Las producciones basadas en historias reales toman el protagonismo en la 83 edición de los Óscar, donde las cintas El discurso del rey, sobre la tartamudez de Jorge VI de Inglaterra, y La red social, sobre la creación de Facebook, se postulan como favoritas en la categoría de mejor película en la que compiten 10 filmes, al igual que en 2010.

El momento del rey. Tras The Queen en 2006, cinta sobre Isabel II de Inglaterra que obtuvo 6 nominaciones y que consiguió sólo una estatuilla por la interpretación de Helen Mirren, la monarquía británica aspira a convertirse en dominadora absoluta de los Óscar con El discurso del rey, un drama sobre el tormento de un príncipe para superar su tartamudez antes de convertirse en Jorge VI. Basada en hechos reales, El discurso del rey atesora 12 candidaturas y es la gran favorita para alzarse con el galardón de mejor película en la noche de los Óscar después de arrasar en los premios Bafta británicos.

Con menos publicidad que su principal rival, La red social, El discurso del rey ha ido ganando atención mediática y de público durante el último mes hasta el punto de que se ha instalado entre las 10 películas más taquilleras en EEUU desde hace varios fines de semana. Una perspectiva al alza que junto a sus triunfos en los galardones de los productores (PGA Awards) y el sindicato de actores (SAG Awards), que se eligen con los votos de muchos miembros de la Academia, hacen prever que en los Óscar El discurso del rey se impondrá a La red social, que ha llevado la voz cantante en la temporada de premios en EEUU hasta la fecha. Dirigida por Tom Hooper, tiene a Colin Firth y Helena Bonham Carter como protagonistas.

El triunfo de los Coen. Ninguneada por los Globos de Oro, True Grit (Valor de ley) se reivindicó con creces para los Óscar con una decena de candidaturas. Una cosecha que confirmó el buen resultado de la última película de los hermanos Coen, que es además su producción más taquillera tras recaudar más de 160 millones de dólares en EEUU. Una cantidad que es superior incluso a la obtenida en el país por No es país para viejos (2007), que a pesar de sus cuatro Óscar se quedó en 74 millones de dólares.

Los ingredientes de este éxito son viejos conocidos, tanto como la novela homónima de Charles Portis en la que se basa el filme que vio la luz en 1968 y dio pie un año después a una primera adaptación cinematográfica del mismo nombre que protagonizó John Wayne. Los Coen rechazaron hacer un remake y regresaron a las páginas del libro de Portis para su versión de Valor del ley, un western en el que una joven con muchas agallas contrata a dos pistoleros para dar caza al asesino de su padre. Tres estrellas consagradas, Jeff Bridges, Matt Damon, Josh Brolin y una de las revelaciones interpretativas del año, la joven de 14 años Hailee Steinfeld, dan vida una historia que apunta hacia la gran decepción de los premios de la Academia. A pesar del abundante número de candidaturas, es previsible que se vaya de vacío en los premios principales.

La cuota de acción. Cuando la Academia de Hollywood decidió ampliar de 5 a 10 el número de nominados en la categoría de mejor película lo hizo pensando en filmes como Origen, superproducciones de acción, populares en los cines y con reparto estelar que tradicionalmente eran eclipsadas en los Óscar por cintas independientes desconocidas por la audiencia. El caso de El caballero oscuro (2008), segunda parte de la saga de Batman dirigida por Christopher Nolan, ilustró en 2009 esta deuda de la organización de estos galardones para con el gran público. El filme logró 8 candidaturas ese año, aunque fue ignorada en la de mejor película, lo que hizo que arreciaran las críticas sobre los criterios de la Academia.

Origen, también de Nolan y también con 8 nominaciones, sí se postula esta vez a la estatuilla más importante de los Óscar aunque sin dar la sensación de tener posibilidades de victoria. La historia de este filme, protagonizado por Leonardo DiCaprio, Marion Cotillard, Ellen Page, Michael Caine y Ken Watanabe, gira en torno a un equipo de espías que gracias a una avanzada tecnología se adentra en la mente de sus víctimas con la intención de extraer información secreta. Origen destacó por sus aspectos técnicos y es ahí donde tiene más opciones de alzarse con alguna estatuilla, en especial efectos visuales o sonido.

