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Las cacerías generan en la provincia unos 16.000 jornales por temporada

  • Durante los meses en los que se ha autorizado la caza se han otorgado en Huelva 579 permisos de caza y se han concedido licencias a 18.769 cazadores onubenses

El turismo de caza es también otra importante fuente de ingresos.

El turismo de caza es también otra importante fuente de ingresos. / H.I.

En torno al 90% de la superficie de la provincia de Huelva está catalogada como coto de caza. Esto supone que prácticamente toda la superficie onubense, excepto los terrenos calificados como espacios naturales, se destinan a la práctica tanto de la caza mayor, como de la caza menor.

Así, durante la temporada 2020-2021, que comenzó el segundo fin de semana de octubre y que ha finalizado el segundo fin de semana de este mes, en la provincia de Huelva se otorgaron 579 licencias para la práctica de modalidades de caza colectivas y se han concedido licencias a 18.769 cazadores onubenses .

Tal y como explica Antonio González, técnico de Medio Ambiente, Forestal y Caza de Asaja Huelva, “esto supone una considerable bajada respecto a la temporada anterior ya que, aunque las autoridades sanitarias no han prohibido la celebración de cacerías, muchos organizadores han decidido suspenderlas”.

En términos de empleo, continúa el técnico de Asaja, si se tiene en cuenta que cada una montería necesita de media la participación de unos 25 o 30 personas entre rehaleros, postores, ojeadores y batidores, así como guardas rurales y de Caza, “podemos considerar que las cacerías en Huelva generan una media de 16.000 jornales por temporada”.

En este sentido, según un estudio sobre la evolución del impacto económico y social de la caza en España, realizado por la Fundación Artemisan, es importante señalar que las contrataciones se suelen realizar en zonas rurales, “por lo que destaca el importante rol que este sector juega en la integración de perfiles de baja cualificación, ya que aproximadamente 7 de cada 10 contratos corresponden a perfiles con estudios primarios, cuyo encaje en el mercado laboral resulta más complejo”.

En esta misma línea se ha manifestado el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, José Enrique Borrallo, quien insiste en la importancia que el sector cinegético y la caza sostenible tienen en las zonas rurales, “donde el beneficio económico que reportan el desarrollo de estas actividades en los municipios del interior de la provincia es indiscutible”.

Además, continúa Borrallo, “indirectamente la caza beneficia a otros sectores muy importantes para la economía provincial como son las explotaciones agrícolas y ganaderas, ya que la caza sostenible acaba con la sobre población de animales que carecen de depredadores naturales, evitando así los daños que suelen hacer en los cultivos”.

A parte de los empleos que la caza genera de forma directa, son muchos los perfiles profesionales que intervienen en el proceso y que de una u otra forma dependen del desarrollo de la actividad cinegética para la supervivencia de sus trabajos. 

Este es el caso del conocido como turismo de caza. Así lo explica Gonzalo Pascual, organizador de eventos cinegéticos en Huelva, “las cacerías atraen a miles de personas todos los años, ya que el clima de nuestra tierra es mucho más atractivo para el aficionado a la caza que el de otras zonas y eso la convierte en destino preferente para belgas, holandeses, italianos, e incluso americanos, además por supuesto de los muchos aficionados nacionales que eligen Huelva para practicar la caza cada temporada”. Hace unos 15 años, explica Pascual, "los aficionados preferían salir a cazar fuera de España, a África o centroeuropa, pero eso ya ha cambiado y la tendencia es cazar en destino nacional, y Huelva es una de las preferidas porque además ofrece complementos muy interesantes a la caza como puede ser el golf o los lugares de interés turístico que abundan en nuestra provincia". 

La empresa alosnera fabrica 15 millones de cartuchos al año. La empresa alosnera fabrica 15 millones de cartuchos al año.

La empresa alosnera fabrica 15 millones de cartuchos al año. / H.I.

Otro de los activos más necesarios para el desarrollo de las monterías es la munición. En Huelva, concretamente en Alosno, está la fábrica Armas y Cartuchos del Sur, una de las pocas que fabrica cartuchería semimetálica en España, y la única especializada en la producción de cartuchería metálica, lo que popularmente se denominan balas.

