Entrevista Irene Escolar | Actriz

"Lorca es capaz de poner palabras a cosas universales que todos sentimos"

  • La artista interpretará desde su casa un aplaudido monólogo, homenaje al poeta y a sus personajes femeninos, el fin de semana dentro del proyecto solidario #TeatroConfinado de La Abadía

Irene Escolar (Madrid, 1988), en una imagen de archivo.

Irene Escolar (Madrid, 1988), en una imagen de archivo. / G. H.

Hace tiempo que Irene Escolar (Madrid, 1988) pasó de ser una joven promesa de la interpretación para convertirse en un animal escénico. La actriz, perteneciente a la estirpe artística de los Gutiérrez Caba, ha demostrado sobradamente ser una de las mejores de su generación en la última década. El duelo interpretativo de Hermanas junto a Bárbara Lennie; su trabajo en las adaptaciones de Àlex Rigola (Vania de Chejov, El público de Lorca, Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen) y su papel en la serie Dime quién soy lo demuestran. Sin olvidar su Goya revelación por su rol protagonista en la película Un otoño sin Berlín de Lara Izaguirre.

"Tengo la suerte de que no he tenido ningún familiar, ninguno amigo, en peligro. Me siento muy afortunada por eso. Dentro de lo que cabe estoy en mi hogar tranquila. No me puedo quejar de nada", cuenta al otro lado del teléfono. Escolar interpretará desde su casa Leyendo Lorca, un homenaje al poeta sin artificios, el fin de semana dentro del proyecto solidario #TeatroConfinado de La Abadía. La poesía, la prosa y el teatro del autor se mezclarán en un aplaudido monólogo donde también se pondrá el acento en los valiente personajes femeninos de sus obras dramáticas.

-Participa el sábado y el domingo en el proyecto solitario de #TeatroConfinado de La Abadía. ¿Qué pueden aportar las artes escénicas y sus trabajadores a la ciudadanía en un momento así?

-Quizá una especie de ejercicio de solidaridad, de compartir, de intentar animar a la gente a que durante media hora, que es lo que dura el espectáculo, se evada, piense en otro cosa, se distraiga, descubran una poesía que les gusta o un autor que desconoce. Es un momento de evasión y de escapar de este momento en el que estamos.

La actriz, en una foto reciente. La actriz, en una foto reciente.

La actriz, en una foto reciente. / G. H.

-Interpretará la obra Leyendo Lorca, un homenaje al poeta y a sus personajes femeninos. ¿Qué ha aprendido del autor y sus textos?

-Hay mucha humanidad y sinceridad en todos los textos de Lorca. Hay como una especie de latido o de dolor compartido desde un lugar muy generoso y bellísimo. Aprender... No sé. Supongo que a intentar respirar esa humanidad y esa luz que él desprende. Acercarme a eso.

-El poeta intenta resolver problemas íntimos pero también se acerca al otro, se pone en el lugar del otro. Eso es muy importante en estos tiempos.

-Eso es un ejercicio de empatía que todo poeta o todo actor vive. Hay un ejercicio que tiene que ver con generar empatía hacia al otro y reunirse en un espacio de mucha intimidad para compartir todo eso que nos pasa por dentro.

-El granadino retrató en sus piezas a mujeres valientes que desafiaron los prejuicios de la época. Pienso en Doña Rosita la soltera, Mariana Pineda y la zapatera prodigiosa. ¿Con cuál se queda?

-Hago un poquito de Bodas de sangre, otro poquito de Julieta de El Público, otro poquito de Yerma y otro poquito de Doña Rosita la soltera. Son mujeres que pasan por cosas muy diferentes. A ver... Supongo que hay algo en la desesperación de Doña Rosita o en su tristeza por el tiempo que ha pasado y se le ha ido de las manos. Me toca mucho. No porque lo haya sentido, sino porque simplemente me vibra.

