Cómics

Música en las viñetas

  • Al rico catálogo de la editorial ECC se suma la obra de uno de los grandes nombres del cómic europeo, Gipi

Ilustración de portada.

Ilustración de portada.

Cuando somos jóvenes, buscamos en nuestro grupo de amigos más cercano algo que nos una. En algunos casos es la lectura de cómic, el visionado de películas, etc… Aunque en muchas ocasiones es la música la que se convierte en ese nexo.

Y este es el caso de Giuliano, Alex, Stefano y Alberto, cuatro amigos. El padre del primero le hace un temporal regalo con el que van a poder dar rienda suelta a su pasión, ya que en cuarteto ha formado un grupo. Un local.

El sitio está sucio, apesta y la verdad, no ofrece casi ninguna comodidad, pero para los jóvenes se convierte en ese perfecto escondite en el que dejarse llevar por el compás de sus temas, sordos ante cualquier otro problema.

Pero además de estos momentos, esta historia también nos ofrece un retrato de estos chicos y sus familiares más cercanos, como el padre de Giuliano, un apasionado de los perros, con los que ha ganado multitud de trofeos, aunque ahora su mirada se dirige hacia el cielo, donde se encuentra su nuevo hobby, el aeromodelismo. Mantiene una buena relación con su hijo, al que le ha confiado el local, pero con la condición de que evite los líos.

Alex está como una cabra, y así lo demuestra ante los extraños, que lo ven como una mala influencia ante los demás, aunque en el fondo no es mal tipo.

Stefano, el batería, vive con su madre y tía, dos beatonas que le consienten casi todo, hasta su afición por la iconografía nazi, hecho este que no cae muy bien entre el resto de sus colegas, aunque Giuliano sabe que su colega es tan solo un cabeza hueca.

Y por último, Alberto, que es el más normal, centrado, del grupo.

Junto a todos ellos, Nina, la novieta de Giuliano, que se convierte en receptora de los sueños de su chico.

Una vez empiezan los ensayos en el destartalado local, las cosas parecen irle bien a los protagonistas, con la posibilidad de poder presentar su trabajo a una discográfica y convertirse en verdaderos profesionales de lo que es su verdadera pasión.

Pero sucederá algo, casual en apariencia, que va a dar un giro completo al argumento…

Gipi no solo construye una historia con tintes autobiográficos, como él mismo señala en el epílogo, sino que es un auténtico maestro a la hora de transmitir sensaciones, como esos momentos, mudos, en los que la banda se deja llevar por la esa música que parece atronar en nuestros oídos, y los personajes parecen moverse, poseídos por el ritmo, traspasando con fuerza la viñeta; o los momentos de calma, esos paisajes de acuarela, cielos calmos, silenciosos y bellos hasta no poder más.

El volumen se completa con un cuaderno de bocetos de la obra, diseños de los personajes, ilustraciones, etc.

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