La campeona agotada. Si los Óscar se hubieran celebrado antes de Navidad, es muy probable que La red social se hubiese alzado con la estatuilla de mejor película o ésa es la opinión de algunos críticos en Hollywood que consideran que esta cinta quemó todas sus naves antes de tiempo. Lo cierto es que este filme sobre la creación de la red social Facebook se dedicó el último tercio de 2010 a recoger premios de la crítica estadounidense, que no se cansó de alabar el trabajo del director David Fincher, el guionista Aaron Sorkin y el reparto encabezado por Jesse Eisenberg. El punto de inflexión en esta carrera ascendente de La red social podría situarse en la entrega de los Globos de Oro, ceremonia celebrada el 16 de enero en la que terminó por imponerse a "El discurso del rey" aunque ya empezaba a respirarse un ambiente favorable la producción británica. Desde entonces esta película ha ido perdiendo fuerza, también ha caído la intensa promoción de los estudios Sony y la prensa parece no tener tan claro que Facebook vaya a mandar en los Óscar.

Estrenada el 1 de octubre en EEUU, generó mucho interés antes de su debut por la controvertida imagen que daba de Mark Zuckerberg, fundador de la red social y quien no escondió su incomodidad por la película, si bien con el paso de los meses y la buena acogida que tuvo, el joven multimillonario terminó por apoyar el filme. La red social es una adaptación de la novela Multimillonarios por accidente publicada por Ben Mezrich en 2009 en la que se ofrece una visión de los desafíos y las traiciones que conllevaron el nacimiento de Facebook.

El peso de la interpretación. Filme de superación personal alrededor del boxeo, una idea similar a la de la saga Rocky, The Fighter es un relato sobre el púgil Micky Ward, apodado Irish, y sus esfuerzos para abrirse camino en la vida a base de golpes sobre el cuadrilátero. Una producción realizada con acierto por David O. Russell, quien supo sacar un gran partido a las interpretaciones de sus protagonistas, Mark Wahlberg, Christian Bale, Melissa Leo y Amy Adams, los tres últimos nominados al Óscar como secundarios. Bale y Leo, además, se postulan como favoritos a la estatuilla.

The Fighter obtuvo 7 candidaturas a estos premios, entre ellas dirección, pero se quedó ausente en las categorías de mejor actuación protagonista, lo que terminó por limitar las opciones del filme a convertirse en la mejor película del año. La preferencia de los miembros del sindicato de actores, Screen Actors Guild (SAG), por El discurso del rey en sus premios anuales entregados a finales de enero fueron un signo más de que el combate por el Óscar más importante de la gala se le ha puesto muy cuesta arriba a The Fighter.

Un riesgo que mereció la pena. A pesar de sus apuestas arriesgadas, Danny Boyle ha sabido tomarle el pulso a los gustos de la Academia de Hollywood con sus filmes para nada convencionales. Tras Trainspotting y la exitosa historia india Slumdog Millionaire llegó 127 horas, producción basada en hechos reales y en la que todo el peso narrativo cae sobre los hombros de James Franco, casi el único actor en los 94 minutos de largometraje. Un desafío al que hay que incluir que el desenlace se conoce de antemano por lo que la producción cuenta con recursos limitados para mantener el interés del espectador.

La película sigue los pasos del temerario escalador Aron Ralston, que en una escapada por los solitarios cañones de Utah termina atrapado en una grieta cuando se le cae una roca sobre un brazo. Las horas que transcurren hasta que consigue escapar, sus delirios y las medidas extremas que pone en práctica para salvar su vida aguantan el ritmo de una cinta que cosechó 6 nominaciones a los Óscar, aunque su atractivo no parece que sea suficiente para imponerse al resto de sus rivales por la categoría de mejor película.

