Crítica 'Lorax: En busca de la trúfula perdida'

Ecologismo fosforescente

Lorax: En busca de la trúfula perdida. Animación infantil, EEUU, 2012, 86 min. Dirección: Chris Renaud. Guión: Cinco Paul, Ken Daurio. Música: John Powell. Voces originales: Danny de Vito, Ed Helms, Zac Efron, Taylor Swift. Cines: Ábaco, Alameda, Al-Ándalus Bormujos, Al-Ándalus Utrera, Arcos, Cinápolis, Cineápolis Montequinto, Cinesa Plaza de Armas 3D, CineZona, Los Alcores.

La cosa ya apuntaba fea cuando escuchamos a Danny de Vito de promoción confirmando que él mismo había doblado la voz del Lorax al castellano sin tener ni idea del idioma, a saber, como en los viejos tiempos de las dobles versiones del primer cine sonoro en las que Buster Keaton o El Gordo y El Flaco repetían sus diálogos aprendidos fonéticamente como si fueran robots amaestrados.

Al margen de esta anécdota reveladora y de un puñado de canciones pegadizas con voz aflautada, Lorax busca su pedazo del pastel infantil vacacional con un despliegue de colores chillones y texturas sintéticas tras las que se esconde la enésima aventura de iniciación ecologista con mensaje para preservar la riqueza natural del planeta en tiempos de plástico, deshumanización y destrucción forestal.

En efecto, la historia de cómo conquistar el primer amor a través del despertar de la conciencia ecologista nada tiene de original ni de novedoso, si no fuera tal vez porque, detrás de las enseñanzas de Dr. Seuss (El Grinch, Horton), los árboles en cuestión se parecieran más un algodón dulce de feria que un árbol propiamente dicho.

Como no he visto la versión 3D, no puedo darles cuenta de sus efectos "asalto al ojo", pero seguro que están "bien hechos" y son tan cansinos como de costumbre.

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