Crítica de cine

Tierna fábula de amor con trasfondo social

Fotograma de Ali y Ava.

Fotograma de Ali y Ava.

El tópico ha definido a la directora Clio Barnard, ya sea por pereza, olvido o desconocimiento, como la Ken Loach de la Inglaterra pre y pos Brexit. Lo de la pereza lo escribo por el constante olvido en que se tiene al cine social inglés, como si  no hubiesen existido Richardson, Reisz, Schlesinger o -por nombrar una realizadora- la italiana afincada en Londres en los años 50 Lorenza Mazzetti, en gran medida herederos del espléndido documentalismo social británico de los Cavalcanti, Rotha o el fundamental Grierson. En fin… 

El caso es que Clio Barnard es una de las cineastas -y de los cineastas, que esto de eliminar el plural genérico a veces resulta confuso- más interesantes del último cine inglés. Como firmando un manifiesto se dio a conocer con el premiado documental The Arbor (2010) sobre la trágica figura de la dramaturga Andrea Dunbar cuya brevísima vida -y la de su hija- fue un catálogo de todos los males que puede sufrir una joven de los suburbios en los años 70 y 80. Tomándose su tiempo Barnard entró con buen pie en la ficción con The Selfish Gitant (2013), imaginativa y atrevida adaptación de El gigante egoísta de Oscar Wilde -no es poca cosa llevar una fábula de Wilde al terreno del realismo social- releído en el mundo de la marginalidad moderna representada por los niños de la chatarra, en la que da pistas sobre lo que hará en la película que hoy comentamos. Tras ella Dark River (2017) fue un significativo paso adelante al abordar un intenso drama rural lleno de dura emoción. Cuatro años más tarde rodó esta Ali y Ava (2021) que supone otro paso adelante en su muy personal concepción del cine social que, personalmente, me recuerda, más que a Loach, los fulgores poéticos que a veces sacudían las películas más radicalmente realistas de Richardson, Schlesinger o Reisz desplegados en su espléndida madurez en títulos como La última carga, Lejos del mundanal ruido o La mujer del teniente francés (dejo el posible ascendiente de Mike Leigh para el final). 

Porque esta película es un raro producto de realismo social (por sus personajes, el medio en que se desenvuelven y los conflictos entre los que se mueven) derivado a comedia romántica (por la delicada relación que se va trenzando entre ellos) con gran relevancia de la música (por los gustos que les enfrentan tan radicalmente como puedan hacerlo el country y el folk enfrentados a la moderna música suburbana, además de por el extraordinario papel que la banda sonora juega en la película). 

En un entorno social y económicamente deprimido -Bradford, en el corazón del posindustrial Yorkshire- Ava (espléndida Claire Rushbrook), una mujer y madre madura con un pasado de malos tratos, conoce a Ali, un anglo-pakistaní que atraviesa malos tiempos sentimentales en un entorno en el que no faltan las sombras del racismo y la xenofobia (igualmente espléndido Adeel Akhtar). Y pese a todo, incluso pese a ellos mismos, se van enamorando tan poco a poco como sus personalidades y situaciones permiten pero a la vez tan irresistiblemente como sus afectos exigen. Al parecer la directora se inspiró en personajes e historias reales que conoció durante los rodajes de The Arbor y The Selfish Giant en Bradford. Quizás eso le dé en parte su verdad y calidez humana. Pero desde luego la responsabilidad mayor recae en el talento de Clio Barnard para aunar la limpieza de corazón de los protagonistas, llevando la película casi a los límites del musical y la fábula (lo que ayuda a comprender su adaptación del cuento de Wilde en The Selfish Giant) sin renunciar a contextualizarlo en un entorno realista que afecta a los personajes, pero nunca les vence.  

Puestos a buscar precedentes en el realismo británico esta excelente y hermosa película, por su humana luminosidad brotando allí donde tantas trabas se le ponen, podría recordar la tierna y humana Secretos y mentiras de Mike Leigh. ¿Será solo casualidad que en ella se revelara Claire Rushbrook interpretando a la tan herida como necesitada de ser querida Roxanne? Creo que no.    

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios