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Cine

Fallece Philip Seymour Hoffman, uno de los grandes del cine actual

  • El actor de 'Capote' y 'The Master' fue hallado sin vida en su apartamento de Manhattan. La Policía cree que la muerte se debió a una sobredosis.

El cine perdió ayer a uno de los mejores actores que tenía en activo: el estadounidense Philip Seymour Hoffman fue hallado muerto en su apartamento de Manhattan, según informó la Policía neoyorquina. The New York Post atribuyó la causa del fallecimiento -que le llega al intérprete a los 46 años- a una sobredosis. El protagonista de Capote, por la que se hizo con el Oscar en 2006, había reconocido en alguna ocasión su adicción a las drogas y que había seguido programas de desintoxicación en clínicas especializadas.

El actor, nacido en 1967 en Fairport, Nueva York, en cuya universidad estudió interpretación, pertenecía a esa estirpe de grandes que no necesitan aparecer demasiado tiempo en pantalla para dejar una honda impresión en el espectador. Ya desde los comienzos de su trayectoria supo rentabilizar los papeles secundarios que le ofrecían: el técnico enamoradizo y frágil de Boogie Nights, el tipo solitario e inquietante de Happiness o el enfermero comprensivo de Magnolia demostraron el asombroso conocimiento de la diversidad humana que tenía. No sólo era una cuestión de transformarse físicamente: Seymour Hoffman también sabía encontrar las claves de su personaje con la voz, una herencia de su formación teatral. Otra virtud lo diferenciaba: su coraje para transitar por lugares incómodos, como esa escena de Happiness en la que su personaje se masturbaba.

Su incontestable encarnación de Truman Capote le reportó todos los premios de ese año: el Oscar, el Globo de Oro, el Bafta, el galardón del Sindicato de Actores y numerosos reconocimientos de las asociaciones de críticos. Tras aquel éxito rotundo el actor siguió afianzando su reputación gracias a papeles sobresalientes como el del ambiguo sacerdote acusado de pederastia en La duda o el de un magnético y sofisticado gurú en The Master, de Paul Thomas Anderson. Por ambas películas, y por su trabajo en La guerra de Charlie Wilson, logró las otras tres candidaturas al Oscar que obtuvo a lo largo de una carrera en la que el neoyorquino nunca abandonó el teatro, donde triunfó con adaptaciones de Largo viaje hacia la noche o Muerte de un viajante.

Seymour Hoffman fue una presencia constante en el cine de Paul Thomas Anderson y apareció en todas sus películas excepto Pozos de ambición (cinco títulos: Sydney, Boogie Nights, Magnolia, Punch-Drunk Love y The Master), aunque el actor fue solicitado también por otros cineastas reputados como los hermanos Coen (El gran Lebowski), Todd Solondz (Happiness), David Mamet (State and Main), Cameron Crowe (Casi famosos), Spike Lee (La última noche) o Sidney Lumet (Antes que el diablo sepas que has muerto). Su impresionante carrera en los márgenes del Hollywood más comercial no impidió que participara en superproducciones como Misión Imposible III o Los juegos del hambre: En llamas, una serie cuya continuación, Sinsajo, podría verse perjudicada por la repentina desaparición del intérprete.

Precisamente Los juegos del hambre: En llamas y El último concierto, en la que compartía cartel con Christopher Walken y Catherine Keener, fueron los últimos estrenos suyos que han llegado a España.

Pero Seymour Hoffman, actor prolífico, había finalizado ya otros proyectos: God's Pocket, drama que se vio en la última edición de Sundance, con el que debutaba en la dirección cinematográfica el actor de Mad Men John Slattery y en el que tenía a Christina Hendricks, John Turturro y Richard Jenkins como compañeros; y A Most Wanted Man, un thriller de Anton Corbijn (Control, El americano) con Daniel Brühl y Robin Wright. También sin estrenar está Happyish, una serie que había protagonizado y producido para el canal Showtime y que se basa en una idea de Shalom Auslander, un autor conocido en España por su divertida Lamentaciones de un prepucio.

Entre sus planes, Seymour Hoffman, que ya había dirigido la comedia Jack Goes Boating, pensaba volver a colocarse tras las cámaras. Hace apenas unos días Hollywood Reporter anunciaba que contaría con Jake Gyllenhaal y Amy Adams para Ezekiel Moss, la historia de una mujer que tras la pérdida de su marido conoce a un hombre que se comunica con los muertos. Hoy, por desgracia, en las noticias sobre el intérprete ya no tiene cabida hablar de futuro.

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