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Antiguo y futuro rey

  • Desde el siglo XX el epitafio del rey Arturo se cumple y tanto él como sus Caballeros de la Mesa Redonda resucitan para reinar de nuevo con un trono compartido junto a otros mitos.

Una viñeta de la obra.

Una viñeta de la obra.

Según se cita en un verso de La mort d'Arthur (1485) del inglés Sir Thomas Malory, el epitafio grabado en latín en la lápida de Arturo Pendragon fue: Hic iacet Arthurus, rex quondam, rexque futurus (Aquí yace Arturo, antiguo y futuro rey).

Desde el siglo XX al menos, este epitafio se ha cumplido. Tanto él como sus Caballeros de la Mesa Redonda resucitaron para reinar de nuevo, aunque sea compartiendo trono con otros mitos contemporáneos como Tarzán, Superman, Flash Gordon o Sherlock Holmes.

El cómic Camelot 3000 (1982-1985), del guionista Mike W. Barr (Batman y los Outsiders, Batman: El hijo del demonio) y el dibujante Brian Bolland (Juez Dredd, La broma asesina), mezcla mitos artúricos y ciencia ficción, situándonos en Londres, año 3000, para narrar la continuación directa de las historias de Sir Thomas Malory.

La Tierra está siendo invadida por alienígenas. El joven arqueólogo Tom Prentice se refugia en el yacimiento arqueológico de Glastonsbury -donde cuenta la leyenda que está enterrado el Rey Arturo- y encuentra de casualidad el mítico sarcófago. Abre la tapa para esconderse dentro, y, asombrosamente, Arturo resucita y nombra a Tom Prentice su escudero.

Tom Prentice sirve, además, de nexo entre el rey y el año 3000, ya que Arturo es un personaje con mentalidad medieval en un mundo que no conoce, lo que da lugar a situaciones curiosas.

Según la leyenda, Arturo regresará en época de necesidad de Inglaterra. Tendrá que probar su derecho al trono sacando de nuevo a Excálibur de la roca, y volver a formar la Mesa Redonda. El Rey Arturo recurrirá a Merlín y juntos reunirán a la reina Ginebra y a sus seis mejores caballeros, reencarnados en nuevos cuerpos. Para complicar las cosas, también regresa Morgana Le Fay, la siniestra hechicera que según el mito es medio hermana de Arturo.

Arturo, Merlín y Morgana son las versiones de Malory, pero los Caballeros de la Mesa Redonda presentan cambios significativos que dan mucho juego: Sir Galahad es un samurái; Sir Gawain, sudafricano; y Sir Perceval, un gigantesco y mudo monstruo extraterrestre. Sir Tristán se reencarna en una mujer, de la que Tom Prentice se enamora sin ser correspondido. Tristán sigue enamorado de Isolda, lo que da pie a las primeras escenas lésbicas en un cómic de la DC, algo insólito en 1982. Esta trama explora temas como la no aceptación de la propia sexualidad, la homosexualidad y el machismo.

Estos personajes reencarnados volverán a cometer los errores del pasado; la reina Ginebra y Lancelot no tardarán en volver a enamorarse para sufrimiento de Arturo.

Como en todo ciclo artúrico que se precie, la búsqueda del Santo Grial forma parte importante tanto de la trama como del desenlace de la misma. Y detrás del Santo Grial siempre encontraremos a Mordred, hijo bastardo de Arturo y de su medio hermana Morgana LeFey, transformado aquí en asesor del presidente de Estados Unidos, que a su vez es una parodia de Ronald Reagan.

Sin desvelar la conclusión de esta historia, podemos decir que cumple perfectamente con su condición de ciclo, deja el final abierto, pero no necesita continuación ni secuela.

Si lo primero que atrapa en esta serie es el dibujo de Briand Bolland, pronto queda patente que el guión no se queda atrás. Lo que empieza como una historia de extraterrestres que quieren conquistar la Tierra y a los que se opone un selecto grupo de héroes, se transforma en un relato que sorprende por su épica y su narrativa.

Mike W. Barr convierte la historia del Rey Arturo en una suerte de cómic de superhéroes, consciente de que éstos son la versión moderna de las historias mitológicas que se llevan narrando desde que el ser humano es tal.

Esta historia es la recreación de un mito, pero también una visión crítica del mundo actual y una profunda reflexión sobre valores como el heroísmo, el deber y la amistad.

Este cómic se ha quedado anticuado en tecnología del futuro, pero, ¿quién iba a decir que en los últimos treinta años íbamos a dar este gran salto con la aparición de las nuevas tecnologías? Aun así, Camelot 3000 es de los cómics de referencia de la década de los 80.

Cuatro ediciones van en España de esta obra que, a causa de la lentitud de Brian Bolland, necesitó tres años para completarse y llegar a las librerías.

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