Fire of love | Crítica

En las cenizas y en la lava

Maurice y Katia Krafft, protagonistas de 'Fire of love'.

Maurice y Katia Krafft, protagonistas de 'Fire of love'.

Después de haber estudiado de cerca, tal vez demasiado de cerca, decenas de ellos, Katia y Maurice Krafft concluyeron, siempre con ese afán didáctico que caracterizó su trabajo científico y divulgativo, que había dos tipos de volcanes: los rojos y los grises. Los primeros se expresaban en forma de silenciosas corrientes de lava y eran los más accesibles y mansos. Los segundos lo hacían en forma de explosiones súbitas de gases tóxicos y cenizas y sí que eran realmente peligrosos para el hombre.

Uno de estos últimos, el Unzen, en Japón, acabó con la vida de ambos en 1991 después de décadas de trabajo conjunto, una vida profesional y personal atada a los piroclastos y el magma. Los Krafft documentaron y filmaron desde finales de los años 60 todas aquellas expediciones e internadas en los cráteres, e hicieron de la caza y la observación minuciosa del volcán activo su primera y última razón de vida, en una suerte de pasión suicida que es reconstruida ahora por Sara Dosa a partir de los impresionantes materiales que dejaron para el archivo y que han servido para estudiar los volcanes y prevenir tragedias humanas como las que ellos mismos terminaron protagonizando.

El resultado es un trabajo que ofrece imágenes de deslumbrante e hipnótica belleza natural y destructora al tiempo en que recorre una relación íntima (que fue también pública en sus numerosas apariciones televisivas) delimitada por la atracción por el peligro y el desafío constante a la muerte, un documental que hilvana una autobiografía filmada por cuyos resquicios de espectacularidad a distancia de teleobjetivo se cuelan dos psicologías afines posiblemente trastornadas por la adicción a la adrenalina, las utopías científicas (Maurice quería descender navegando un río de lava), la pasión investigadora y el influjo constante del calor, los gases y los elementos orgánicos expulsados por el corazón de la Tierra.

Las notas de sus diarios y las músicas y canciones de Nicolas Godin (Air), Dalida o Morricone acompasan o hacen danzar esta doble aventura y la voz de Miranda July narra con distancia poética y filosófica los hitos, ecos y secretos de un idilio romántico-científico fraguado junto a los volcanes de todo el planeta, del rosselliniano Stromboli al colombiano Nevado del Ruiz que sepultó bajo el lodo a decenas de miles de vidas. Los Krafft habían estudiado como prevenirlo, pero las autoridades no hicieron caso a sus informes.