En la empresa alosnera se fabrican unos 15 millones de cartuchos al año, fundamentalmente del calibre del 12, y unos dos millones de balas, “un mercado que actualmente está en expansión, ya que hemos empezado a fabricar este tipo de munición desde hace tan solo dos años, pero estamos muy contentos con la progresión”, explica José Espinosa, gerente de la empresa.

Armas y Cartuchos del Sur exporta aproximadamente el 70% de su producción a países africanos, sudamericanos y de centroeuropa, “y a partir de este mes vamos a empezar a exportar contenedores mensualmente con unas 500.000 o 750.000 balas a Estados Unidos, dónde la demanda de munición está creciendo muchísimo y es un mercado que esperamos nos reporte muchos beneficios”.

Gracias a todas las exportaciones y al buen ritmo de producción de la empresa, Cartuchos del Sur da empleo a 12 personas, “todos del pueblo, contamos siempre con gente de la tierra a los que ofrecemos la formación necesaria para que puedan desempeñar el trabajo”, concluye el gerente.

Además de la munición necesaria para el desarrollo de la caza, otro de los protagonistas de estas jornadas son los perros. En la provincia de Huelva están censadas, según la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 325 rehalas.

Jaime Muñoz es el propietario de una de estas rehalas.  La suya está ubicada en Isla Cristina, “no es un pueblo con mucha tradición de cazadores, pero en mi familia siempre hemos sido aficionados y yo sigo el trabajo que empezó mi padre, que fue quien comenzó con esta sacrificada profesión”·

Según explica Jaime, para cada cacería, dependiendo del terreno a batir, “se pueden llegar a necesitar hasta 21 o 21 rehalas, que normalmente necesitan a dos personas ya que estamos hablando de manejar mínimo 16 perros por rehalas”.

Respecto a las razas más comunes, el rehalero aclara que en Huelva los podencos paterninos, una raza autóctona de la provincia, junto con los podencos, “son los que más abundan en las rehalas de Huelva, además de mastines o perros de viento como los bretones o sabuesos”.

La caza ayuda a controlar la perjudicial sobre población de jabalíes. La caza ayuda a controlar la perjudicial sobre población de jabalíes.

La caza ayuda a controlar la perjudicial sobre población de jabalíes. / Fundación Artemisan

Por otro lado, el tratamiento y distribución de los productos de la caza, fundamentalmente para la industria cárnica, supone una facturación a nivel nacional de más de 44 millones de euros, según el estudio de la Fundación Artemisan referido anteriormente.

En lo que atañe a los mercados destinatarios de este tipo de carne, hay que tener en cuenta que es un producto que apenas se consume en España. Así, explica Salvador Pereira, gerente de Industrias Cárnicas y Ecológicas (Incae), el 90% se exporta en fresco y congelado a países de centroeuropa, fundamentalmente a Alemania, Francia y Austria, “donde es muy común encontrar esto tipo de carnes en los supermercados, ya que es un producto que se come habitualmente en casa”.

El 10% restante se consume a nivel nacional en hostelería, restauración y catering, “por lo que este año con el tema de la pandemia y las restricciones que ha sufrido este sector no nos ha permitido facturar prácticamente nada, es un mercado que se ha visto paralizado”.

Incae, la única empresa dedicada a la gestión de la carne generada en las monterías de la provincia, moviliza a la semana entre 15.000 y 20.000 kilos de carne, fundamentalmente de ciervo y jabalí, “que son las que tienen más demanda en el mercado”, comenta el gerente. Pero esta cantidad también ha disminuido considerablemente durante la atípica temporada de caza vivida en 2020, prosigue Pereira, “ya que aunque no se han prohibido las cacerías, muchos han decidido cancelarlas y además la pandemia también ha afectado a las exportaciones, por lo que ha sido un año complicado”.

En el ámbito del empleo, explica Salvador, la empresa cárnica, localizada en Villanueva de los Castillejos, da actualmente trabajo a unas 17 personas, “plantilla que ampliamos durante los fines de semana ya que tenemos de desplazarnos con los camiones frigoríficos al campo para recoger la carne”.

Respecto al impacto económico que la actividad cinegética deja en Andalucía, el estudio realizado por la Fundación Artemisan refleja que la caza genera 1.712 millones de euros al año y que promueve unos 49.000 jornales.

En definitiva, cifras que ponen de manifiesto la importancia de la caza regulada y el impacto que el desarrollo de las actividades cinegéticas tiene en las economías rurales, zonas habitualmente muy castigadas por el desempleo.

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