Una pirueta de Óscar. La más oscura de las 10 candidatas a la mejor película en la 83 edición de los Óscar es, sin duda, Black Swan (Cisne negro). Un viaje a los bastidores más turbios y esquizofrénicos del mundo de la danza en los que se cruza virtuosismo y ego en una mezcla explosiva agitada por el estilo narrativo del director Darren Aronofsky. El filme, que opta a 5 estatuillas, fue una oportunidad artística para su protagonista, Natalie Portman, que se postula como gran favorita al Óscar de mejor actriz después de haber ganado los premios más importantes concedidos en Hollywood hasta ahora correspondientes a producciones de 2010.

A diferencia de sus principales rivales, Black Swan se hizo un nombre antes de debutar en los cines a través de un largo recorrido por festivales en Europa y EEUU hasta que se estrenó oficialmente en diciembre ya con la vitola de favorita para disputar la categoría de mejor película en los Óscar. Un estatus que la llegó a poner en la carrera directa por la estatuilla con La red social y El discurso del rey, aunque fue quedando relegada poco a poco a un segundo plano, y su hipotética victoria en la ceremonia se podría considerar como de gran sorpresa.

Homenaje a una saga. Nuevamente los estudios Disney/Pixar logran situar su principal apuesta animada del año entre los títulos elegidos para disputar el Óscar de mejor película del año, algo que ya ocurrió con Up en 2010 y que se repite ahora con Toy Story 3. La presencia de este filme entre las 10 nominadas se explica, además de por la calidad propia de la cinta, por la ampliación del número de candidatos, algo parecido a lo que ocurre con Origen. Si hay algún Óscar cantado en la ceremonia del día 27 de febrero ése es el de animación que con toda probabilidad premiará a Toy Story 3, una producción que cierra una trilogía que dio inicio a una nueva forma de hacer películas de dibujos y que, por extraño que parezca, no cuenta con una estatuilla de animación en sus vitrinas.

Cuando se estrenaron Toy Story y Toy Story 2 en 1995 y 1999 no se había creado aún esa categoría específica. Toy Story 3 se llevará la recompensa en nombre de toda esta saga sobre las aventuras de un grupo de juguetes. Más allá de eso, Toy Story 3 parece fuera de la competencia por el título de mejor película del año, aunque no le faltan fans que piden en internet los máximos honores para el filme. Únicamente Up (2009) y La Bblla y la bestia (1991) habían obtenido la nominación a mejor película hasta ahora. Toy Story 3 consiguió 5 nominaciones a los Óscar.

La nominación a la tolerancia. La tolerancia hacia las familias formadas por personas del mismo sexo es el discurso subyacente en la tragicomedia The Kids Are All Right (Los chicos están bien), escrita y dirigida por Lisa Cholodenko y protagonizada por Annette Bening, Julianne Moore y Mark Ruffalo. Con un largo recorrido en la gran pantalla, la cinta se estrenó en el verano y circuló por numerosos festivales, y logró trascender su temática en torno a la homosexualidad para alcanzar a audiencias más heterogéneas gracias, sobre todo, a un relato bien trazado por Cholodenko y a la interpretación de sus actores. De hecho, Bening parece la única candidata capaz de arrebatarle a Portman el Óscar de mejor actriz. Los chicos están bien obtuvo 4 nominaciones: mejor película, mejor actriz, mejor actor secundario (Ruffalo) y mejor guión original.

La independiente. El drama Winter's Bone es el ejemplo de película independiente que, a base de buenas críticas, logra llamar la atención de los académicos de Hollywood y llegar a la temporada de premios entre los mejores. Con guión adaptado y dirección de Debra Granik, y un reparto poco conocido encabezado por Jennifer Lawrence, quien debutó en el cine en 2008 con Garden Party, Winter's Bone logró cosechar 4 candidaturas a los Óscar. El filme, basado en la novela homónima de Daniel Woodrell, cuenta la historia de una joven adolescente en situación precaria que trata de descubrir qué ha pasado con su padre, envuelto en asuntos turbios con unos clanes del centro de Estados Unidos. Producida por Anne Rosellini y Alix Madigan-Yorkin, este drama con suspense triunfó en los premios Gotham en noviembre después de empezar 2010 ganando el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance y es el máximo favorito para los Spirit del cine independiente que se entregan en Los Ángeles la víspera de los Óscar.