Tu mejor amigo: un nuevo viaje | Crítica

El regreso del perro ángel

La veterana realizadora televisiva Gail Mancuso dirige esta entrega basada en otra novela de Cameron.

La veterana realizadora televisiva Gail Mancuso dirige esta entrega basada en otra novela de Cameron.

W. Bruce Cameron, escritor, columnista y guionista se hizo famoso y rico gracias a la serie de libros dedicados a la amorosa relación entre sus distintos dueños y un perro que tiene la virtud de reencarnarse en distintos chuchos cada vez que muere. Al parecer se inspiró en la relación con su amigo canino con el que debe tener una extraordinaria empatía ya que en parte el éxito de sus novelas radica en que están escritas desde el punto de vista de los animalitos. Ni el cabo Rusty le debió tanto a su Rin Tin Tin ni los Miller a Lassie como Cameron a su fuente de inspiración con cuatro patas.

Las novelas mezclan humor, optimismo de auto ayuda, filosofía de frases de calendario y sentimentalismo en las dosis suficientes para convertirse en un amable entretenimiento en el que millones de lectores han encontrado, además, algo así como sentido para sus vidas o al siquiera aliento para sobrellevarlas. Muy americano. Muy respetable.

El cine, naturalmente, se interesó por estas obras y Tu mejor amigo fue dirigida en 2017 por el antaño prestigioso director sueco Lasse Hallström quien, mira por donde, alcanzó la fama internacional en 1985 con Mi vida como perro y en su larga época de decadencia americana rodó la perruna Siempre a tu lado, Hachiko. Fue recibida con tibias críticas pero buena taquilla, lo que justifica que ahora llegue una nueva entrega basada en otra novela de Cameron. La dirige en su debut cinematográfico la veterana realizadora televisiva Gail Mancuso (ganadora de dos Emmy por Modern Family) que, visto el resultado, parece no haberse dado cuenta de que había cambiado de medio: la dirección es televisiva en el más pobre sentido de la palabra. Todo lo que pueda ser detectado para intentar buscarle solución -desde una enfermedad al duelo, la soledad, el alcoholismo, las niñas no queridas o el sentido de la vida- se le plantea a los perros protagonistas para que el mayor número posible de lectores, ahora espectadores, encuentren su propio punto de enganche y tengan la sensación de que se les está hablando a ellos.

El probado oficio de Gail Mancuso lleva con eficacia de telefilme de sobremesa el proyecto a buen puerto, esto es, al que la productora le encomendó llevarlo. Y todos contentos. Y los más entregados, llorando.

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