De libros

Banville consigue el primer Príncipe de Asturias de las Letras para Irlanda

  • El jurado destaca del escritor su "inteligente, honda y original creación literaria", en la que "la belleza va de la mano de la ironía".

La literatura irlandesa logró ayer su primer Premio Príncipe de Asturias de las Letras con el galardón concedido a John Banville, renovador del lenguaje, amante de la prosa poética y exitoso autor también de novela negra bajo el seudónimo de Benjamin Black. Tras imponerse en la última votación a las candidaturas del japonés Haruki Murakami y del inglés Ian McEwan, el jurado destacó de Banville su "inteligente, honda y original creación novelesca", expresada en una prosa abierta "a deslumbrantes espacios líricos a través de referencias culturales donde se revitalizan los mitos clásicos y la belleza va de la mano de la ironía".

Amante del lenguaje por encima de todo y heredero literario de Nabokov, Banville es un autor metódico, un pensador que utiliza el bisturí de la palabra para hurgar en el alma humana a través de relatos llenos de ritmo y poesía que abordan temas como la memoria, la soledad, la identidad o el erotismo. Ayer, tras conocer la noticia, el escritor mostró su satisfacción: "Es un gran placer y un gran honor ser galardonado con este premio; sé lo maravilloso que es, tanto cultural como históricamente", declaró antes de declararse "muy orgulloso" de que su nombre "sea añadido a la larga lista de grandes escritores que lo han recibido en el pasado". Esa nómina a la que acaba de sumarse está compuesta, entre otros, por Antonio Muñoz Molina -que lo recibió el año pasado-, Philip Roth, Leonard Cohen, Amin Maalouf, Ismaíl Kadaré o Margaret Atwood.

Banville es un creador con dos cabezas, un renovador del lenguaje, un estilista amante de la prosa poética y elegante y un autor de novela negra que se esconde tras el seudónimo Benjamin Black, que escribe con una prosa más ligera y directa, pero igual de exquisita. Serio e irónico como corresponde a su bicefalia, y nacido en 1945 en Wexford, en Irlanda, tierra de grandes escritores como Samuel Becket o James Joyce, el autor comenzó siendo periodista y escribiendo cuentos. Hoy colabora con The New York Review of Books y es uno de los mejores escritores vivos en lengua inglesa al que le ronda el Premio Nobel.

Convertido en un icono del género negro, se ha atrevido a dar vida, a resucitar a un monstruo sagrado del género, Raymond Chadler, al retomar las andanzas y el mítico personaje de Philip Marlowe en La rubia de ojos negros, novela que publicó el pasado mes de febrero Alfaguara, su actual editorial en España. En tono afable y con mucho sentido del humor, Banville explicó durante su visita a Madrid para promocionar el lanzamiento que se convierte en Benjamin Black en verano, al ser ésta una una época del año "poco fértil" e "improductiva", y todo ello le permite relajarse.

Palabras irónicas de un escritor al que siempre, en cualquier faceta, le preocupa, en todo lo que escribe, "el estilo". "Como dijo también Chandler, a mí me importa poco quién mata al mayordomo; lo que verdaderamente importa es el estilo. Incluso se puede escribir sobre nada, pero hacerlo bien, con arte", afirmó Banville, que escribe frase a frase, cuidándolas hasta el extremo; y "el resto", acostumbra a decir, "se cuida solo, los personajes, la trama, esas cosas van por su lado".

El jurado del Premio Príncipe de Asturias lo alabó ayer especialmente por su "análisis intenso de los complejos seres humanos que nos atrapan en su descenso a la oscuridad de la vileza o en su fraternidad existencial". Antigua luz, El mar, Imposturas y Los infinitos, o las escritas en modo negro-chandleriano, como El lemur, El secreto de Christine o Venganza, son algunos de los títulos de este artista de la palabra que trabaja intensa y pacientemente para conseguir que en su obra el mundo sea algo "más vulnerable".

El jurado ha estado integrado en esta edición por Xuan Bello, José Manuel Blecua, Amelia Castilla, Juan Cruz, Luis Alberto de Cuenca, José Luis García Martín, Álex Grijelmo, Manuel Llorente, Rosa Navarro, Carme Riera, Fernando Rodríguez Lafuente, Fernando Sánchez Dragó, Ana Santos, Diana Sorensen, Sergio Vila-Sanjuán y José Luis García Delgado.

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