Cultura

El Instituto Cervantes organiza un Congreso Mundial de Flamenco

  • La cantaora Rocío Márquez y el promotor Miguel Marín serán los comisarios de las actividades, que se desarrollarán durante este mismo año y 2022 en distintos sitios de África, Asia, América y Europa

De izquierda a derecha, Arcángel, Luis García Montero, Carmen Linares, Marina Heredia, Rocío Márquez y Miguel Marín, los dos últimos comisarios de esta iniciativa del Instituto Cervantes.

De izquierda a derecha, Arcángel, Luis García Montero, Carmen Linares, Marina Heredia, Rocío Márquez y Miguel Marín, los dos últimos comisarios de esta iniciativa del Instituto Cervantes. / Mariscal (Efe)

El Instituto Cervantes celebrará entre este año y el próximo el Congreso Mundial de Flamenco, iniciativa que "tiende la mano" a este arte en un momento especialmente difícil con una programación por cuatro continentes para regalarse los oídos, la vista y también la mente. "Queremos celebrar la importancia de una disciplina fundamental como alta cultura en la sociedad española", ha dicho este lunes en rueda de prensa Luis García Montero, director de esta institución, que auspicia dicho evento global como parte de los actos de su trigésimo aniversario.

En tiempos de "redes, prisas y manipulaciones", se trata de buscar "algo que vaya más allá de mentiras y coyunturas", ha indicado García Montero, quien ha destacado cómo "los poetas fueron los primeros que atendieron al flamenco", empezando por Melchor de Palau en el siglo XIX en su búsqueda de un camino para la lírica a través del acervo popular. Le siguieron otros como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Rafael Alberti o Federico García Lorca, "sabedores de que la verdadera identidad de una cultura estaba en su pueblo", ha apostillado.

De entre todas las actividades, García Montero ha destacado el homenaje que se hará en Buenos Aires a Enrique Morente como uno de los primeros cantaores que se interesaron por la poesía culta y por el diálogo con el flamenco. "La primera vez que escuché a un poeta en la voz de un flamenco fue con él, que hizo un trabajo extraordinario con Miguel Hernández. Fue un descubrimiento. Esa poesía nos ha dado gloria y nosotros se la estamos devolviendo", ha apuntado la cantaora Carmen Linares, quien ha participado en la presentación junto a sus compañeros Marina Heredia y Arcángel.

Como comisarios, el programador Miguel Marín, presidente de la Asociación de Festivales Flamencos, y la cantaora onubense Rocío Márquez, que es doctora cum laude por la Universidad de Sevilla, han puesto sobre la mesa el inminente centenario del Concurso de Cante Jondo que promovieron en 1922 Manuel de Falla y Lorca. Basándose en las ideas que planearon sobre este mítico concurso, cinco serán los ejes que se desarrollarán, uno por continente donde está presente el Instituto Cervantes.

Así, en los centros de África, cuna del árabe, se dará el pistoletazo de salida con una reflexión sobre cómo la élite cultural legitimó el flamenco a través de ese concurso, "cuando encontraron en la palabra la manera de relacionarse con este arte". En Asia se centrarán en la idea del flamenco "como arte exótico y misterioso" y en el movimiento del cuerpo, mientras que en América del Sur se hablará de la emoción y en si, como se defendía en 1922, el artista "amateur" la pierde al profesionalizarse.

Habrá espacio para dos nociones que parecen nuevas, pero que en realidad han sido una constante. En América del Norte, por ejemplo, se tratará la división entre flamenco puro y adulterado y, a partir de ahí, se hablará de la diversidad. En Europa, se hablará del flamenco en cuanto arte en peligro de extinción, que fue precisamente una de las causas por las que surgió el concurso de Granada y que permitirá a este congreso poner la mirada en el futuro.

"Mi objetivo personal sería darme cuenta de cosas que no conocía y liberarme de ideas que están en el inconsciente colectivo y que no son mías, que me están confinando", ha manifestado Marín ante una oferta que irá más allá de espectáculos y actividades.

A este respecto, Márquez ha explicado que el propósito de la programación no es tanto revisar la historia, sino crear "un espacio de diálogo y debate donde se planteen una batería de preguntas que no tengan respuestas correctas, sin decálogos ni cánones, pero sí reflexión acerca de todos los prejuicios que traemos". "No se trata solo de proyectar hacia fuera, sino de comunicarnos entre nosotros, de crear vínculo, porque solo desde la unión vamos a conseguir que una crisis como esta quede en recuerdo vago y salgamos incluso fortalecidos", ha señalado la artista onubense, "emocionada" porque "en un momento tan delicado, el Instituto Cervantes nos tienda la mano para tirar para delante con este congreso".

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