Crítica 'Los tres reyes magos'

Blanca Navidad (en polvo)

los tres reyes malos. Comedia de colegas, EEUU, 2015, 101 min. Dirección: Jonathan Levine. Guión: J. Levine, Kyle Hunter, Evan Goldberg y Ariel Shariff. Fotografía: Brandon Trost. Música: Marco Beltrami. Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Seth Rogen, Anthony Mackie, Lizzy Caplan, Jillian Bell, Liz Celeste, Marija Skangale, Lorraine Toussaint, Aaron Hill, Michael Shannon. 

Seth Rogen, Evan Goldberg y los colegas habituales, responsables de comedias como Supersalidos, Superfumados, Juerga hasta el fin o The Interview, siguen insistiendo en una misma fórmula adaptable a los requerimientos de la temporada. Se trata por un lado de condensar la acción en una noche loca y de reivindicar la amistad masculina en esa encrucijada generacional (por lo que parece, eterna) del paso a la madurez vinculado a la idea del matrimonio y los hijos. Añadan un final de repliegue, nostalgia y moralidad para todos los públicos y tienen la ecuación completa.

La temporada que toca es la navideña, de manera que Los tres reyes malos se sitúa en el reverso tenebroso del cuento de Nochebuena neoyorquina para desplegar la plantilla (última juerga, barra libre) entre luces de neón y jerséis de renos, dando rienda suelta a un moderado desenfreno a tres bandas en el que, por supuesto, no podía faltar esa dosis de incorrección inherente a la nueva comedia en clave de celebración estupefaciente, chistes genitales y cameos de estrellas (James Franco, Miley Cyrus, Kanye West) o de nuevos rostros de la sitcom indie (Ilana Glazer).

El problema es que todo resulta tan evidente y precocinado que, sin un director dispuesto a arrastrarse realmente por la nieve (no es el caso de Levine), la cosa no termina de coger ritmo ni despegar hacia ningún lado, por más que la ingesta compulsiva de sustancias de Seth Rogen y los encuentros con el traficante celestial Michael Shannon nos regalen algunos momentos afortunados.

Nulo interés tienen las tramas -romántica y maternal- protagonizas por Joseph Gordon-Lewitt y Anthony Mackie, restantes vértices de un trío calavera que ya estará pensando cómo darle una nueva vuelta a la fórmula para la comedia del verano.

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