Cómics

Comer, beber, charlar, amar…

  • Esa pequeña cantina se convirtió en improvisado refugio de una serie de personas, cada una de ellas con su propia historia que contar

Portada del manga.

Portada del manga.

Existen lugares a los que siempre es agradable regresar, volver a reconocer esos rostros de gente con las que compartir unas palabras, al principio meros desconocidos, pero con los que después de un rato de conversación, podemos llegar a tender un invisible hilo, primera puntada de una incipiente relación que en un futuro no muy lejano tal vez se convierta hasta en amistad.

Y es que esta pequeña cantina, situada en el tokiota barrio de Shinjuku, pese a no tener una carta fija, es un lugar en el que sus visitantes pueden probar multitud de platos. De hecho, una de sus principales características es que su dueño y único camarero, con una paciencia y habilidad culinaria infinitas, es capaz de elaborar en menos que canta un gallo ese plato que se le antoja a cualquier de sus clientes, generando una invisible onda de contagio entre el resto de ocupantes del peculiar negocio, que casi siempre van a querer probar, e incluso, repetir, una de sus suculentas recetas, todas propias de la extensa gastronomía japonesa.

¿Qué hubiera sido del Gourmet Solitario de Taniguchi y Kusumi si, en sus constantes viajes, hubiera encontrado este lugar? Está claro que se hubiera hecho habitual de sus servicios.

Pero no creáis que lo único curioso es lo bien que se come allí, ya que lo que nos atrae como lectores de este manga son el puñado de historias que en cada uno de sus breves capítulos se van narrando y observaremos tal como hace el propietario de la cantina, este señor sin nombre, que la mayoría de las veces se convierte en confesor de los secretos, e incluso paño de lágrimas, de alguno de sus clientes…

Como Hitomi, una bella chica con una curiosa costumbre que consiste en encandilar a jóvenes estudiantes, que tras pasa por sus manos son incapaces de aprobar el ingreso a la universidad… O un secreto más de la anterior vida de uno de los clientes fijos del local, el callado Yakuza, cuya existencia se cruzará con la de un viejo conocido… ¿Y qué decir de Mori, un auténtico campeón a la hora de comer huevos duros y cuya fisonomía incluso recuerda a uno de ellos?... O esa pareja que tras pelearse, no tenían otra manera de reconciliarse que compartir los ricos platos preparados en el bar… ¿Habéis probado el arroz con mantequilla? Una sencilla receta que enamorará a un elevado crítico gastronómico… Al abrir a partir de la medianoche, este lugar es frecuentado por prostitutas. Una de ellas, Saya, se va encontrar con un hecho inesperado que hará que su vida cambie…

Y así, un buen puñado de historias, relatos de las vidas de esa agradecida clientela de la cantina, una curiosa familia que pasa las horas apoyada en la barra del pequeño negocio, escuchando a otros, degustando los platos del propietario…

Pese a que el autor de este manga, Yaro Abe, se dedicó a una edad bastante tardía a esta profesión artística, dio de pleno en la diana, habiéndose convertido su obra en un auténtico best seller entre los lectores nipones, recibiendo más de un premio y siendo adaptada en un par de películas para la gran pantalla y una serie que podemos disfrutar en la plataforma Netflix.

Y es que, ¿a quién no le gusta comer bien y las buenas historias?

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