Una pregunta. ¿Sois de los que cuando ve en la calle, en el suelo, una moneda tirada, os agacháis para recogerla?

Pues seguro que después de leer este cómic, The silver coin, os lo pensáis dos veces antes de hacerlo…

Y es que este pequeño objeto se va a convertir en una puerta a lo horrible, al peor de los destinos, para todos y todas aquellos con los que se cruce en su camino. Una puerta maldita, un misterio oscuro del que poco a poco, a través de diferentes saltos temporales vamos a conocer su nacimiento como agente del Mal más absoluto.

Esta antología comienza en un pueblo norteamericano como otro cualquiera. Ni siquiera nos interesa su nombre, tan solo un trío de jóvenes que tocan rock en una época en la que la música disco era la reina de las pistas de baile y los locales.

Ryan es tozudo, e insiste, rasgando las cuerdas de su guitarra eléctrica una y otra vez. No es un tipo con un especial talento, pero va a encontrarse con un objeto que su madre olvidó cuando los abandonó a él y a su alicaído padre.

Una extraña moneda.

¿Y qué une a la joven y tímida Fiona con este músico? Pues casi nada, tan solo que ésta, a la que le apasionan las películas slasher, será prácticamente obligada por su bien intencionada madre a acudir a un campamento, donde tendrá la mala fortuna de compartir barracón con un grupo de crueles chicas que van a convertir su estancia en el lugar en una pesadilla, al menos hasta que se cruce en su camino una abandona cabaña y en su interior encuentre algo.

Una extraña moneda.

Un robo y posterior asesinato, un destino unido por el crimen, una huida sin posible regreso. Estos acontecimientos unen a un trío de delincuentes, y la chica del grupo va a tener la desgracia de vislumbrar un objeto que brilla sobe una chimenea, que el bombero retirado encontró entre las ruinas humeantes de un bar.

Una extraña moneda.

En un lejano futuro, el ojo de la ley sobrevuela todos los rincones de la atestada urbe, vigilando para que la actividad criminal no se cometa. Aunque la protagonista de este relato se salta todas las leyes posibles, robando información y secretos de sus víctimas. Aunque ninguno tan misterioso como el que encuentra bajo la urbe, sepultado en un lugar antiguo, sujeto por una momificada mano.

Una extraña moneda.

De regreso a un pasado más distante, a la Nueva Inglaterra puritana, donde las buenas acciones de Rebekah, una mujer con conocimientos y cierta conexión con los sobrenatural, va a padecer en sus propias carnes el miedo y la crueldad que trae a la ciudad un cínico hombre, que compra con una moneda amistad de una mujer.

Sí, esa moneda que rodando, rodando, maldice a todos los que tienen la mala fortuna de poseerla.

The silver coin reivindica las antologías de relatos de terror, y lo hace con un primer grupo de guionistas de primera clase: Chip Zdarsky, Kelly Thompson, Ed Brisson, Jeff Lemire y el propio ilustrador que lleva a la viñetas todas las faceta s de este horripilante puzle, Michael Walsh, cuya versatilidad nos hace viajar a través del tiempo, yendo de una época a otra, y junto a los escritores que le acompañan en el viaje, diseminando en el camino pequeñas pistas que pueden esclarecernos el origen y propósito de tan singular objeto.

La moneda de plata.

Después de un tiempo sepultado en el limbo, parece que el género de terror regresa a las viñetas de los cómics por la puerta grandes. Propuestas tan geniales como Gideon Falls lo han vuelto a colocar en el lugar del que nunca debió moverse, así como nuevas series como ésta misma, el universo Bone Orchard Mythos y otra antología cuyo título seguro que os suena a muchos, Creepshow.

Ya sabes, si ves algo brillar a tus pies, mejor no lo mires y pasa de largo…