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Sólo tres de cada diez andaluces se acogen a la baja laboral debido a un dolor

  • La Asociación Andaluza del Dolor estima que la mayoría acude con una dolencia a su puesto de trabajo "por miedo a perderlo"

La cultura del sufrimiento sigue vigente en un buen número de andaluces. La condición social, las convicciones religiosas, el nivel cultural y la propia educación recibida, amén de una creencia secular en tópicos y el propio desconocimiento, son algunos de los factores que empujan a un alto porcentaje de andaluces a considerar que el dolor es inherente a la propia existencia. Así que la vida sigue, sea como sea y a pesar de todo.

Es lo que reflejan algunos de los datos más llamativos del primer estudio realizado en España sobre el dolor. El marco ha sido Andalucía. Lo ha realizado la Asociación Andaluza del Dolor (AAD). Fue presentado ayer por los doctores Jerónimo Herrera Silva, presidente de la asociación, y Joaquín Rodríguez Matallana, secretario.

El estudio refleja que tan sólo tres de cada diez andaluces que sufren un dolor de forma habitual, preferentemente de tipo lumbar, artrosis o de tipo multioorgánico, se acogen a la baja laboral en algún momento de su actividad profesional. Los otros siete acuden al tajo, aun sufriendo dolor crónico. ¿Por qué lo hacen? El doctor Rodríguez Matallana no dudó la respuesta: "Tienen miedo a perder su puesto de trabajo, tienen miedo a que los echen". Y ahora más, porque las entrevistas realizadas para elaborar el estudio se han hecho en plena crisis.

En términos generales, el informe revela que en la actualidad al menos un tercio de la población andaluza en general sufre dolor, con una intensidad de media a soportable en el 58% de estos casos, y con un impacto sobre las bajas laborales que alcanza al 31,4% de la población activa andaluza con dolor.

En cuanto a las bajas laborales, dos de cada diez entrevistados con dolor han admitido que han causado baja laboral en algún momento de su vida, lo que supone el 7,7% de toda la población activa andaluza (tanto los que sufren dolor como los que no).

Un 70% de los encuestados están satisfechos con la atención médica recibida. No obstante, la asociación ha detectado que un 17% de los que padecen dolor admiten que no acuden al médico y que otro 8% se automedica. Otra revelación del informe es que la mitad de los tratamientos son prescritos finalmente por los médicos de primaria, "que suelen dar analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y sólo en un 2,2% de los casos opiáceos, cuando su consumo aquí está justificado", resaltaron Herrera y Rodríguez. "Parece que existe una especie de opiofobia de los propios profesionales a prescribir este tipo de fármacos".

Los dirigentes de la AAD reprocharon que "tradicionalmente" la Administración ha tenido un "nulo interés" en un correcto tratamiento del dolor, motivo por el que justificaron la necesidad de que se ponga en marcha el Plan Integral contra el Dolor que la propia Consejería de Salud ha presentado en marzo.

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