La gran decepción de la eliminación de España en el Mundial de Catar a manos de Marruecos es la alegría de un país vecina con una amplia colonia en todo el país, se calcula que más de un millón en toda la Península, miles de ellos en Málaga. El pesar por el papel de los hombres de Luis Enrique en el aficionado español contrastaba con la alegría de los marroquíes.

Varios cientos se daban cita en el centro de Málaga, en la Plaza de la Marina, festejando el triunfo de los Leones del Atlas, que fueron muy superiores en la tanda de penaltis en la que se dilucidó el encuentro. Había dos ex jugadores del Málaga CF en el combinado africano, el delantero En-Nesyri, titular y que fue cambiado poco antes del minuto 90, y el portero Munir, suplente de un Bono que fue decisivo, parando tres penaltis.

En los festejos, mucho jolgorio, banderas de Marruecos y alguna también amazigh, que refleja la identidad bereber, símbolo que une a esa etnia norteafricana desde Libia hasta Canarias. Había ligera presencia policial en la zona, pero no se registraron incidentes. Es la primera vez en la historia que Marruecos alcanzaba un puesto entre los ocho mejores de un Mundial y el cuarto equipo que lo consigue tras Camerún, Senegal y Ghana. Alegría justificada para el pueblo marroquí.