Cultura

Uno, cien, ninguno

  • 'PLURAL ESENCIAL'. Fernando Pessoa. Ed. y trad. José Luis García Martín. Renacimiento. Sevilla, 2015. 232 páginas. 16 euros.

Publicada por primera vez en la colección Los Poetas de Júcar, que dirigía Ángel Pariente, la antología de José Luis García Martín sobre Pessoa vio la luz en 1983 y acercó a muchos lectores la figura y la obra del portugués, definitivamente encumbrada en esa década. Desde el año anterior circulaba otra selección de Ángel Crespo -El poeta es un fingidor- y el siguiente se conocería la primera edición española del maravilloso Libro del desasosiego, a cargo del propio Crespo que ya había traducido en su juventud los Poemas de Alberto Caeiro y recopiló por entonces sus valiosos Estudios sobre Pessoa. Aquella misma selección de García Martín, revisada y con un nuevo prólogo, fue recuperada por la desaparecida Paréntesis en 2009 -El misterio del mundo- y ha vuelto a las librerías en la colección Poesía Universal de Renacimiento, ahora con el título de Plural esencial. Pessoa ha gozado de fortuna entre nosotros y entre sus traductores, además de los citados, figuran otros poetas y buenos conocedores de las letras portuguesas como Ángel Campos Pámpano o Manuel Moya, que tras abordar versiones de las poesías completas de los tres principales heterónimos del autor -Álvaro de Campos, Alberto Caeiro y Ricardo Reis- acaba de traducir sus Cuentos.

La familiaridad de García Martín con la obra de Pessoa quedó acreditada en su biografía crítica del poeta, Fernando Pessoa. Sociedad Ilimitada (Llibros del Pexe, 2002) o en la más reciente edición de sus Aforismos (Renacimiento, 2012), no concebidos como tales por el portugués sino espigados por el antólogo entre el vasto conjunto de su producción en verso o en prosa, un filón literalmente inagotable -el famoso "baúl lleno de gente"- del que no cabe descartar nuevas revelaciones. La muestra recogida en Plural esencial sigue siendo una buena puerta de entrada al universo multiforme de Pessoa en sus diferentes máscaras, del que esta vez sólo se ofrecen las traducciones -reordenadas de otra manera- en claros versos castellanos. La nueva edición de la antología incluye a modo de epílogo, o más bien de colofón, un hermoso soneto isabelino del propio García Martín. El primer verso dice: "Era uno, era cien, era ninguno...". Los dos últimos: "Era solo una ausencia y su figura, / sombra en la sombra, permanece y dura".

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