienen que intentar llegar a una solución equilibrada. Es difícil limitar el turismo, porque la gente quiere viajar. Y va a seguir viajando. La solución no es limitar ni poner barreras al turismo. Insisto en que es una cuestión muy delicada.

–¿Usted es más de hotel o de apartamento turístico?[Risas] Cuando viajo me gusta quedarme en casa de amigos. En Madrid tengo un apartamento, así que cuando viajamos a Madrid estoy como en casa. Y en Sevilla estoy en el hotel Alfonso XIII, que es el más icónico de la ciudad. Me encanta.

–¿Sigue la actualidad de España desde que dejó de ser embajador? ¿Cómo aprecia la evolución de esta nación?–España me parece un país fantástico. Soy un apasionado de este país. He sido embajador de los Estados Unidos y ahora lo soy honorífico de la Spain Film Comission. En otros aspectos de mi actividad profesional privada mantengo contacto con España, pero no quiero involucrarme en nada político. Soy un particular. Todo lo demás hay que dejárselo a los representantes oficiales de la Administración actual. Para mi es un honor poder participar y seguir sirviendo de nexo como ciudadano privado entre España y Estados Unidos. Y ademas resulta hasta más fácil no siendo representante oficial.

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