Una canción irlandesa | Crítica

La ‘irlandesidad’ reducida al cliché

Jamie Dornan y Emily Blunt, un amor platónico en los verdes prados.

Jamie Dornan y Emily Blunt, un amor platónico en los verdes prados.

Da un poco de pudor citar El hombre tranquilo al hablar de esta cinta americano-irlandesa que regresa una vez más a los verdes prados, las cuitas de lindes, vecinos y amores, las canciones tradicionales, el legado generacional y el viaje de ida y vuelta a las raíces como asuntos de una trama bastante sonrojante repleta de estrellas de relumbrón fuera de sitio, del veterano Christopher Walken a Jon Hamm, pasando por la pareja protagonista formada por la hermosa Emily Blunt y un Jamie –sombras de Grey-Dornan que rebajan sus prestaciones hasta mínimos insospechados en papeles ciertamente limitados.

Ambos juegan al tira y afloja del amor platónico, pastoril y blanco entre vacas, burros y propiedades en venta mientras el primo americano entra en acción y los mayores van pasando por el cementerio en una cinta de interiores de tv movie y lluvias de regadera que John Patrick Shanley, responsable de títulos tan dispares como Joe contra el volcán y La duda, dirige sin aparente mala conciencia adaptando su musical homónimo, del que no quedan aquí ni las canciones para mayor desgracia del conjunto.