Las primarias socialistas en Madrid asestaron un golpe a José Luis Rodríguez Zapatero: su candidata a arrebatar el gobierno regional al Partido Popular, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, fue derrotada en los comicios internos por el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. La diferencia de votos entre ambos no fue grande: 7.596 (un 51,70 por ciento) frente 7.051 (un 48,80 por ciento), en una cita con las urnas que contó con una alta participación, del 75 por ciento de los 18.000 militantes socialistas que hay en Madrid.

"Hoy entre todos hemos sembrado la victoria que se va a producir el próximo 22 de mayo" frente al PP, manifestó un Gómez triunfante en un discurso integrador realizado ante los medios para celebrar la victoria en la sede de los socialistas madrileños. A Zapatero no aludió en ningún momento, un gesto que analistas interpretan como un intento de cuidar tras el proceso de primarias al jefe del Ejecutivo español, debilitado entre otras cosas por la huelga general que vivió el miércoles contra su política económica.

Tampoco lo hizo Jiménez, que asumió la derrota y se puso al lado del vencedor. "Quiero felicitar a Tomás, que es desde hoy mi candidato, que es desde hoy nuestro candidato, porque así lo han dicho en las urnas los socialistas madrileños", dijo la ministra en un céntrico hotel, desde el que siguió la jornada electoral. "Quiero que todos sepan que cuenta con mi apoyo y con mi trabajo, con mis ganas y con mi esfuerzo, porque desde hoy voy a pedir a los madrileños su voto para él para el próximo mes de mayo", añadió.

Los comicios internos se han interpretado en España como una prueba para el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas españoles. En su peor momento político por la gestión de la crisis económica que azota España apostó por Jiménez para recuperar el gobierno regional madrileño para los socialistas, algo más de 15 años después de haberlo perdido a manos del PP.

Y Gómez, de 42 años, no quiso dejar el camino libre a la ministra cuando Zapatero se lo pidió. Ahora será él quien se enfrente a la actual presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, en las elecciones que en mayo celebrará la región, de 6,4 millones de habitantes. El presidente del gobierno habló personalmente con él y lo felicitó, informaron fuentes socialistas. Detrás de Jiménez, de 48 años, no sólo se situaba Zapatero, sino que voces como la del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la del de Fomento y número dos del partido, José Blanco, expresaron públicamente su apoyo, en un proceso que dividió a las direcciones federal y madrileña del Partido Socialista.

Gómez llegó a la secretaría general desde la localidad madrileña de Parla hace algo más de tres años con el aval de haber sido el alcalde más votado de España y desde entonces ha sido prácticamente un desconocido en la región. En el país se lo conoce ahora como el hombre que dijo no a Zapatero. Y el proceso de primarias le ha valido simpatías y adhesiones, algo que pese al golpe a Zapatero podría jugar un papel importante a favor de los socialistas en los comicios de mayo, según los analistas.

El vencedor realizó un discurso integrador -"ya no somos de una opción o de otra opción, hoy desde las ocho de la tarde estamos todos juntos", dijo- y dedicó sus primeras palabras a alabar a su rival. "Afecto y reconocimiento a una mujer, a una compañera, que es una excelente persona, una excelente socialista", manifestó Gómez, y convocó a "todos los socialistas a la tarea" de ganar al PP en las urnas.