Y es que el cañonero HMS Havoc se había convertido para la marina norteamericana en una seria y letal amenaza, ya que cruzarse con él en la batalla suponía conocer, con toda seguridad, las profundidades marinas.

Es por ello que el misterioso Sr. Bolton ha reclutado (por decirlo de alguna manera) a unos agentes de lo más especial que deberán infiltrarse en el navío británico con una misión muy clara. Masacrar a su tripulación.

Retrocederemos en el tiempo al año 1780, en el que las revolucionarias tropas norteamericanas se enfrentaban a la inglesa, tiñendo de color sangre las aguas y demostrando que la armada de la Pérfida Albión era casi invencible.

Y he dicho casi, ya que una vez que el Havoc zarpe, las noches a bordo se van a convertir en una auténtica pesadilla gore para algunos de sus tripulantes, que van a conocer el horror en sus propias carnes, mientras el resto de la personajes asiste, del todo atónitos, a estos horripilantes hechos.

Hombres duros, adustos, acostumbrados a la vida en alta mar y al casi constante estado de alerta, ya que en cualquier momento podías encontrarte frente a un barco enemigo, ya fuera norteamericano o español, su resistencia será llevada al límite a medida que la 'población' del navío vaya decreciendo dramáticamente…

Aunque no todos están realmente acostumbrados a estas duras condiciones. Tal es el caso de dos pasajeros, el Dr. Theolonius Barker, y su acompañante y ayudante, Jean Sanguine, a los que en un momento dado del relato se acusará de los terribles crímenes cometidos a bordo del barco, sobre todo debido a su peculiar comportamiento, que hace que salte la sospecha entre los mandos del barco, encabezados por el legendario capitán Merlin Wollstencroft.

Pero como si de un terrorífico whodunit se tratara, la perspicacia del lector será puesta a prueba a la hora de solucionar el enigma y dotar de rostro a los agentes infiltrados. Y es que en este relato contamos con un nutrido plantel de personajes: El joven guardamarina Harold Price, el temido teniente Reed, Bill Krunk, Eleazar Faulk, el indio mohawk Konkapot, Vortigen Little, el marinero Whistler o Moses Childe…

¿Quiénes de estos rostros se transforman en letales seres cuando la luna llena ocupa el cielo nocturno?

Con el formato de folletín por entregas, que apareció en la edición original de la línea Hill House que la editorial norteamericana DC dedica al exitoso escritor y guionista Joe Hill, que junto al dibujante Dan McDaid nos sumergen en un apasionante relato repleto de violencia y sangre, en el que el factor fantástico hace su aparición, con este trío de letales seres que van a llevar el horror a bordo del legendario barco, cuya destrucción puede suponer que la balanza del conflicto se incline hacia el lado norteamericano.

Y eso que dicen que el perro es el mejor amigo del hombre…