cómics

Monstruos modernos

  • El tomo recoge las aventuras inmediatamente posteriores a 'Una plaga de ranas' y refleja una verdadera edad dorada para este 'spin-off'

Un dibujo de 'AIDP Integral, 2'.

Un dibujo de 'AIDP Integral, 2'.

Desde su fundación en 1986, la editorial Dark Horse ha animado el panorama estadounidense con una apuesta por la variedad de géneros, mimando el trabajo de los creadores. Dark Horse abrió fuego con joyas como el Concrete de Paul Chadwick, se consolidó con licencias tan célebres como Star Wars, Aliens, Predator, Conan o Indiana Jones y supo enriquecer su catálogo adquiriendo series emblemáticas como Nexus, Grendel o Madman. En el efervescente mercado de la década de 1990, probó a crear su propio universo superheroico, la línea conocida como Comics' Greatest World, pero tuvo mayor acierto cuando se decantó por propuestas de autor, como las alumbradas dentro del sello Legend, que acogió a artistas del calibre de Art Adams (Monkeyman & O'Brien), John Byrne (Next Men) o Frank Miller (Sin City). Pero si hay un punto de inflexión en la trayectoria de la editorial de Milwaukie, este seguramente sea la aparición de Hellboy, el investigador de lo paranormal creado por Mike Mignola.

La primera historieta de Hellboy vio la luz en el número 2 de San Diego Comic Con (1993), una revista promocional repartida gratuitamente en la convención de cómics por excelencia y que hoy se cotiza por las nubes. Fueron solo cuatro páginas en blanco y negro, dibujadas por Mignola a partir de un argumento propio y con ayuda de Byrne en los diálogos, pero sirvieron para despertar el interés de los lectores, de modo que el antihéroe regresó enseguida con su propia miniserie: Semilla de destrucción (1994), y su universo no ha dejado de crecer desde entonces. La serie de Hellboy mezcla el folclore, el horror lovecraftiano y la aventura de tono pulp con ciertos toques (a veces en el fondo, a veces en la forma) del género de superhéroes. Una fórmula que se ha demostrado muy exitosa e influyente, y que alcanzó su momento de mayor audiencia con las dos adaptaciones cinematográficas dirigidas por Guillermo del Toro.

En sus primeras aventuras, Hellboy es miembro de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal (AIDP), pero finalmente dimite y comienza su periplo en solitario a partir de El gusano vencedor (2001), y este punto de fractura sirvió a Mignola para lanzar un spin-off protagonizado por el resto de miembros de la Agencia, con Abe Sapiens y Liz Sherman a la cabeza. AIDP: Las tierras huecas (2002) es el primer capítulo de una serie que tendría unos comienzos indecisos, pero que alcanzaría voz propia dos años más tarde, con el arco argumental titulado Una plaga de ranas (2004), esto es, coincidiendo con la llegada del dibujante Guy Davis. El segundo integral de AIDP publicado por Norma Editorial contiene las aventuras inmediatamente posteriores a Una plaga de ranas (Los muertos, La guerra contra las ranas y La llama negra), en las que colabora el guionista John Arcudi, tercer bastión de la serie junto con Mignola y Davis, y un puñado de dibujantes invitados. Son tebeos bellos, imaginativos y muy adictivos, una verdadera edad dorada para este sofisticado spin-off que posee, al menos, tanta calidad como el propio Hellboy.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios