Cultura

Algo está pasando en el cine andaluz

  • El triunfo de un buen número de películas de la comunidad autónoma en el reciente Festival de Málaga y el éxito de 'Grupo 7' en las salas parecen indicar que la industria audiovisual afronta una etapa fértil.

Mientras Grupo 7, de Alberto Rodríguez, seguía triunfando en las salas -la cinta lleva más de 2 millones recaudados- la clausura del Festival de Málaga ofrecía a los profesionales del cine andaluz otros motivos para no caer en el desaliento al que invita la crisis. Els nens salvatges, con participación de la sevillana Áralan Films, lograba la Biznaga de Oro; Carmina o revienta, de Paco León, se hacía con los premios del jurado y el público y el galardón a la mejor actriz para Carmina Barrios; Antonio Dechent era distinguido como mejor actor por A puerta fría y la guionista Remedios Crespo veía reconocido su trabajo en Miel de naranjas; Ali, de Paco R. Baños, recibía el Premio Asecan. Y en Zonazine, el malagueño Chiqui Carabante triunfaba con 12+1 -mejor película y mejor director-mientras la cinta sevillana El mundo es nuestro salía respaldada con el premio del público y en la categoría de mejor intérprete, que fue para el también director Alfonso Sánchez.

¿Vive el cine andaluz su mejor momento o esta acumulación de nombres se debe a una simple coincidencia? Para Javier Paisano, presidente de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Asecan), "esta eclosión no es una causalidad. Desde hace muchos años se trabaja en Andalucía para crear los mimbres de una verdadera industria que no tenga que mirar desde abajo al cine que se produce normalmente en Madrid", considera el también crítico teatral de Diario de Sevilla, que advierte un futuro prometedor en el horizonte. "En Málaga se ha juntado una generación de cine andaluz. Todos ellos se conocen, son amigos, comparten inquietudes, no estamos ante personalidades aisladas. Por primera vez en Andalucía podemos hablar de que algo muy importante está pasando. De que hay materia gris para revolucionar el audiovisual andaluz desde dentro", observa Paisano.

Gervasio Iglesias, productor de, entre otros títulos, Juan de los muertos o Grupo 7, señala que a "nuestra creatividad y forma de ver el mundo, que viene de mucho tiempo atrás" se ha sumado ahora "un trabajo continuado y concienzudo de mucha gente, algo que era menos habitual aquí, pues a veces somos más de impulsos que de estructuras, pero en este caso se han dado talento y planificación". En la actualidad, apunta Iglesias, existe entre los cineastas andaluces "la voluntad de todos nosotros de hacer cine en nuestra tierra y contar nuestras historias, y además buscando nuevas fórmulas". El productor destaca como ejemplos "modélicos" de esta búsqueda Carminao revienta y El mundo es nuestro. Además, añade que en Andalucía "nos estamos adaptando a los nuevos tiempos con gran rapidez, seguramente los que más en España y con mucha imaginación. Ahí está la nueva película de Álvaro Begines, Un mundo cuadrado, que ha obtenido el premio del público del primer festival on line de España, el Atlántida Film Fest".

Sin embargo, pese a las señales que hacen pensar que se anda por el camino correcto, los trabajadores del sector asumen que el panorama impide el entusiasmo. Álvaro Alonso, implicado en los proyectos de El mundo es nuestro, Ali o Carmina o revienta, habla del "talento innegable", la "ilusión y generosidad" o "la necesidad de contar las historias" como motor que anima un tejido "muy parado" por la pérdida del respaldo de la Administración pública. "Hoy en día, con esta coyuntura, es casi imposible levantar un proyecto", lamenta.

Alfonso Sánchez echa un cable a sus compañeros: asegura que son varios los productores "que se embarcaron en algunas películas porque contaban con ayudas, y esas ayudas no se han cobrado. Hay gente a la que se le debe dinero desde el año 2007". Pese a esto, cree que el momento es propicio para la industria audiovisual andaluza, por "la gran riqueza que tenemos, nuestro capital humano", y porque "mientras en Madrid trabajan un poco a la americana, si no hay dinero no se hace nada, aquí estamos acostumbrados a vivir en precario". El intérprete y director compara esta etapa de fecundidad que se vive en la región con el impulso que vivió el cine vasco en los 90. "Entonces estábamos en otra crisis, y aparecieron Álex de la Iglesia, Juanma Bajo Ulloa... Y se decía que el cine español estaba cambiando".

Paco R. Baños, director de Ali, declara que los logros "son fruto del esfuerzo" y resalta "todo el trabajo que hay detrás de cada historia. Carmina... era el debut de Paco León en la dirección, pero lleva muchos años como actor. Y Alberto ya había tenido otros pelotazos antes de Grupo 7". Baños, que también ha presentado en Málaga una ópera prima, ya tenía una larga experiencia en el cortometraje y conoce bien a una generación que "siempre ha intentado sacar adelante los proyectos con ilusión y esfuerzo".

Manuel H. Martín, director del documental 30 años de oscuridad, muestra prudencia ante la etiqueta de cine andaluz -"prefiero llamarlo cine hecho en Andalucía, porque el cine no tiene nacionalidad", expresa- aunque celebra "que se están haciendo cosas frescas, un thriller como Grupo 7 o una comedia dinámica como El mundo es nuestro". Su película, que recurre a la estética de la novela gráfica, también refleja que los creadores andaluces "estamos buscando formas atractivas de contar una historia". Martín atribuye otra cualidad a sus compañeros de profesión: en muchos de ellos detecta "el interés por conectar con el público, por hablar al espectador de tú a tú".

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