Arte

Condenados a pagar 3.600 euros por intentar vender cuadros robados de Francis Bacon valorados en 25 millones

  • El robo de las obras tuvo lugar en 2015 en una casa de Madrid

  • No se les acusa del robo material de las obras, sino de tratar de lucrarse con su venta.

'Tres estudios de Lucian Freud', de Francis Bacon.

'Tres estudios de Lucian Freud', de Francis Bacon.

Un juzgado de lo Penal de Madrid ha condenado a una multa de 3.600 euros a los cuatro procesados por intentar vender los cuadros del pintor Francis Bacon que fueron robados en 2015 en una casa de la capital, y que estaban valorados en 25 millones de euros, tras un acuerdo entre las partes.

El Juzgado de lo Penal número 10 de Madrid ha condenado a los cuatro hombres juzgados por estos hechos a quince meses de prisión por un delito de receptación, tras aplicar dilaciones indebidas en el proceso y tras alcanzarse un acuerdo entre la Fiscalía y los acusados por el que esta pena se sustituye por dos cuotas de multa por cada día de prisión, con una cuota diaria de cuatro euros.

No se les acusa del robo material de las obras de arte, sino de tratar de lucrarse con su venta.

El mayor robo de arte contemporáneo en España

El robo, considerado el mayor hurto de arte contemporáneo en España, se perpetró en la vivienda de un amigo de Francis Bacon, José Capelo, al que el artista legó las obras, situada en el centro de Madrid y a la que los ladrones accedieron mientras el dueño estaba en Londres, según informó la Policía en su momento.

El pintor irlandés Francis Bacon falleció en 1992, a los 82 años, en Madrid, ciudad que visitaba con mucha frecuencia y donde tenía muchos amigos y admiradores; de hecho, el propietario de las obras robadas recibió las pinturas como herencia por parte del artista.

En febrero de 2016, los investigadores del robo recibieron un correo electrónico procedente de una entidad privada británica dedicada a la búsqueda de obras de arte robadas o desaparecidas en el que comunicaban que una persona, con domicilio en Sitges (Barcelona), les había realizado una consulta telemática sobre una de las cinco pinturas robadas, para cerciorarse de si ésta figuraba como sustraída, y adjuntaba fotos inéditas del cuadro.

A raíz de ahí la Policía detuvo a diez personas en relación con el caso y en 2017 recuperó tres de los cuadros.

La sentencia dictada ahora considera probado que el día 25 de junio de 2015, aprovechando la ausencia de la persona que vivía en la vivienda, varias personas de identidad no determinada accedieron a la misma rompiendo la cerradura y desactivando la alarma, y se llevaron cinco cuadros del conocido pintor -cuatro retratos y un autorretrato- valorados en unos 25 millones de euros.

Los cuadros estaban colgados de la pared y en una caja de seguridad, y los ladrones se llevaron además otros objetos de valor de la vivienda.

Ya en septiembre de 2015 los cuatro procesados en esta causa tenían acceso a los cuadros y, sabiendo que eran robados, llevaron a cabo varias acciones para venderlos y lucrarse, según la sentencia, que detalla que Ricardo B. contactó con una persona para saber por cuánto podría venderse una de esas obras, y le facilitó en un pendrive dos fotos con el anverso y reverso del cuadro.

Esas fotos fueron hechas el 28 de septiembre con una cámara alquilada por otro procesado, Cristobal G.

También se considera probado que Ricardo B. contactó con un familiar que trabajaba en una galería de arte especializada en autores de los siglos XIX y XX para saber cómo se podían vender varias obras de Francis Bacon de las que disponían él y un grupo de personas que no identificó, y luego hubo una reunión en la que se valoró subastarlas a la que acudieron Riardo B., Alfredo C. y Rubén S.

La investigación policial contó con comunicaciones anónimas que revelaron el lugar donde se podrían encontrar las obras sustraídas, y así el 10 de mayo de 2017 se encontró la obra Study for a portrait of José C. 1989 en una vivienda de Madrid, bajo una construcción de madera.

Y el 23 de junio de 2017 se hallaron otras dos pinturas en un sótano de un edificio, en un cuarto de contadores, y todas ellas fueron restituidas a la persona que las tenía en su vivienda.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios