Desaparición en El Campillo

Sin rastro de Laura Luelmo después de más de 72 horas de batidas

  • Unos 300 voluntarios peinan la zona por tierra, agua y aire, sin éxito

  • La familia de Luelmo acepta la atención psicológica

Motos de cross preparadas para salir a buscar a Laura, ayer.

Motos de cross preparadas para salir a buscar a Laura, ayer. / Alberto Domínguez (El Campillo)

Ni las bajas temperaturas que registraban los termómetros durante la mañana de ayer ni la climatología adversa reinante, con un cielo completamente copado que amenazaba lluvia, evitó que cientos de personas se concentraran a las puertas del Centro Multifuncional que el Ayuntamiento de El Campillo tiene en la calle Sevilla, convertido en centro de operaciones de la Guardia Civil durante todo el fin de semana para coordinar la búsqueda de Laura Luelmo, desaparecida el pasado miércoles.

A pesar del llamamiento exclusivo realizado por la Benemérita para que este segundo día de búsqueda voluntaria se llevase a cabo únicamente con personas que pudieran desplazarse con vehículos a motor con el objetivo de ampliar el radio de acción, decenas de vecinos volvieron a presentarse para realizar la batida a pie.

Otros, venidos de localidades más cercanas, como un grupo de ciclistas de Nerva, se ofrecieron para continuar la búsqueda a golpe de pedal. También hubo quien ofreció su dron para capturar imágenes desde las alturas, aunque las condiciones climatológicas no fueran muy propicias. Pero la mayoría respondió a la solicitud de la Guardia Civil con vehículos particulares, sobre todo coches todoterreno y motos de cross.

Los profesionales del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, en el pantano de Campofrío. Los profesionales del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, en el pantano de Campofrío.

Los profesionales del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, en el pantano de Campofrío. / Alberto Domínguez (El Campillo)

Además, familiares y amigos de la joven profesora zamorana de 26 años –incluido su novio– volvieron a sumarse a la búsqueda sacando fuerzas de donde ya no les va quedando.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita se ha hecho cargo de la investigación de la desaparición de Luelmo, en la que colabora estrechamente con la Policía Judicial de Huelva. Así lo confirmó el coronel jefe de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, quien confirmó a primera hora de la mañana de ayer que “hemos pedido que para este caso vengan los mejores” y que los efectivos del cuerpo de élite llevan en la Cuenca Minera desde el sábado.

Romero incidió en que “no descartamos ninguna hipótesis, por lo cual lo más importante es encontrar el cuerpo de Laura”. No obstante, matizó de inmediato que “todavía tenemos la esperanza de encontrarla viva, de que haya tenido algún accidente, que esté todavía refugiada; ojalá sea así”.

Como avanzó ayer en primicia Huelva Información, el coronel ratificó que “desde un principio nunca hemos pensado que se haya ido voluntariamente”. La hipótesis de que se marchara por iniciativa propia “no la hemos tenido nunca en la cabeza: siempre hemos pensado que haya tenido algún accidente o que, por desgracia, haya alguna segunda persona implicada”.

Ezequiel Romero agregó como novedad que la última señal recogida por el repetidor ubicado a nueve kilómetros de la vivienda de la joven –sita en la calle Córdoba de El Campillo– la ofreció el teléfono móvil de Laura a las 20:00 del miércoles, último instante en el que “tenía una base de datos abierta, el Whatsapp u otra”.

El hecho de que esta zona de la geografía onubense sea montañosa dificulta a los repetidores “dar un punto exacto: la probabilidad de localizar exactamente dónde estaba es un poco más dificultosa”.

Sobre la cuestión de la existencia de un sospechoso que pudiera estar involucrado en la desaparición, Romero subrayó que “no tenemos a nadie en concreto que digamos este es sospechoso número uno” y lamentó las informaciones que corren “por las redes sociales”. Es más, los investigadores desmienten que una persona a la que se apunta como posible implicada en la desaparición de Laura esté sin localizar. No solo la tienen ubicada, sino que han hablado con ella.

La subdelegada del Gobierno en Huelva, Manuela Parralo, subrayó “la preocupación extrema que toda la ciudadanía siente” y agradeció “a la gente que viene a ayudar” desde toda la provincia su esfuerzo.

Más de 300 personas participaron ayer en el dispositivo de búsqueda de Laura. Escudriñaron palmo a palmo el escarpado terreno que rodea El Campillo, plagado de “agujeros, pozos, riachuelos y casas abandonadas”, como indicó ayer a este diario la delegada en Andalucía de la asociación Clara Campoamor, Patricia Catalina, quien participó en la batida matinal.

Por tierra, agua y aire la buscaron todos: los que partieron de El Campillo y los que se incorporaron más tarde para reforzar el operativo en puntos específicos del perímetro municipal.

Dos motoristas señalan la zona del mapa que estaban peinando ayer. Dos motoristas señalan la zona del mapa que estaban peinando ayer.

Dos motoristas señalan la zona del mapa que estaban peinando ayer. / Alberto Domínguez (El Campillo)

A los civiles se suman agentes forestales, bomberos, efectivos de Protección Civil, asociaciones de perros cazadores que han reforzado al Servicio Cinológico, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil, agentes de la Policía Nacional, policías locales de Aracena, Punta Umbría, Riotinto y El Campillo, el Seprona, la Policía Judicial y la UCO. Hasta guardias que no estaban de servicio o que disfrutaban de sus vacaciones han participado en las batidas.

Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Benemérita centraron la investigación en el entorno de la mina Poderosa hasta que se agotó la luz solar.

En el turno de tarde fueron los profesionales de seguridad los que se encargaron de buscar a Laura, con el objetivo de alcanzar “puntos más específicos” del terreno. El barrizal en el que se había convertido el campo desde el chaparrón de la mañana puso difícil el tránsito por los montes de la Cuenca Minera. La búsqueda de Laura no ha cesado ni durante la noche.

La alcaldesa de El Campillo, Susana Rivas, declaró ayer que “han sido unos días muy intensos de búsqueda vecinal que ha de continuar con los verdaderos profesionales en la materia. Esperamos y deseamos que la cosa vaya mejor y tengamos alguna novedad y alguna buena noticia pronto”.

La frustración y el nerviosismo invaden a los voluntarios. Más de 72 horas de búsqueda se han completado ya y no hay rastro alguno de Laura Luelmo, aunque los investigadores ponen el foco sobre cualquier objeto que se encuentra por si pudiera ofrecer un dato relevante sobre el paradero de la profesora zamorana.

Su familia, que se aloja en El Campillo y que sigue de cerca el minuto a minuto del operativo desde dependencias municipales, está cada vez más preocupada e inquieta. Tras varias jornadas resistiéndose, ayer algunos familiares de Luelmo aceptaron por fin la atención psicológica que les ha ofrecido el Ayuntamiento. La ansiedad que padecen y el malestar es tremendo.

El alcalde del municipio zamorano de Villabuena del Puente –localidad de la que es natural Laura Luelmo–, Constantino de la Iglesia, reconoce por su parte que la desaparición ha sido “un mazazo” para todo el pueblo. Transmite un mensaje de ánimo y su ofrecimimiento de ayuda a la familia de la joven.

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