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El Barcelona empieza a recuperar el poder ofensivo de Messi y Suárez

  • Los culés exhibieron una buena imagen ante el Inter gracias a la mejora física del argentino al regreso goleador del uruguayo.

Messi, Suárez y Dembele se abrazan tras un tanto del uruguayo.

Messi, Suárez y Dembele se abrazan tras un tanto del uruguayo. / efe

El Barcelona exhibió este miércoles su poderío ofensivo contra el Inter (2-1) para darle la vuelta al tanteador y exhibir un mejor tono respecto a los últimos partidos, coincidiendo con un Messi mejorado en lo físico y, sobre todo, con el regreso del goleador Luis Suárez, autor de los dos tantos.

Estas son algunas de las claves para explicar la victoria y el momento azulgrana, tras la segunda jornada del grupo F de la Liga de Campeones:

1. Una media parte para el rearme

El Barcelona entró en el vestuario tras la finalización del primer acto exhausto, atolondrado y, especialmente, después de haber recibido un baño de su rival, cuyo resultado (0-1) fue lo mejor de los primeros 45 minutos, ya que tras lo visto la diferencia pudo haber sido mucho más amplia. A la finalización del partido, algunos azulgrana, como Suárez, reconocieron que el descanso les llegó como agua de mayo, no tanto por el reposo, sino por los ajustes que se hicieron en la escueta charla de Ernesto Valverde, enfocada a realizar una presión más grupal y acompasada.

2. El arte de sacar el balón desde la propia área

Sacar el balón jugándolo por raso desde el portero ya no es sólo un ejercicio de maestría del Barcelona, sino que se ha convertido en un sello que muchos clubes practican a las mil maravillas. El defensivo Inter de Antonio Conte dio anoche en el Camp Nou un recital de cómo sacar el balón desde la propia área que dejó atónito a los aficionados culés, que para mayor castigo veían cómo su equipo se rompía insistentemente en la primera parte cuando ejercía la presión y algunos balones largos pillaban al grupo fracturado y con peligro auténtico en la meta de Ter Stegen.

3. Valverde y los cambios

El Barcelona debió remontar, una vez más, un partido con el marcador adverso y Valverde dio con la tecla en la media parte. Para ello, focalizó su mensaje en que el grupo recuperase la coordinación en la presión, cosa que logró, y después ordenó dos cambios determinantes: con la entrada de Arturo Vidal, el equipo se sintió más compacto y más agresivo en la medular, y con la de Ousmane Dembélé por un apagado Antoine Griezmann, el Inter reculó un poco más su defensa.

4. Suárez, el goleador que regresó

A base de tesón y de no perder la fe en sus posibilidades, Suárez siempre vuelve. Si hubiese que evaluarlo por la primera parte, el uruguayo se hubiese ido con un rosco para casa, pero fue en la segunda parte cuando sacó a relucir las virtudes del ariete: disparo y encarar la meta del rival con un solo toque. En el primer gol, una volea desde fuera del área, a pase de Arturo, neutralizó la ventaja del Inter, y en el segundo, de una belleza extraordinaria, el uruguayo se hizo un pase orientado, fintando a un rival, y fusiló con su pierna mala a gol. Suárez necesitaba una noche así y su equipo ansiaba que la tuviese, para el bien colectivo y para encarar un futuro inmediato más optimista.

5. Messi, primer partido completo

Hace meses que a Messi no se le veía 90 minutos en un campo. En este curso, habían sido tres partes en tres partidos que se le pudo ver, hasta que el descanso en el partido contra el Getafe, tras padecer molestias en el anterior contra el Villarreal. Messi estuvo con el pulso muerto en la primera parte del Inter, igual que sus compañeros. Fue en la segunda parte cuando espabiló, se sintió más cómodo con los espacios y con las combinaciones. Suya fue la jugada en la que Suárez marcó el gol de la victoria. El argentino arrancó en la medular, con un golpe de cintura dejó a su rival, se cosió el balón a la bota hasta que en la frontal se frenó, giró a la izquierda y le entregó el balón a su amigo para que completase la jugada con una acción personal también de mucha altura.

6. ¿Un partido para la inflexión?

En un inicio de campeonato lastrado por una pretemporada cargada de kilómetros más que de partidos, y con dos derrotas en la Liga en siete jornadas, el Barcelona siempre ha quedado a expensas de que un partido le sirva de inflexión y le catapulte a otro nivel. Tras la victoria en Getafe y la remontada contra el Inter anoche, recuperado Messi y Dembélé, con Suárez apareciendo con el goleador perdido, las cosas parecen que le pintan bien al Barcelona, que este fin de semana recibirá a un Sevilla que ha cuajado en este campeonato partidos soberbios. A solo dos puntos de la cabeza y comandando el grupo F de la Liga de Campeones, el paso de los partidos parece contemplar a un Barça más consolidado, al que sólo le falta la guinda de que Messi, ya recuperado, vuelva a ser el líder que lleva desaparecido por problemas físicos.

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