La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

La torpeza de Vox que da aire a Irene Montero

Se trataba de denunciar la incompetencia de una ministra por una ley nefasta, no de convertirla en una víctima La ministra pesadilla para Pedro Sánchez

Irene Montero

Irene Montero / M. G. (Madrid)

La torpeza de VOX con la ministra pesadilla, Irene Montero, ha sido palmaria. La diputada Toscano ha hecho lo que nunca se debe cuando el rival está a punto de ser noqueado: darle un asidero. Metió la pata al aludir a cuestiones personales en el momento más políticamente inoportuno. “Su único mérito ha sido el de haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Convirtió en víctima a quien ha promovido una ley chapuza, una norma que es un absoluto despropósito, de consecuencias graves y que compendia todos los significados que en política se pueden atribuir al concepto de disparate. La promotora directa de ese texto legal con rango orgánico, el mismo que rebaja las penas de agresores y violadores sexuales, acaba aplaudida por la mitad del hemiciclo y aparece como una gran perjudicada. Toscano ha unido a toda la izquierda porque no hay nada que cohesione más en política que el enemigo común... y un público que no entiende de matices. España es un país de pendulazos con la única excepción de la denostada Transición, verdadero milagro que nunca deberíamso olvidar. La desaplicación de la tal Toscano es de primero de manual. 

Podemos no es ejemplo de nada, mucho menos de sentido institucional. Su portavoz parlamentario, señor Echenique, destila odio en las redes sociales y en muchas de sus intervenciones de la Cámara Baja. Podemos ha llamado “jarabe democrático” a los escraches, ha flirteado con la causa etarra, ha insultado a esposas de políticos de centro-derecha, tiene graves problemas con principios claves del sistema democrático como la libertad de prensa y la libertad de expresión, ha practicado el matonismo en muchísimas ocasiones y ha incurrido en otras fechorías análogas. Más que un partido, Podemos es un estado de ánimo... avinagrado. Vox no ha medido bien su fuerza, o quizás sigue teniendo pendiente la asignatura de saber estar con normalidad en las instituciones. La diputada Toscano se debió ceñir a la ley del Sólo sí es sí, que es el asunto de fondo, capital y grave. Pero optó por desbarrar, lo que ha beneficiado a una ministra que estaba muy debilitada y, al final, terminará perjudicando a la política en general, porque el personal acaba metiendo a todos en el mismo saco. 

Está claro que el Parlamento está cada vez más lejos del nivel de Castelar y Cánovas. Un día dan vergüenza unos y al siguiente los otros. Toscano ha sido muy torpe. No hacía falta un golpe bajo. La ley es un error descomunal que le dejaba el toro desmochado y bravucón con la cabeza baja y las patas cuadradas. Yha pinchado y ha perdido las dos orejas.

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