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Se acerca el fin

Detalle de la portada del volumen.

Detalle de la portada del volumen.

En un mercado, como el estadounidense, ampliamente dominado por los superhéroes, siempre es una buena noticia que una serie de cualquier otro género se aúpe a los primeros puestos de ventas. Son pocas las que lo consiguen, pero son. Ahí está, por ejemplo, Saga, la epopeya de ciencia ficción escrita por Brian K. Vaughan e ilustrada por Fiona Staples, que se ha convertido en la sensación de los últimos años, y ahí estuvo (hasta hace unos meses) Los muertos vivientes, el glorioso serial de zombis urdido por Jonathan Kirkman y Charlie Adlard.

Iniciado en 2003, dentro del catálogo de Image Cómics y con un Tony Moore a los lápices que pronto daría paso a Adlard, el serial apocalíptico protagonizado por el sheriff Rick Grimes llenó de aire fresco la mesa de novedades, convirtiéndose muy pronto en un título de culto al que había que prestar atención. Con el paso del tiempo, Los muertos vivientes no sólo se alzó con dos premios Eisner, en 2007 y 2010, a la mejor serie regular, sino que logró dar el salto a la pequeña pantalla con la adaptación televisiva de la AMC, lo que catapultó su fama.

Para entonces, los lectores del tebeo de Kirkman y Adlard ya sabían que se trata de una lectura adictiva y excitante como pocas, con multitud de puntos de giro, cambios de registro y un elenco de personajes que no deja de crecer. Lo que se dice una joya.

Kirkman es también autor de otra de las sensaciones del principio de siglo, Invencible, un culebrón superheroico de primer nivel, y sorprendió a sus lectores concluyendo y cancelando ambas series (un gesto que le honra, entre tanta cabecera interminable, alargada simplemente para hacer caja). Los muertos vivientes, más concretamente, terminó el pasado julio con su número 193.

El libro siete de la recopilación de lujo de este tebeo histórico contiene los números 145 a 168, antesala de los últimos arcos argumentales, con la guerra con los Susurradores alcanzando aquí su clímax. Es una edición impresionante, completada con un cuaderno de bocetos y una galería de cubiertas a color.

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