Crítica 'Populaire'

'My fair' secretaria

Populaire. Comedia, Francia, 2012, 111 min. Dirección: Régis Roinsard. Intérpretes: Romain Duris, Déborah François, Bérénice Bejo, Shaun Benson, Miou-Miou, Mélanie Bernier, Nicolas Bedos.

Estupenda banda sonora compuesta por Emmanuel d' Orlando y Rob en clave lounge con una evidente inspiración en Jackie Gleason, las sintonías de las series de televisión americanas de los años 50 o 60 y muy especialmente en la de Embrujada. Con un fondo colorido, igualmente inspirado en los títulos de crédito y el diseño publicitario de los 50, esta música da la nota de afinación que se mantiene a lo largo de toda Populaire: ligereza, amabilidad, nostalgia, humor y una pizca de emoción basada en un concurso.

La protagonista, una chica de la Francia de los años 50, quiere ser secretaria. Como tantas chicas desde que en los años 20 se pusieron de moda las taquimecas cantadas por Raquel Meller y después por Celia Gámez ("Con la falda muy cortita, muy cortita, / ajustadita, luciendo el talle, / y el pelito muy cortito, muy cortito, / yo muy airosa voy por la calle. / Los zapatos muy chiquitos, muy chiquitos, / las medias finas a lo Rebeca, / las muchachas taquimecas, mecas, mecas, / son la admiración de los chicos cañón"). Bueno, más que de una moda se trataba de una de las mejores oportunidades profesionales que en aquellos años (y durante muchos años después) tenía la mujer.

La historia de la ascensión de esta chica, tocada por un don para escribir a máquina a una velocidad endiablada, está contada con continuos guiños a las comedias americanas de los años 50 y bañada por esa encantadora música de ascensor. Todo el mundo fuma muchísimo, claro, porque estamos en los deseables pero también tremendos y nada preventivos años 50. Es lo bueno que tiene la nostalgia prefabricada: recrear selectivamente un pasado que nunca fue así del todo, pero que imaginamos a través del cine, la música y la publicidad. Un cierto parecido entre Deborah François y Audrey Hepburn, y la relación pigmalionesca con su jefe, apuntan a My Fair Lady. Bueno, a My Fair Lady y a más de una docena de comedias aludidas, homenajeadas o copiadas (y no solo comedias: hay un guiño blasfemo a Vértigo). La prueba a superar será, no un baile en una embajada, sino los concursos de velocidad mecanográfica. Puede valer.

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