-Lorca dijo de su oficio que se trataba de "un don, por raro azar", que le sobreviene. ¿Cómo supo que quería dedicarse a esto?

-Él lo describe muy bien. Habla de una especie de fuego que te sale de la planta de los pies hacia arriba. Él habla de eso en una de sus conferencias, de cuando te apodera el duende y de esa sensación del fuego. Es una bonita manera de describirlo. Cuando uno está en algún lugar en el que siente algo parecido a eso, sabe que hay algo de lo que no se va a poder desprender. Que es adictivo y que es una vocación, y tiene que ver con saber que en ese lugar y con esta sensación que te provoca eso eres muy feliz.

-El dramaturgo también declaró que el teatro "debe ser para todo el mundo" y que "tiene la misión de presentar y resolver problemas individuales, íntimos". ¿Está de acuerdo?

-Sí. Él es capaz de poner en palabras cosas muy universales que todos sentimos como el desamor, el miedo a la soledad o el miedo a la muerte. Lo hace como si supiera expresar como te estás sintiendo y no creo que sea a la única persona a la que le pase.

La intérprete durante un momento de la obra 'Leyendo Lorca'. La intérprete durante un momento de la obra 'Leyendo Lorca'.

La intérprete durante un momento de la obra 'Leyendo Lorca'. / Teatro Kamikaze

-José Luis Gil me dijo que "quien no ha pasado por las tablas de un teatro no es un actor completo". ¿Qué opina?

-No estoy de acuerdo. Hay grandes actores que no han pasado nunca por un escenario. Es una generalización. Hay de todo. Es verdad que el teatro es una manera diferente de expresarse y requiere de una técnica y un tipo de compromiso muy particular.

-¿Dedicarse al teatro en España es una labor titánica?

-Es una labor titánica, sí. En general, intentar ser artista es una labor titánica porque la disposición para poder desarrollarte no es la más adecuada si se compara con otros países europeos. En el desarrollo artístico, en la investigación, en la formación y en el apoyo institucional tienen muchísimos más recursos.

-Luis Eduardo Aute decía que la cultura es la hermana pobre de la familia. ¿Usted ha vivido en sus propias carnes la precariedad del sector?

-Yo he sido siempre muy afortunada porque he tenido mucho trabajo desde que era pequeña. Pero tengo a muchas personas cerca que lo pasan muy mal. No es fácil ganarse la vida con esto. El porcentaje según leí hace poco de personas que pueden vivir de esta profesión es muy bajo.

-Ha nacido en el seno de una familia de actores. ¿Cómo vive el peso de los apellidos?

-Lo recibo como algo normal. Entiendo que es una familia muy querida aquí. Cuando no me preguntan por mi familia me parece bonito. Me están entrevistando a mí por mi trabajo. Cuando me preguntan por mi familia también está bien (ríe).

-Desde el inicio del confinamiento, numerosas editoriales, plataformas de streaming y personas a título individual han regalado cultura a coste cero. ¿Qué opina de la cultura de lo gratis?

-Bueno, ahora vivimos un momento excepcional. Hemos de ser todos solidarios y compartir lo que tenemos para hacernos la vida mejor los unos a los otros. Nosotros tenemos piezas teatrales, recitales que podemos hacer en directo, películas que se estrenan ahora. Es una excepción. Vivimos un estado de alarma. La cultura es también de lo que vivimos muchas personas y, por tanto, tiene que ser una industria. Las industrias, las cosas, no se regalan. Ahora es el momento de dar, de hablar de las cosas que podemos aportar. Cuando todo esto pase, y deje de haber tanta gente sufriendo, podremos entrar a ver que se puede hacer con nuestra industria.

-¿Qué está haciendo esta cuarentena?

-Una de las cosas que he retomado y que me está ayudando mucho es la guitarra. Me dan clases de guitarra online. He estado rodando una serie durante ocho meses y no he tenido tiempo de dedicarme a otras cosas, de aprender otras cosas. La música me está acompañando muy bien.

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