Andalucía

La testaferro de Roca interviene en el juicio de Malaya para inculpar otra vez a su secretaria

  • La acusada ofrece sus teléfonos para demostrar que no coaccionó a su colaboradora

Montserrat Corulla, la ejecutiva de confianza de Juan Antonio Roca para dirigir su negocio hotelero procesada en el caso Malaya como presumible testaferro para el blanqueo de capitales, se sentó ayer de nuevo ante el tribunal para rebatir la declaración de su antigua secretaria, la también procesada Úrsula Quinzano, quien la acusó de haberla coaccionado personal y telefónicamente para que amoldara su versión conforme a sus intereses. Corulla apareció ante el tribunal mostrando una gran afectación: "No he podido escuchar las declaraciones" porque "aún estoy impactada" y ofreció al tribunal sus teléfonos para que se rastree si ha llamado a su colaboradora. "No he hablado con ella salvo cuatro palabras delante de su abogada".

La declaración de Corulla en esta nueva fase de blanqueo en realidad no aportó hechos nuevos. Volvió a subrayar el papel activo que presumiblemente su secretaria jugaba en el entramado de Juan Antonio Roca. "El propio señor Roca ha dicho que era su secretaria en Madrid", afirmó para recordar que "ahí están las grabaciones de las conversaciones telefónicas". También se desvinculó del hecho de que Quinzano hubiera acabado siendo administradora de una sociedad del principal acusado porque esa fue decisión, según dijo, del coprocesado Manuel Sánchez Zubizarreta.

La defensa de Quinzano, que ejerce la letrada Rosario Gómez, se quejó ante el tribunal de que Corulla haya sido la única a la que se ha permitido declarar cuatro veces hasta ahora en el juicio. Defendió la declaración de su patrocinada, su nula connivencia con otros acusados y la presentó como "la única procesada que se viste por los pies"

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