Mike y Dave buscan rollo serio. Comedia gamberra, EEUU, 2016, 98 min. Dirección: Jake Szymanski. Guion: Andrew J. Cohen, Brendan O'Brien. Fotografía: Matthew Clark. Música: Jeff Cardoni. Intérpretes: Zac Efron, Anna Kendrick, Adam DeVine, Aubrey Plaza, Stephen Root, Sam Richardson, Alice Wetterlund, Sugar Lyn Beard.

Rebajar el coeficiente de inteligencia de sus protagonistas hasta el límite ha sido siempre una de las claves para el funcionamiento de la comedia, no digamos ya si, como en este caso, ese coeficiente de mínimos se extiende a sus respectivas parejas femeninas, que responden ya a los nuevos prototipos emancipados y gamberros (una fantasía masculina como cualquier otra) de estos tiempos post-monólogo.

De esa materia trash está hecha Mike y Dave, que reúne a un cuarteto de losers en una boda hawaiana con el propósito de domar la estupidez y evitar nuevos desastres con el disfraz de las apariencias en un entorno normalizado.

Los personajes de esta comedia gamberra, deslenguada, escatológica, estupefaciente y sexual bien pudieran ser los verdaderos hijos de la Norteamérica de Trump, a saber, tontos muy tontos (Efron y DeVine) e inmaduros dispuestos a emparejarse con otras tontas muy tontas (Kendrick y Plaza, mucho mejor ellas) que disimulen, compensen y celebren sus carencias en el autorreconocimiento de las taras.

Lanzada al desmadre erótico-festivo y a la regresión infantiloide como recursos de caracterización y tono de los gags (salvemos al menos el del masaje oriental a la novia), la cinta escrita por Cohen y O'Brien (Malditos vecinos) transcurre como un tour de force de situaciones patéticas con demasiado colchón de seguridad para que sus incorrecciones de humor de vestuario o de piso de estudiantes acaben por dejar huella.